Mientras la Fiscalía investiga al excustodio presidencial Alejandro Astesiano por la entrega de decenas de pasaportes a ciudadanos rusos, este jueves 6 surgió un nuevo elemento. El periodista Antonio Ladra publicó en su cuenta de Twitter que, en junio de 2021, el gobierno uruguayo firmó un decreto que permitía a algunos residentes extranjeros y ciudadanos uruguayos ingresar a Uruguay. En concreto, el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, autorizó el ingreso al país de 43 personas, entre ellos los ciudadanos rusos Olesia Dzhumelia y Andrey Kashtanov (ver recuadro).

La historia de esta pareja está vinculada con acontecimientos que sucedieron en el Chuy en los últimos meses, al punto de que la senadora frenteamplista Sandra Lazo, oriunda de esa ciudad fronteriza, tiene previsto presentar en las próximas horas un pedido de informes para saber en qué condiciones y con qué documentación ambos se casaron en esa ciudad.

“Sabemos que se casaron acá y que los casó el alcalde. Fue algo que llamó mucho la atención en su momento y que ahora nos genera mucha más preocupación, por todo lo que está pasando con el caso de Astesiano”, comentó Lazo a la diaria.

El alcalde del Chuy es Eduardo Calabuig y pertenece al Partido Colorado. Consultado por este medio, respondió que a Dzhumelia y Kashtanov los conoció durante la ceremonia de matrimonio. “Ellos me pidieron que los case en un supermercado que se llama Macro Frontera, pero no tengo ningún vínculo con ellos”, relató el funcionario.

Dzhumelia y Kashtanov llegaron al municipio en los primeros días de mayo con uno de los dueños del supermercado. Se trata de Rafael Cardozo, primo de la esposa del alcalde y también militante colorado (fue concejal en Punta del Diablo y La Coronilla).

“Él vino con los rusos, pero no tuve más contacto con ellos y no sé si se quedaron en el Chuy. No me llamó la atención porque la gente pide para casarse en determinados lugares y nosotros vamos. He ido a paradores y hoteles a casar gente, a Barra del Chuy, a domicilios. Es normal que la gente pida eso. Acá se casan brasileños, argentinos, de todos lados vienen. Hace poco se casó una venezolana”, contó Calabuig.

El alcalde del Chuy dijo no recordar qué tipo de documentación presentaron los rusos para iniciar el trámite del casamiento. “Es algo que corresponde a la secretaria [del Municipio]. Yo sólo me dedico a casarlos. Me dan todo pronto y los caso. Listo”, contestó. Calabuig tampoco sabe cuál es el vínculo de la pareja rusa con Cardozo, su familiar político y dueño del supermercado.

El Macro Frontera

“Abrió sus puertas Macro Frontera, frente a la plaza General Artigas se encuentra el nuevo emprendimiento de la ciudad. Macro Frontera ha abierto las puertas de un nuevo supermercado en el centro de la ciudad de Chuy Uruguay”, dice una nota del portal local Informativo Central del 14 de enero de 2022. En el artículo, los responsables del emprendimiento comercial prometían la generación de 20 nuevos puestos de trabajo y más de 30 indirectos.

Los responsables del Macro Frontera son Cardozo y su socio, Alejandro Bobadilla. Cardozo contó a la diaria cómo se vinculó con Dzhumelia y Kashtanov: “A mí me apareció un ruso que está hace años en Montevideo y quería trabajar con tarjetas de crédito que puse. Ellos te traen los POS, las tarjetas, y vos le das un porcentaje. En un momento nos preguntó si estábamos interesados en vender la mitad del supermercado y trajo esa gente para acá”.

Según el relato de Cardozo, los rusos querían quedarse con 50% de las acciones del supermercado, pero el negocio “no terminó cerrando por un tema de números”, aunque la documentación “está hecha en la escribanía”.

“Ellos vinieron legales. Al principio tenían la cédula uruguaya provisoria, por dos años, y después hicieron la otra. Para mí el casamiento en el supermercado fue legal, se anotaron incluso unos días antes en el Diario Oficial”, contó. Cardozo dijo desconocer con quiénes hicieron esos trámites vinculados a su documentación en Montevideo.

la diaria intentó comunicarse con la fiscal Gabriela Fossati y con integrantes de su equipo para saber si Dzhumelia y Kashtanov aparecen en la investigación que involucra al custodio presidencial, pero no fue posible confirmar esa información.

Cardozo tampoco sabe si los ciudadanos rusos tuvieron contacto con Astesiano (“lo conocí por los informativos”) o con alguno de sus cómplices. “No sé qué hicieron en Montevideo, lo que sí puedo decir es que ellos estuvieron en Colonia y no les gustó. Y por eso querían invertir en el Chuy y en varios lugares del departamento de Rocha”, continuó. En uno de los documentos que presentaron los supuestos inversores (que está escrito en ruso y en inglés) se habla de una posible inversión millonaria en el “Puerto Hub de la Hidrovía (PHH)”, que estaría ubicado en el departamento de Colonia. En algunas de las conversaciones con sus contrapartes uruguayas mencionaron que tenían bancos en Rusia y en Singapur, y también negocios en Europa y Dubái.

“A nosotros nos dijeron que querían poner un casino y un shopping en el Chuy. Decían que tenían mucha plata. Nos mandaron un dinero por el BROU y usamos esa plata para comprar mercadería. Está todo certificado por una escribana”, aseguró Cardozo.

El dueño del Macro Frontera dice estar “tranquilo”, porque hicieron “todo legal”. También niega vínculos con el empresario de origen libanés y exalcalde brasileño Mohamed Yoma. “Es cierto que somos amigos, pero él no tiene nada que ver con el supermercado. Cometimos el error, quizás, de ponerle Macromercado Chuy [el mismo nombre que tiene el comercio de Yoma del lado brasileño] y por eso muchos nos asocian”, respondió. Cardozo no sabe dónde están ahora Dzhumelia y Kashtanov. “No he tenido ninguna noticia más allá de eso. Hace dos meses que se fueron del país, se fueron acá por la frontera. No sé para dónde se fueron”.

Delgado: “Fueron miles y miles de solicitudes de ingreso, y muchas de ellas fueron aprobadas”

El secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, dijo a El País que autorizó estos dos ingresos al país, así como lo hizo en otros “miles” de casos. “Fueron miles y miles de solicitudes de ingreso, y muchas de ellas fueron aprobadas, siempre teniendo los resguardos sanitarios correspondientes”, dijo Delgado. En este caso en particular, dijo que se trató de una “firma administrativa” que se daba tras la “fundamentación del organismo competente”.

A modo de ejemplo, mencionó que “hubo planillas de empresas como UPM, que traía muchísimos trabajadores de todas partes del mundo a trabajar en la planta y que se iban renovando; también había trabajadores para frigoríficos, de Conaprole, de clubes deportivos varios, gente que venía a participar de eventos, productoras audiovisuales, accionistas o emprendedores en el rubro hotelero o gastronómico”.

Delgado puntualizó que firmaba las autorizaciones “para que luego lo analizara Migraciones”, siempre siguiendo lo que determinaban los decretos que regulaban las excepciones para el ingreso de extranjeros al país.