Comenzó la sesión extraordinaria del Senado, a fin de “plantear una cuestión de fueros en repudio de prácticas incompatibles con un sistema democrático”, relacionadas con el “espionaje realizado” a dos senadores del Frente Amplio (FA) Mario Bergara y Charles Carrera.
Estos hechos surgieron de la investigación del caso del exjefe de seguridad de Presidencia Alejandro Astesiano y de los chats que revelan que una empresa de “seguridad e investigación” con sede en Miami le encomendó la elaboración de “fichas” con “información personal” sobre ambos senadores del FA, según informó días atrás la diaria.
La senadora de la oposición Liliam Kechichian, coordinadora de bancada, comenzó relatando los hechos y puntualizando que en los chats se puede ver cómo una empresa solicitó al exjefe de seguridad la elaboración de un dossier, que tenía la “finalidad de ‘atar’” a los dos senadores que habían hecho la denuncia penal del acuerdo para la extensión de la concesión del Puerto del Poder Ejecutivo con Katoen Natie.
“En el sentido que eso, sin duda, afecta a nuestro cuerpo, los fueros que son de este cuerpo y no sólo de los senadores y, más que nada, porque afecta la institucionalidad democrática y a este Senado de la República, es que estamos haciendo esta cuestión de fueros”, dijo.
Kechichian sostuvo que lo que llevó a impulsar la sesión extraordinaria es la información "-que nadie ha desmentido- de espionaje a los compañeros senadores frenteamplistas Bergara y Carrera. Este hecho que desde nuestro punto de vista es alarmante en sí mismo [pero] no es aislado”, apuntó. Se enmarca, dijo, en las acciones de una organización criminal que integraba el exjefe de seguridad presidencial. “Instalada en la Torre Ejecutiva, esa organización utilizaba todo el aparato del Estado, cámaras de seguridad, información privilegiada con fines ajenos al interés público”, apuntó
“La cascada de noticias lamentables y la escalada de gravedad hacen que nos encontremos ante una situación para nosotras escandalosa y muy preocupante. El daño a la institucionalidad de la presidencia de la República y a la reputación del país es muy grave, y aún no conocemos todas las dimensiones de esta trama delictiva”, acotó.
Según dijo, el FA identifica tres tiempos diferentes. En primer lugar, se refirió a la convocatoria del ministro del Interior, Luis Alberto Heber, al régimen de comisión general, y de otros integrantes del gobierno. El foco se puso en “la contratación de una persona con más de 30 anotaciones, preso por estafa, y sobre el que presidente había sido reiteradamente advertido”.
El segundo tiempo, agregó, es que en esa instancia “nadie desmintió nada, nadie se hizo cargo y sólo se limitó a dibujar una estrategia de ajenidad con esta persona, llegando al ridículo de reducirlo como un colaborador, como un perejil, que hoy sabemos que respondía en nombre muchas veces del presidente a asuntos gravísimos, como la investigación clandestina de un exjefe de policía. En esa sesión el gobierno intentó minimizar los hechos, pero faltaba lo peor”.
El tercer momento es el 28 de noviembre, cuando la diaria dio a conocer el contenido de los chats de Astesiano con un representante de una empresa con sede en Miami que le encomendó la elaboración de “fichas” de Carrera y Bergara.