Durante cerca de una hora y con discursos que provocaron encendidos aplausos del público, el PIT-CNT recordó los 49 años de la huelga general iniciada en la madrugada del 27 de junio de 1973, al conocerse la noticia de que los militares habían tomado con las armas el Parlamento para dar un golpe de Estado, que derivó en una dictadura de 12 años. Los oradores repasaron los hechos previos a la fecha, así como la grandeza del accionar de los trabajadores organizados para enfrentar la violencia institucional y defender la democracia. Hubo también nexos con la realidad actual y críticas para el gobierno, así como a quienes buscan “reescribir la historia” y “reflotar la teoría de los dos demonios, cuando no hubo ni siquiera uno”.
En esos términos se expresó Elbia Pereira, secretaria general del PIT-CNT, última oradora del acto. La dirigente sindical de la enseñanza planteó que “es admirable la resistencia del pueblo uruguayo de mil y una formas”, así como la lucha “que desempeñaron los trabajadores organizados” para defender la democracia en 1973. “A las nuevas generaciones hay que contarles la verdad, nada más ni nada menos”, pidió. En esa línea, repasó cómo los trabajadores de las empresas públicas ocuparon las instalaciones tras el golpe de Estado, pero garantizaban los servicios a la población mientras se mantuviera el control obrero.
“Eso hay que contarles a los jóvenes. Más ahora que los amigos de la impunidad justifican el golpe y pretenden reflotar la teoría de los dos demonios, hay que explicarles que no hubo dos demonios, ni siquiera uno, lo que hubo fue un plan deliberado, cuidadoso y macabro que se implementó en la región para exterminar el futuro”, dijo Pereira.
Frente “a algunos que pretenden reescribir la historia”, llamó a “plantarse firme y con serenidad, para decir en voz alta que el golpe no lo dio el demonio, fueron civiles y militares cómplices que no pagaron por atentar contra la democracia y la vida de miles”. Añadió que “es imposible construir una sociedad sana y libre para las nuevas generaciones sin justicia, sin memoria y sin que se sepa la verdad”.
En el final de su discurso, la secretaria general del PIT-CNT arremetió contra el gobierno: “No le gustan los sindicatos, ni las maestras, ni los docentes ni la poesía; odian a quienes pintan margaritas en los muros, algunos del gobierno odian a quienes colocan la mirada tierna de Luisa Cuesta en una camiseta de fútbol”. Manifestó que “el gobierno dice que vino para poner orden, que se terminó el recreo, que el Poder Judicial está infiltrado, que la Udelar [Universidad de la República] es una usina de adoctrinamiento; en todo caso habrá que avisarle al gobierno que hoy, como cada 27 de junio, la historia nos recuerda que no pasarán, y la historia los juzgará”.
Previamente, el rector de la Udelar, Rodrigo Arim, recordó lo ocurrido hace 49 años como “la resistencia del movimiento obrero más importante en la historia del país”. Repasó el papel de la Udelar y los movimientos estudiantiles en aquella resistencia, con “jóvenes que se movilizaron, con la complicidad de la noche y eludiendo a los patrulleros, para ocupar la sede de la facultad”. Subrayó que desde esos años surgió la unión entre “obreros y estudiantes”, y llamó a recordar la historia, en tiempos en que “nuevamente en la región y en lo internacional se vuelve a poner presión sobre el sistema democrático, la libertad individual y la paz”.
Lucía Bula, del Sindicato de las Telecomunicaciones (Sutel), sostuvo que “el apoyo popular de la huelga [de 1973], con el campo popular defendiendo la democracia, es un símbolo de unidad y defensa máxima de las libertades, es un legado que tenemos quienes hoy militamos sindical y socialmente”.
Luego, planteó que como trabajadora de Antel, “nos toca enfrentar políticas que avasallan las libertades y derechos conquistados, como en la década del 90, con un modelo que va en línea con los intereses de los empresarios, del gran capital y las multinacionales”. En ese marco, cuestionó al gobierno por “el asalto a la soberanía y el patrimonio”, ante la decisión de romper el monopolio de Antel en la provisión de internet, “una línea de negocios fundamental, y donde [la empresa estatal] ha invertido”.
Otro de los expositores fue Federico Kreimerman, de la Federación de Funcionarios de OSE, quien expresó que “la dictadura no fue una cosa de gente mala, que actuó mal, el golpe fue la respuesta de las clases dominantes y del imperialismo al ascenso de la combatividad de la clase obrera”. Esas mismas fuerzas, señaló, “hoy están escudadas en la formalidad, y lo hacen porque pueden, porque la resistencia de la clase obrera no es la misma que en los años 70”.
Kreimerman dijo que los sectores dominantes “se sienten fuertes” y que “falta un plan de lucha real para enfrentar esta política de ajuste”. En el cierre, remató: “Al igual que en 1973, hoy sigue siendo clase contra clase”.
Más temprano, en una conferencia de prensa en la central sindical se anunció que la Asociación de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos y el colectivo Sitios de Memoria Uruguay pusieron a disposición del PIT-CNT una serie de documentos provenientes, en su mayoría, de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia sobre la resistencia social al golpe de Estado.