La reunión del directorio de la Unidad Reguladora de los Servicios de Energía y Agua (Ursea) de esta semana incluyó un planteo del director frenteamplista, Roberto Chiazzaro, a raíz del anuncio hecho días atrás por parte del ministro de Industria, Omar Paganini, sobre las tarifas de combustible. El jerarca anunció la noche del 27 de julio que no habría cambios en los precios en agosto, y según Chiazzaro “es totalmente improcedente”, porque no respetó los pasos establecidos en la ley de urgente consideración (LUC) dentro del nuevo esquema para la fijación de las tarifas cada mes. 

El procedimiento de la LUC fue puesto en práctica por el gobierno un año atrás, y desde entonces se repitió cada mes. El centro del nuevo esquema es el precio de paridad de importación (PPI), un cálculo teórico que mensualmente publica la Ursea y sirve como referencia para que luego el Ejecutivo defina el precio de los combustibles. 

En esta ocasión, el informe de la Ursea cerró el 25 de julio, lo aprobó el directorio al día siguiente y se publicó en la web el jueves 28. La noche anterior, el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) comunicó: “El Poder Ejecutivo resolvió mantener sin cambios los precios de los combustibles durante agosto, que de esa forma continuarán por debajo del PPI que releva mensualmente la Ursea”.

Para Chiazarro es “improcedente” que ocurra el anuncio antes de conocerse públicamente el informe del PPI, pero además señaló que la Ursea define distintos “precios intermedios” de la cadena de suministro de combustible —valores posteriores al trabajo de Ancap, es decir más allá de la refinería— que aún no habían sido realizados al momento del anuncio del MIEM, que fue acompañado de una rueda de prensa del ministro Paganini. 

“Llama mucho la atención lo que ocurrió. No sólo no se esperó a la publicación del PPI, sino que también se saltearon los precios intermedios que se van elaborando [con posterioridad a la paridad de importación, que llega hasta la salida de la refinería]. Es algo totalmente improcedente y así lo hice constar en el acta del directorio, donde marqué que lo ocurrido desvaloriza el trabajo de la Ursea y deja de lado la instrumentación del mecanismo para [fijar las tarifas de] los combustibles”, dijo Chiazzaro a la diaria.

En ocasiones anteriores, el anuncio del gobierno sobre lo que ocurrirá con las tarifas desde el mes siguiente suele darse el último o penúltimo día del mes. Chiazzaro contrastó lo ocurrido con el discurso de transparencia en la fijación de tarifas que plantea el gobierno, y subrayó que demuestra que la decisión sobre el valor al público sigue siendo “política”, al igual que antes de que existiera el mecanismo de la LUC. “Es una decisión política y no técnica, el MIEM tiene toda la potestad para tomarla, pero es igual a lo que ya existía antes”, planteó. 

“Reafirma el concepto de que el mecanismo que instrumentó el Poder Ejecutivo a través de los artículos de la LUC está resultando ineficiente”, afirmó. En esa línea, complementó: “El PPI es un valor que sirve como referencia, para comparar [los costos de Ancap con una importación teórica], pero no sirve para construir el precio de los combustibles”, añadió el director del FA en la Ursea. Según sostuvo, los factores que más pesan sobre el cálculo del PPI, que son el precio internacional del crudo, la cotización del dólar y la carga impositiva de naftas y gasoil, “son cosas sobre las que Ancap no puede incidir, entonces el PPI no puede influir en la fijación del precio” ni lograr una reducción del valor de los combustibles.

A su entender, el gobierno debería analizar la propuesta de crear un fondo de estabilización, que permita evitar cambios cada mes hacia arriba o abajo en los precios, algo que tienen países como Perú o Chile; y estudiar cambios impositivos en el IVA e Imesi que tienen los combustibles. “Sin bajar la carga impositiva no va a bajar el precio de los combustibles”, sentenció.

Por último, Chiazzaro rechazó la versión de las autoridades, que han vinculado la suba de los combustibles —de 15% en las naftas en lo que va del año y de 30% en el gasoil— al conflicto entre Rusia y Ucrania. “Ese factor ha incidido, pero la variación del petróleo y los combustibles siempre ha sido algo que tuvo innumerables subas y bajas, es un mercado absolutamente inestable, no ahora por la guerra sino desde siempre. Atribuir todo al conflicto [bélico] no es cierto”, sentenció.