Cada día, en Uruguay se sirven, en promedio, 45.100 porciones de alimento en ollas populares y merenderos, y sólo en ollas, semanalmente, 168.250. Esta cifra equivale a la cantidad de personas que entran en tres estadios Centenarios llenos, según el informe -Situación de ollas y merenderos populares en Uruguay. Informe anual 2021-2022 de Solidaridad Uy, una organización sin fines de lucro que forma parte de la Coordinadora Popular y Solidaria, creada en agosto de 2020.

Si bien en el documento se aclara que la base de datos de Solidaridad Uy, que se generó en marzo de 2020, no abarca “el universo de iniciativas en su totalidad”, sí se califica como “considerablemente exhaustiva en cuanto a la situación del área metropolitana”, y a la actualidad registra 696 iniciativas. Asimismo, se especifica que, “si bien las ollas y merenderos se consideran una única iniciativa, estas funcionan en doble actividad, por lo tanto, en la práctica son equivalentes a dos iniciativas”.

206 de las iniciativas activas (66% del total) corresponden a la modalidad olla y merendero, 62 (20%) funcionan sólo como olla y 43 (14%) únicamente como merendero. Según los datos del informe, en las ollas se sirven 730.200 porciones cada mes y en los merenderos, 516.400. Para mantener esas iniciativas en funcionamiento, trabajan de forma voluntaria cerca de 600 personas en las ollas, 300 en los merenderos y más de 1.000 en iniciativas que comprenden ambas funciones -olla y merendero-.

En el informe se presenta un panorama de la situación de las colaboradoras que sostienen las iniciativas. De acuerdo a los datos que maneja la organización, en promedio, en una semana, “una persona que cocina en un merendero es responsable de producir 91 porciones de alimento, mientras que en una olla el número asciende a 117”, esto “equivale a producir 17 porciones de olla y 13 de merendero cada día”, 30 porciones en total por día. Si se considera que el núcleo familiar promedio en Uruguay -según el censo de 2011- está compuesto por tres miembros, “se puede concluir que cada colaboradora está cocinando diariamente para un equivalente a cinco familias, cubriendo dos comidas diarias”.

Demanda y destinatarios

La mayor “densidad” de ollas y merenderos “se encuentra en la zona periférica de la capital, en particular en los municipios A, D, F y G”, identifica el informe. En el texto se indica, a su vez, que este dato “se corresponde con las zonas de la ciudad donde hay mayor pobreza”, según los datos de la Unidad Estadística de la Intendencia de Montevideo, y “las desigualdades socioeconómicas con respecto al resto de los municipios son mayores”. También se apunta que “pocas iniciativas sostienen una gran cantidad de porciones” y que “las porciones de merendero se destinan en su mayoría a niñas, mientras que las de olla cubren a personas de todos los rangos etarios”.

Se observa que entre marzo de 2021 y de 2022 hubo una disminución en las porciones servidas de 7% en el caso de las ollas, pero un aumento de 1% en el de los merenderos, y que, en total, las porciones disminuyeron 4%, “pasando de 1.297.400 en marzo de 2021 a 1.246.600 en marzo de 2022”. En cambio, al comparar “las porciones totales servidas entre el mes más crítico [en cantidad de demanda] (julio 2021) y marzo del presente año, se observa una caída de 12%”.

En el informe se hace hincapié en el dato de los merenderos, ya que las iniciativas activas “bajaron en cantidad (pasando de 47 a 43)”, pero las porciones “aumentaron, pasando de 509.900 en marzo de 2021 a 516.400 en marzo de 2022”, lo cual “refleja que pese a la disminución (o relativa estabilidad) de la cantidad de merenderos en funcionamiento, cada vez más niñas y niños se alimentan en los mismos”.

Foto del artículo 'El gasto mensual en alimentos en ollas y merenderos equivale a 1,5 millones de dólares, según informe de Solidaridad Uy'

Costos millonarios y trabajo no remunerado

A partir de la información recolectada sobre la cantidad de porciones y horas de trabajo no remunerado, Solidaridad Uy hizo una estimación en términos económicos del “aporte que las iniciativas solidarias están realizando”. Con base en que una porción de alimento de olla tiene un costo de 71 pesos y que el de la porción de merendero es de casi 17, se asevera que “el gasto mensual solamente en alimentos entre ollas y merenderos asciende a más de 60 millones de pesos uruguayos”, o 1,5 millones de dólares.

Las y los voluntarios de estas iniciativas dedican 60.400 horas semanales de trabajo no remunerado a las actividades relacionadas con sostener las iniciativas, lo que “incluye la búsqueda de insumos, la preparación necesaria para cocinar y servir, la producción de la comida y la limpieza posterior”. “Cuantificando este dato con base en un salario mínimo, el monto mensual asciende a 32 millones de pesos uruguayos; este monto es aún mayor si se considera, por ejemplo, la necesidad de trabajo calificado para el manejo de alimentos y la administración de los recursos”, indica el documento.

Aunque Solidaridad Uy no identifica “mayores variaciones en la cantidad de iniciativas que se mantienen activas” entre 2021 y 2022, advierte que “en los meses que sí sucede esto, la cantidad de porciones no disminuye de manera proporcional, lo cual implica que menor cantidad de iniciativas siguen sosteniendo la demanda”. Además, destaca que en ese contexto “cada colaboradora es responsable de la producción de 208 porciones semanales”, un esfuerzo “que se realiza de manera no remunerada” y que, en general, es “continuo desde marzo de 2020”.

En línea con lo anterior, Solidaridad Uy subraya que “mantener una iniciativa implica muchos otros costos y recursos que generalmente quedan invisibilizados”, y que un “problema recurrente es el de las fuentes de energía necesarias para cocinar”, así como el costo de “los utensilios básicos para cocinar, como ollas, sartenes, cucharones y productos de limpieza”. Por ejemplo, consigna que “la mayoría de las ollas no cuenta con una sola olla que abarque la cantidad de porciones que realiza” y que “si bien hay iniciativas que tienen ollas de 100 o 150 litros, por lo general se utiliza más de una olla o en algunos casos materiales sustitutos en formato recipiente, como tanques o calefones de hierro, cobre o aluminio”. Otro problema de infraestructura recurrente, según el informe, es la fuente de frío para mantener los alimentos en buen estado.

El papel del gobierno

En el documento también se hace una comparación de la “receta tipo de olla que actualmente utiliza el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), a través de una organización tercerizada”, y la “receta ideal” que surgió de un trabajo entre estudiantes de Facultad de Ingeniería y la Asociación Uruguaya de Dietistas y Nutricionistas: mientras que la primera tiene un costo de menos de 12 pesos por porción, “el costo de la receta tipo ideal es de 71, es decir, casi seis veces más”.

Esta información implica suponer que si “el gobierno nacional destina insumos a todas las iniciativas que formaron parte de este informe, estarían destinando 8.762.400 [de pesos] por mes, lo que equivale a poco más de 105 millones de pesos al año solamente en porciones de olla”, mientras que “si se realiza el cálculo con la ‘receta tipo ideal’ para olla, los insumos necesarios para cubrirla ascienden a un valor anual de casi 622 millones de pesos”. “Esto significa que las ollas deberían cubrir insumos por un valor equivalente a 517 millones de pesos extra”, explica el informe, y se agrega que “pese a las donaciones que se reciben, las actividades que se realizan para recaudar y los esfuerzos barriales colectivos, muchas veces no se alcanza a obtener este mínimo de recursos, lo que impacta directamente en la calidad de las porciones que se entregan”.

Como parte del análisis, se señala que el Mides, según la Rendición de Cuentas del ejercicio 2021, “destinó fondos a las ollas populares por un monto de 156 millones de pesos, mientras que el costo calculado por este informe en un año asciende a 727 millones de pesos si se consideran además los merenderos”. Es decir que, “nuevamente, si se descuenta el apoyo otorgado por el Mides, se deben conseguir insumos extra por un total de 571 millones de pesos al año”.

Una solución “paliativa” que “se convirtió en permanente”

La organización incluye en su documento algunas reflexiones sobre el rol que han adoptado las iniciativas solidarias, que son objeto del informe. Al respecto, Solidaridad Uy plantea que “desde el inicio de la pandemia miles de personas vienen sosteniendo, mediante ollas y merenderos populares, la crisis alimentaria y social que atraviesa el Uruguay”, y que, debido al “transcurso del tiempo y la falta de respuestas adecuadas” a nivel estatal, “esta solución, que surgió como paliativa, se convirtió en permanente”. También se resalta que “la labor que implica llevar adelante las distintas iniciativas genera un desgaste físico y psicológico ignorado por el Estado”, pese a lo cual -y a la falta de insumos- “las colaboradoras no conciben la posibilidad de cerrar la olla, por el hecho de que se sienten responsables de la alimentación de cientos de familias”.

“Se observa que actualmente los números de porciones mantienen magnitudes preocupantes. Además, se demostró que la alimentación de muchas personas recae sobre unas pocas, y que la mayoría de ellas pertenecen a los sectores históricamente postergados de la sociedad”, agrega el documento. Por estas razones, la organización enfatiza que “las ollas no pueden, ni deben, convertirse en una política pública”.

95 iniciativas más en el interior

Si bien en el documento se aclara que el registro que lleva Solidaridad Uy abarca especialmente al área metropolitana, también se llevó a cabo un relevamiento en el interior del país, a partir del cual “se pudo constatar que existen ollas y merenderos en Cerro Largo, Colonia, Durazno, Flores, Maldonado, Río Negro, Rivera, Salto, San José, Tacuarembó y Treinta y Tres”, y que “en total se contabilizaron 95 iniciativas activas”, la mayoría de ellas en el departamento de Salto. Pese a esto, se aclara que “existen más iniciativas que no están relevadas allí ya que no forman parte de la red con la cual se tiene contacto”.

Una situación similar se da en Maldonado, explican, “donde sólo se pudo contactar a la Brigada Solidaria 1° de Mayo, que cuenta con ocho ollas, pero a su vez informaron que existen otras iniciativas en el departamento”. “Se tiene certeza [de] que existen también iniciativas en los departamentos de Paysandú, Florida y Rocha; sin embargo, no se logró contactar a las mismas”, así como de “la existencia de al menos 70 iniciativas en el departamento de Canelones, que no fueron incluidas en el presente informe por no contar con los datos suficientes”. Apuntan que, en promedio, estas iniciativas funcionan tres veces por semana, “y realizan 494.500 porciones combinadas de ollas y merenderos al mes”.