La red interbarrial multisocial La Vida Vale se manifestó este jueves “contra las violencias en los barrios, por la convivencia y una vida digna”. El colectivo, que surgió en agosto de 2022 luego del asesinato de dos personas en Marconi, reúne a vecinas y vecinos de diferentes zonas que buscan conformar “espacios de coordinación, participación y articulación interinstitucional” entre el Estado y la comunidad para mejorar la seguridad ciudadana.
“Queremos más ruido de niños y niñas y menos de balas”, decía la remera de una de las personas que se reunieron a las 18.00 en la plaza Libertad para marchar hasta la plaza Independencia y dejar en la Torre Ejecutiva una carta dirigida al presidente Luis Lacalle Pou. “Como ya hemos expresado en más de una ocasión, esta situación no es nueva, esta preocupación no es nueva”, plantearon en el documento. “Sin embargo, en el último año se ha visto agravada en términos reales, con efectos en nuestra vida cotidiana”, añadieron.
Los ciudadanos organizados en el colectivo plantean que viven “cotidianamente hechos de violencia extrema, como asesinatos y heridas/os, fundamentalmente por la presencia del crimen organizado, presuntamente vinculado al narcotráfico y trata de personas”. Esto “impide habitar el espacio público, disfrutar de las plazas, transitar libremente por las calles”, lamentaron.
En diálogo con la diaria, Elba Núñez, vocera de La Vida Vale, dijo que al hablar de violencia el colectivo se refiere a que “los niños no pueden ocupar los espacios públicos, no pueden ir desde la escuela al Sacude” –el complejo cultural, deportivo y de salud ubicado en Instrucciones, que meses atrás debió cerrar debido a la violencia en sus alrededores–. “Eso para nosotros es perder espacios públicos, es perder una calle que es nuestra”, consideró.
“Tenemos derecho a habitar la ciudad, vivamos de un lado de Avenida Italia o del otro, y no lo estamos pudiendo hacer”, afirmó Núñez. “Eso el señor presidente lo tiene que saber, pero además de saber tiene que hacer algo con esto”, opinó. De acuerdo a la vocera, el accionar gubernamental necesita apostar al intercambio con quienes habitan los territorios, pues “la política pública debe ser concebida desde abajo, no desde arriba”. Además, consideró que las políticas sociales tendrían que reunir a “todos los partidos” para trabajar con la comunidad de “los barrios vulnerados, no ‘vulnerables’”, enfatizó.
Núñez dijo que el colectivo tiene “muchas propuestas y buenas”. “Por supuesto que no son las únicas y que están a revisar y a mejorar, pero las tienen que leer y tienen que trabajar con nosotros. No ponerle un pienso a través de un escritorio y que después nos vengan en paracaídas esas políticas”, subrayó. Respecto de la carta a Lacalle Pou, Núñez recordó que ya se le entregó una el año pasado, con un “diagnóstico interbarrial que él ya conoce”, pero que “ha ido agravándose”. Actualmente, “la violencia letal es casi diaria”, lamentó.
Por otro lado, Laura Carafo, docente del departamento de Trabajo Social en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República (Udelar) e integrante del colectivo, destacó que “por este y otros temas la gente se ha movido y se ha movilizado mucho”. Consultada sobre el vínculo de la academia con los barrios, respondió que “la Udelar está en el territorio”, aunque para seguir acercándose necesita “más recursos”. De todos modos, “muchas veces los vecinos dicen ‘ya estamos sobrediagnosticados, no hay que dar respuestas’, entonces creo que hay que pasar del diagnóstico a dar el otro paso, que son las acciones concretas”, reflexionó.
Asimismo, la docente consideró que “hay un tema ideológico” detrás de lo que está pasando. “Por definición, un Estado liberal es un Estado mínimo”, y “es muy difícil que un Estado mínimo se preocupe por la pobreza”, enunció. Carafo citó a la autora Judith Butler, quien “dice que hay vidas que valen más que otras, porque si hay vidas que no podemos llorar, entonces es porque no son vidas dignas”. En ese sentido, también haciendo alusión al nombre del colectivo, Carafo resaltó: “Cada vida es digna y cada vida es plausible, y la tenemos que poder defender”.