Las lluvias de la semana pasada en distintos puntos del país fueron “insuficientes”, entienden el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), los productores rurales y la academia. Esto se debe a que debería llover gradualmente casi un año entero por el déficit hídrico que se registra desde 2020.

Este domingo, tras el Carnaval de Melo, Cerro Largo, el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, indicó que la gran mayoría de las pérdidas por la sequía son irreparables. En declaraciones consignadas por Telemundo, señaló que, además de las medidas ya adoptadas, desde el gobierno nacional se hace un seguimiento “a diario” de las precipitaciones en el país, pero al igual que el titular del MGAP, Fernando Mattos, estimó que “hay pérdidas que ya no se recuperan” por más que llueva en adelante.

El director de Descentralización del MGAP, Luis María Carrese, dijo en diálogo con la diaria que el “gran” déficit hídrico que el país padece ya implica una “catástrofe” en algunos rubros del agro. “Seguimos aguardando que las lluvias sean más intensas y sobre todo que sean más parejas y en todo el territorio nacional”, indicó.

Además, Carrese dijo que las lluvias de los días pasados no fueron “del todo buenas”, porque trajeron varios destrozos y mucho granizo, lo que se traduce en pérdida de distintos frutos de hojas, hortalizas, soja, entre otros cultivos. “Estamos hablando de fríos muy intensos de febrero, se habla de alguna posible helada sobre Durazno y otras zonas aledañas. Estamos aguardando que en la entrada de marzo se empiece a regularizar con respecto a los años anteriores y confiados en que los pronósticos de La Niña se irían retirando gradualmente”, planteó.

El cambio climático no sólo impulsó la reducción de las precipitaciones, que condujo a la sequía en gran parte de Uruguay –y también de Argentina–, sino que, según un estudio del World Weather Attribution, también aumentó las temperaturas de la región, lo que “probablemente” redujo la disponibilidad de agua y empeoró los impactos de la sequía.

Carrese subrayó que el “gran problema” que hoy se tiene a nivel agropecuario afecta en lo económico incluso “más que los dos años” de emergencia sanitaria, en los que las estimaciones de pérdidas rondaron los 2.000 millones de dólares: “solamente en lo que va de este año ya vamos arriba [de esa cifra]”, dijo y añadió que es casi “un hecho” que se va a extender la emergencia agropecuaria hasta la primavera.

Por otro lado, señaló que cerrar febrero por arriba de los 120 milímetros de agua “sin destrozos” hubiera sido una “muy buena señal” y dijo que en algún lugar puntual del país se estuvo cerca, algo que “es muy bueno”. Remarcó que hay lugares en los que ya están reverdeciendo los campos, pero eso no quiere decir que exista forraje suficiente y necesario, sino que simplemente es una primera señal de que “con poca agua más” se puede empezar a revertir algo zonas puntuales.

“Con esta lluvia la situación no se revierte para nada”

La coordinadora de la Unidad GRAS del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria, Guadalupe Tiscornia, indicó a la diaria que todas las lluvias son bienvenidas y que en algunos puntos “fueron abundantes”, lo que ayuda a recargar algún tajamar u otra fuente de agua que pueda existir en los predios, pero coincidió en que “con esta lluvia la situación no se revierte para nada”. Tiscornia señaló que “en el suroeste prácticamente no llovió nada, mientras que en el centro las lluvias fueron muy escasas”, y apuntó que es posible que la situación continúe “bastante incambiada”.

Mientras tanto, para Mario Buzalino, productor rural de Rincón del Colorado –zona hortifrutícola al oeste de Canelones, sobre el río Santa Lucía– e integrante de la Comisión Nacional de Fomento Rural (CNFR), las lluvias que cayeron fueron puntualmente “desparejas”, pero en general “absolutamente insuficientes” e “insignificantes”. Recordó que la semana anterior hubo temperaturas de casi 40 grados, lo que genera una evapotranspiración de 10 a 12 milímetros, y el acumulado de las pasadas lluvias fueron de menos de seis milímetros. “La carencia de agua en el suelo, ya no en las capas superficiales, sino en profundidad, es brutal”, alertó.

Según Buzalino, están pagando las “consecuencias” en todos los rubros. “La verdad es que todos hemos perdido. Hoy estamos eligiendo dónde podemos perder menos, pero es una situación muy comprometida; por supuesto son unidades muy chicas, productores familiares en su amplia mayoría. Nos va a costar muchísimo levantar esta cometa de hormigón. No sabemos qué va a pasar para adelante”, lamentó.

Febrero suele ser el mes más lluvioso, sin embargo, este año fue diferente: “Se nos está yendo todo febrero y el último registro en dos días fue de seis milímetros. Es una situación muy especial, muy complicada, y estamos muy preocupados en ese sentido”, resaltó Buzalino.

Esperanza en que surjan “muchas más” medidas

Carrese señaló que en diciembre en las distintas Mesas de Desarrollo Rural había “mucha incertidumbre”. Eso, en enero, se tradujo en “desazón y malestar” desde muchos rubros. No obstante, consideró que en febrero “el shock, el golpe grande, se ha ido asimilando”. “Creo que también han ido entendiendo las graduales medidas que han ido surgiendo, esperanzados en que surjan muchas más, porque van a ir surgiendo medidas desde todos los ángulos”, aventuró.

El balance que hace la CNFR de las medidas que tomó el gobierno, por el momento, es que son “insuficientes”. “Algunas van a dar una mano, pero eso no va a evitar que muchos productores vayan a dejar la producción. Lamentablemente es un costo que vamos a pagar todos, pero sí, por supuesto que son insuficientes”, aseveró.

Buzalino dijo que hay algunas disposiciones que sí pueden tener impacto, como por ejemplo, los préstamos del Banco República. En cuanto a las medidas que se basan en créditos “muy ventajosos”, señaló que como productor hoy no puede comprometerse “a deber dos pesos ni siquiera dentro de seis meses o el año que viene, porque las consecuencias de una sequía no se terminan cuando llueve, sino que por los ciclos productivos y el impacto de una sequía, hagas lo que hagas, te va a durar un año más”.

En suma, sostuvo que “la ciencia tiene que entrar a trabajar”, pues “este partido lo perdimos como productores”: “Este año está perdido, esto ya fue, tenemos que aprovechar para adelante. Esto no es un escenario absolutamente excepcional, sino que según los que saben vamos a tener que acostumbrarnos a este tipo de eventos en el mundo y sobran ejemplos de programas de resiliencia ante este tipo de problemas; yo creo que por ahí va a haber que encararlo”.