A través de un comunicado de 400 palabras, el Banco Central del Uruguay (BCU) informó el lunes que al cierre de 2022 su patrimonio “se encuentra por debajo del mínimo dispuesto” por el artículo 8 de la carta orgánica del BCU, por lo que, “en virtud de la referida norma”, el Poder Ejecutivo “presentará un plan de capitalización a concretarse en 2023”. El comunicado agrega que los “detalles” del proceso serán informados “en el correr de las siguientes semanas”.

El artículo 8 de la carta orgánica del organismo fija el capital del BCU en 5.000 millones de unidades indexadas, equivalente a 28.012 millones de pesos uruguayos. De acuerdo al balance anual del BCU, que aún no tiene el visto del Tribunal de Cuentas, en 2022 el patrimonio del banco cerró con un déficit de 8.055 millones de pesos, por lo tanto, el plan de capitalización requiere 36.066 millones de pesos. En caso de no alcanzarse el monto mínimo, el artículo 8 establece que “el Poder Ejecutivo capitalizará al ente de acuerdo con un plan de capitalización que informará al Parlamento no más allá del ejercicio siguiente”.

Según explicaron varios economistas especializados, no es la primera vez que esto ocurre. En diálogo con la diaria, el exministro de Economía y Finanzas Danilo Astori señaló que “no tiene nada que ver con la macroeconomía del país”. “Es un problema de la institución BCU, no del país. El país tiene un excelente manejo de la deuda, el riesgo país es bajísimo y tiene una excelente cotización de los bonos”, aclaró.

Astori recordó que en el primer gobierno del Frente Amplio “pasaba lo mismo y tomamos las medidas de capitalización que correspondían”. Fuentes del BCU señalaron a la diaria que “es un tema del balance” de la institución, “algo bastante común”, y aseguraron que “no hay riesgo de liquidez [porque] es simplemente una cuestión contable”.

Asimismo, José Licandro, economista y exintendente de Regulación Financiera del BCU, dijo a la diaria que hubo al menos cinco procesos de capitalización entre 2010 y 2017, que se hicieron “por decreto”, y aseguró que el incumplimiento del monto mínimo establecido por ley “no tiene ninguna consecuencia porque el BCU sigue funcionado igual”. Se trata, sostuvo, de una “desprolijidad”, pero “no tiene absolutamente ningún impacto sobre nada”.

Del mismo modo, Bruno Gili, contador y socio de CPA Ferrere, expresó a la diaria que el déficit del BCU “no pone en ningún aprieto al sistema financiero”. Afirmó que, aunque “tiene un componente de economía real”, dado que “efectivamente hubo un efecto de pérdida de patrimonio”, esto “no va a producir ningún desequilibrio”.

Según la carta orgánica, el BCU tiene como finalidades primordiales “la estabilidad de precios” para apoyar el crecimiento y el empleo y la “regulación” y “supervisión” del sistema financiero.

Las causas

El economista y excoordinador del programa de Inclusión Financiera Martín Vallcorba apuntó en Twitter que el déficit de 8.055 millones de pesos registrado en 2022 supone una caída de 55.777 millones de pesos en comparación a 2021, cuando el BCU cerró el año con un patrimonio de 47.722 millones de pesos. Los motivos de las pérdidas, apuntó Vallcorba, fueron la diferencia de cotización de valores del exterior (11.772 millones) y, sobre todo, el tipo de cambio (39.547 millones).

En tal sentido, Astori señaló: “El patrimonio del BCU quedó por debajo del límite porque tiene activos en dólares, que están muy baratos, y tiene pasivo en pesos, que están muy caros. Además, tiene entre sus activos títulos de Estados Unidos que han caído en su valor”.

Del mismo modo, desde el BCU señalaron que “lo que explica esta situación es la depreciación del dólar”. Dado que el organismo tiene sus activos en dólares y sus pasivos en pesos, al disminuir la cotización del dólar, “hay una pérdida bien importante”; aunque también puntualizaron que incidió la caída de los “bonos en dólares de Estados Unidos” que el BCU tiene como reservas.

Gili apuntó que de alguna manera el déficit del BCU responde a “la volatilidad financiera que vive el mundo hoy”, con “activos financieros que han perdido valor”. Pero también mencionó la caída del dólar: “Se fortaleció tanto la moneda local que le generó una pérdida” al BCU, aunque puntualizó que el tipo de cambio depende de “múltiples factores de mercado”. Durante 2022 el dólar disminuyó 12% con relación al peso uruguayo.

Licandro añadió que en años anteriores, cuando los balances anuales del BCU fueron positivos, el organismo “a veces le devolvió bonos al gobierno porque tenía más capital del que precisa”. Consultado sobre las causas de la situación actual, explicó: “Lo que suele suceder es que, al ser depositario de las reservas internacionales del país, el BCU tiene una posición comprada en moneda extranjera, o sea, tiene más activos en dólares que pasivos en términos netos; y como en 2020 y 2021 el dólar subió, había dado muchas ganancias desde el punto de vista contable, pero en 2022 el dólar cayó, [lo que] dio una pérdida contable bastante grande. Todo esto es contable”.