El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó este lunes información sobre pobreza e indigencia en Uruguay correspondiente al segundo semestre de 2022. Según la estimación del organismo, 9,1% de la población se ubica por debajo de la línea de pobreza, es decir, vive en hogares con ingresos insuficientes para cubrir una canasta básica de alimentos y una canasta básica no alimentaria, en función del número de integrantes del hogar. A su vez, el total de hogares bajo la línea de pobreza se ubicó en 6,5%.

Los datos del INE muestran una reducción de la pobreza en comparación con el primer semestre de 2022. En ese período el total de personas pobres en Uruguay fue de 10,7%; en tanto, el total de hogares pobres fue de 7,4%. Sin embargo, en comparación con la pobreza registrada en 2019, último año antes de la pandemia, los indicadores de pobreza siguen siendo más altos. En 2019 había 8,8% de las personas bajo la línea de pobreza y en 2022 se ubicó en 9,9%.

Por otra parte, el informe del INE marca que aproximadamente 0,2% de la población uruguaya se ubica por debajo de la línea de indigencia o pobreza extrema, es decir, que viven en hogares con ingresos insuficientes para cubrir una canasta básica alimentaria. Asimismo, el total de hogares indigentes se ubicó en 0,1% en el segundo semestre de 2022. En ambos casos los números suponen una disminución con relación al primer semestre del año.

Daniel Olesker: “No hay ninguna razón para medir esto como un mérito”

En diálogo con la diaria, Daniel Olesker, economista y actual presidente de la Comisión de Asuntos Sociales del FA, afirmó que “no hay ninguna razón para medir esto como un mérito” del gobierno. La reducción de la pobreza durante 2022, sostuvo, “es casi natural” porque “los salarios reales dejaron de caer tan abruptamente” como en los dos años de pandemia. “El enlentecimiento de la caída del salario real, e incluso cierto crecimiento que hubo en el último trimestre de 2022, hizo que la pobreza sea menor”, señaló.

Para Olesker, “la única lectura que tienen estos datos” del INE es que, frente a igual período de 2019, “tenemos más pobres con una economía más rica”. Dijo que en los últimos tres años la economía uruguaya creció 3,5% en comparación con 2019, pero “hay 40.000 personas pobres más”. “Se ha concentrado la riqueza en la economía y hay más pobreza; este modelo concentrador actúa generando pobreza”, indicó.

Al igual que Olesker, desde el Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT señalaron a la diaria que el dato anual de 9,9% de pobreza de 2022 es superior al 8,8% registrado en 2019, lo que supone “algo más de 42.000 personas pobres”, entre las cuales “12.000 son menores de edad”. Comentaron que si bien “hay que celebrar” la caída de la pobreza, también hay que considerar que la actividad económica se ubica 3,5% por encima de 2019, lo que evidencia “las características regresivas de la política económica vigente”.

En tanto, Nicolás Cichevski, economista y gerente en CPA Ferrere, consideró en Twitter que la población bajo la línea de pobreza en el segundo semestre del año pasado “se ubicó en niveles similares a los de 2019” y que, “excepto por los años de pandemia”, la pobreza en Uruguay “se mantiene relativamente estancada en torno a 8% y 10% desde 2014”. Según Cichevski, “es probable que parte de la reducción se explique por la recuperación del ingreso real de los hogares”, que durante la segunda mitad del año “y en particular en el último trimestre”, “se recuperó en promedio y, más importante aún, en mediana”.

Por edad y por territorio

Al igual que en el primer semestre de 2022, el reporte del INE indica que la mayor incidencia de la pobreza se ubica en los menores de 17 años de edad. La afectación de la pobreza por franjas etarias es la siguiente: 16,5% en menores de seis años, 17,3% entre seis y 12 años y 15,3% entre 13 y 17 años. El porcentaje disminuye en edades más avanzadas: 7,9% entre 18 y 64 años y 2% a partir de los 65 años. El organismo advierte que esto ocurre “independientemente de la región del país que se considere”.

Estos números suponen, para todos los tramos de edad, una disminución de la pobreza con relación a los datos registrados durante la primera mitad de 2022. La franja más afectada en ese momento fue la de menores de seis años, con 22,5% por debajo de la línea de pobreza.

En cuanto a los indicadores de pobreza según las áreas geográficas, “Montevideo es la región que presenta el valor más alto”, con 8,2%, según señala el informe del INE. También por encima de 8% se posicionan los departamentos de Lavalleja, Treinta y Tres, Cerro Largo, Rivera y Artigas. En el otro extremo, por debajo de 3,9%, se ubican los departamentos de Canelones, San José, Colonia, Soriano, Flores y Florida. Sin embargo, se aclara que “la incidencia de la pobreza presenta una distribución heterogénea en el territorio nacional”.

Al cierre, en el reporte del INE se puntualiza que a partir del primer semestre de 2023 las mediciones de pobreza “consistirán únicamente en los principales resultados para el total del país”, es decir, sólo las estimaciones sobre personas y hogares bajo las líneas de pobreza e indigencia. No se incluirán las “desagregaciones habituales” por región, departamento, municipio, edad y ascendencia, las cuales “se incorporarán exclusivamente en el informe de pobreza anual”.

El gobierno vincula las cifras a las políticas sociales en primera infancia

En un documento elaborado por el Poder Ejecutivo, al que accedió la diaria, se destaca que la reducción de la pobreza se produjo particularmente entre los menores de seis años, tramo etario en el que el INE registró una “fuerte caída”. Según el gobierno, el resultado “es fruto del aumento de ingresos que se dio a lo largo del año”, así como de “la reducción de la inflación” y “el aumento del empleo”, que generó “una importante mejora en el ingreso total de los hogares”.

El documento también vincula la caída de la pobreza a las políticas sociales que se implementaron en el último tiempo “para atender la situación de la primera infancia”. En ese sentido, se señala el incremento de 70% de las Asignaciones Familiares-Plan de Equidad, que alcanzó a “más de 140.000 niños de cero a seis años”, y la prestación del Bono Crianza, que permitió “llegar a 25.000 hogares con una vulnerabilidad socioeconómica extrema”.

En síntesis, el Poder Ejecutivo vislumbra una “clara tendencia de reversión del impacto de la pandemia” en la economía, y aunque admite que “aún falta recorrer camino para la reversión total”, asegura que “la realidad es que el camino es consistente y sólido”.