“No lucharon contra la democracia, lucharon por la revolución” es la consigna que movilizó este martes a más de 25 organizaciones sociales y sindicales que se encontraron a las 18.00 en la plazoleta ubicada entre Francisco Simón y Luis Alberto de Herrera para marchar hasta el edificio del ex Estado Mayor de la Defensa (Esmade), donde funcionó el Servicio de Información y Defensa (SID).
“Hay pañuelos, pañuelos”, repite un hombre mientras deambula entre la gente. En sus brazos carga decenas de triángulos de tela blanca con la frase “Nunca más”. A pocos pasos, sobre un tobogán, reposan dos carteles que hacen referencia a la situación hídrica: “Agua para la gente, no para el capital” y “No al pago de agua”. La marcha aún está por comenzar, pero las banderas y pancartas ya son parte del ambiente.
Una de ellas es la del Gremio Estudiantil del Dámaso (GED), cuyos integrantes también portan una pancarta que planean colgar en la puerta del Esmade. Mientras se aprontan, una de sus voceras, Belén, comenta que ella y sus compañeros están ahí pues creen que “hay que esparcir la memoria entre los jóvenes, porque muchos quizás no la conocen o no les interesa qué fue el golpe de Estado”.
En la calle, tres mujeres cargan otra pancarta, que dice: “El arte es, fue, será resistencia”. Sus creadoras pertenecen al Colectivo Artes en la Escuela, y destacan la importancia de manifestarse “sobre todo en este momento, que hay tantos cuestionamientos” vinculados al proceso de la dictadura. “Como docentes y como artistas, nos parece que tenemos que estar, nosotros y todos, el pueblo en general, exigiendo lo que corresponde: justicia”, reflexiona Cecilia, una de sus voceras.
Memoria activa
“Una vez más, un 27 de junio nos encuentra en la calle, conjurando memorias”, dicen los representantes de la coordinadora organizadora al llegar al ex Esmade. “Porque saben dónde están nuestras compañeras desaparecidas, nuestros compañeros desaparecidos, asesinados en la tortura”, agregan.
Según la Coordinación 27 de Junio, las autoridades “saben y callan”, además de que “tienen todo registrado”. A la vez, plantean que “no hay nada más claro que el terrorismo de Estado no acabó con las elecciones”, algo que se observa tanto “con el plan IIRSA [Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana], con la represa de Salto Grande y el Rincón del Bonete”, como con lo sucedido en los últimos días, ante el hallazgo de restos óseos en el Batallón 14.
Recordando que se encuentran frente al lugar desde el que militares del SID salieron a secuestrar a Julio Castro, y donde fue coordinado el control y las infiltraciones de organizaciones sociales y políticas, los oradores afirman: “Acá estamos para decir que este sitio no va a ser olvidado”, y agregan que continuarán sembrando “la memoria viva, activa, que desafía la inercia, el silencio y la hipocresía”.
Tras repasar diferentes hechos que marcaron al régimen dictatorial, como el desarrollo de los escuadrones de la muerte, la militarización, las prisiones y exilios entre 1969 y 1971, la emisión de los comunicados 4 y 7 en 1973 y el día del golpe, enuncian: “Nuestras amadas compañeras y compañeros siguen gritando con sus huesos. Sólo la lucha con memoria nos encuentra para abrazarles. A 50 años de la huelga general, la lucha continúa”.