A diferencia del proyecto Neptuno de OSE, la apertura de sobres de la licitación para asociar Ancap con uno o más privados en el negocio de cemento y la cal no recibió ofertas. Este martes, el llamado se declaró desierto y, según el presidente de la empresa estatal, Alejandro Stipanicic, fue “un día triste para Ancap”.

El proceso de asociación privada en el pórtland empezó en setiembre del año pasado y el pliego de la licitación ofrecía tres posibles esquemas de asociación: una integral con todas las plantas de Ancap; una parcial con la planta de pórtland de Paysandú y una parcial con la planta de pórtland de Minas, el centro de expedición de Manga y la planta de cal de Treinta y Tres. Ninguna empresa privada ofertó por ninguna de las alternativas.

En conferencia de prensa, Stipanicic dijo que se perdió “la oportunidad de resolver un problema que es endémico”, ya que en las dos últimas décadas “la sociedad uruguaya pagó directamente 800 millones de dólares” debido a “las pérdidas del negocio”. Sin inversión en tecnología, Ancap ha perdido capacidad de producción en comparación a las tres empresas privadas que compiten en el sector y actualmente la empresa pública tiene un tercio del mercado. La intención del gobierno con la asociación privada era aumentar el volumen de producción y así acceder a mercados regionales.

Stipanicic señaló que la ausencia de oferentes marca que “el negocio del cemento pórtland de Ancap no resultó atractivo para nadie”. Las causas, sostuvo, fueron el “clima sindical”, “la cláusula de no competencia de [la cementera argentina] Loma Negra” –que prevé que ante cualquier tipo de asociación con un tercero tiene 60 días para igualar la oferta– y también “las cláusulas de defensa de la competencia”.

Asimismo, definió como un “baño de realidad” la constatación de que en la región “hay más capacidad de producción que demanda” de cemento, es decir, “hoy la región no necesita ni las reservas ni las plantas de Ancap”. Stipanicic consideró que quizás el valor del material de Ancap fue sobrevalorado y observado como algo que “valía mucho”, cuando “el valor de las cosas no lo pone quien las posee, sino quien desea algo”. “Ese precio quedó claro que es menos que cero”, lamentó.

El directorio “explorará” la posibilidad de una contratación directa

De todos modos, el presidente de Ancap aseguró que continuará “la búsqueda por la resolución del problema de fondo”, dado que “el problema sigue”. En ese sentido, adelantó tres “líneas de acción” a desarrollar por el directorio en el corto y largo plazo. En primer lugar, se buscará “capitalizar Cementos del Plata”, la subsidiaria de Ancap en el sector del pórtland. Stipanicic indicó que esto se hará mediante “una deuda que se originó en 2012 para la construcción de la planta de Treinta y Tres. Esa capitalización es de 33 millones de dólares, porque [actualmente] Cementos del Plata está en condición de recomposición patrimonial obligatoria”.

En segundo lugar, el directorio de Ancap “explorará” la posibilidad de una “contratación directa en caso de licitaciones desiertas”. Según Stipanicic, este mecanismo apuntará a “algunos de los varios interesados que durante todo el proceso mostraron determinados grados de interés”, pero aclaró que “puede llevar tiempo”.

Por eso, en lo inmediato, se va a “impulsar una profunda reestructuración del negocio con estrategias industriales diferentes para las dos plantas de Ancap, tanto desde el punto de vista operativo como desde el punto de vista societario”, manifestó Stipanicic. Se trata de “un combo de cosas” que, si bien “van a ser duras”, “pueden no afectar la estabilidad laboral de la mayoría de los trabajadores”. No obstante, advirtió: “Ya no podemos garantizar que todos los puestos de trabajo en el futuro se van a mantener”.

Durante buena parte de la conferencia de prensa, que duró casi media hora, Stipanicic cuestionó la actuación del sindicato, la Federación Ancap (Fancap), que se declaró en conflicto ante lo que entiende como un proceso de privatización de la industria cementera. “A este directorio se le acabó la paciencia de discutir con un sindicato que es irresponsable y que ha causado daños muy serios a Ancap”, aseveró.

El jerarca aseguró tener por escrito que un inversor extranjero interesado en la asociación tuvo “miedo de desembarcar en Uruguay debido a la conflictividad sindical” y criticó que “altos dirigentes” de Fancap hayan dicho que se iba a “regalar” la piedra caliza, cuando, en vista de la ausencia de ofertas, quedó en evidencia que “ni regalado alguien se interesó”.

Por último, añadió que si el sindicato sigue sin realizar horas extras y existe un riesgo de desabastecimiento de los combustibles, se va a “recurrir a la esencialidad”.

FA: “Esta licitación desierta es el fracaso”

“Yo no comparto que el tema sindical haya influido”, opinó en rueda de prensa Vicente Iglesias, director de Ancap en representación del Frente Amplio (FA). A su entender, la etapa de asociación privada “ya pasó” y “es el momento de mirar para adelante” y afirmó que “los ciudadanos de Paysandú, Minas y Treinta y Tres hoy tienen un poquito más de tranquilidad”.

Para Iglesias, lo que tiene que hacer Ancap para disminuir el déficit en la industria cementera es “lo que la ley nos mandó en el año 1931”, esto es, “producir pórtland al menor costo posible”. “¿Cómo se hace? Reorganizando a la gente, abriendo mercados, subiendo la producción y después haciendo las inversiones que sean necesarias”, señaló.

En rueda de prensa, el senador del FA José Nunes coincidió en que la solución al problema “es planificar las inversiones necesarias” para que las plantas de Ancap tengan “una eficiencia operativa acorde a la actual realidad de la fabricación del cemento pórtland”, lo que “depende de la voluntad política” del gobierno.

En cuanto a la ausencia de ofertas en la licitación, Nunes dijo que es “la confirmación de que se tomó un camino equivocado que ha hecho perder dos años y que ha llevado a incrementar notoriamente las pérdidas en el sector”. Señaló que el proceso licitatorio ocasionó un conflicto sindical que “perjudicó a todos”, tanto a la empresa como a los trabajadores y “sus familias”. “Esta licitación desierta es el fracaso de una política que, en vez de apuntar a cómo la empresa pública lograba resolver sus problemas de competitividad, confió en entregarlos a manos privadas”, fustigó.

En tanto, para el ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, el resultado del llamado supone un “problema grande” porque la asociación privada era “la solución viable”. “Nosotros pensábamos conseguir un socio que desarrollara un mercado regional, que trajera tecnología y capital”, señaló.

En sintonía con el presidente de Ancap, Paganini sostuvo que “claramente no ayudó el clima de conflictividad sindical” y afirmó que la alternativa de la oposición, “que todos los contribuyentes pongan más dinero para seguir financiando una cosa que sigue perdiendo dinero, no es una solución viable”.