Luego de 25 años de negociaciones, esta mañana se concretó el anuncio sobre la conclusión de las negociaciones del acuerdo técnico entre el Mercosur y la Unión Europea (UE). Este hito es lo más cerca que han estado los bloques de concretar el acuerdo, aunque aún restan varios pasos.

En los días previos a la LXV Cumbre del Mercosur, que se celebró en Montevideo este jueves y viernes, hubo señales de que finalmente podría cerrarse el acuerdo. La presencia en Uruguay de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y representantes del bloque europeo reafirmó las especulaciones, ya que se manejaba que su venida estaba sujeta al avance de la negociación entre ambos bloques.

Von der Leyen llegó este jueves y aseguró que “la meta del acuerdo UE-Mercosur está a la vista”, antes de que el canciller uruguayo Omar Paganini, tras la primera sesión de la reunión ordinaria del Consejo del Mercado Común, diera la primera confirmación: “Se han pronunciado todos los países a favor del acuerdo -de libre comercio- que se llegó con la Unión Europea”. Solo restaba la confirmación con la presencia de los mandatarios de los países.

Finalmente, tras la reunión entre los presidentes de los países miembros del Mercosur y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la mañana del viernes, se anunció el cierre de las negociaciones.

¿Ahora qué sigue en la aprobación del acuerdo Mercosur-Unión Europea?

El anuncio de este viernes supone el cierre de las negociaciones del acuerdo político y de cooperación, incluido el protocolo adicional al acuerdo comercial propuesto por la UE en 2023.

Ahora inicia un proceso determinado para la firma y entrada en vigencia del acuerdo. Durante su intervención en la cumbre, el canciller uruguayo Omar Paganini remarcó que resta la concreción de los pasos necesarios para “su firma y entrada en valor”, entre ellos, la traducción del texto y la revisión legal por todos los países. Por su parte, el presidente de Paraguay Santiago Peña fue cauto y afirmó que debemos “ser muy realistas: no es todo el camino, todavía nos queda un largo camino”.

En primer lugar, se hará una revisión jurídica por parte de ambos bloques sobre la letra del acuerdo y luego se traducirá a los idiomas oficiales de ambos bloques, en el caso del Mercosur, español y portugués, y en la UE a los 24 idiomas oficiales.

Tras esa gestión, se llegará a la firma del acuerdo, que está sujeta a la ratificación de los parlamentos. Dentro del Mercosur, para que el acuerdo entre en vigencia, lo deben aprobar los parlamentos de todos los países miembros, mientras que en la UE lo debe aprobar el Parlamento Europeo, recientemente renovado en elecciones comunitarias.

Este paso habilitaría la entrada en vigencia del acuerdo comercial. Sin embargo, los países que integran la UE tienen cinco años, a partir de la ratificación en el Parlamento Europeo, para convalidarlos en sus parlamentos nacionales y hasta regionales en el caso de Bélgica.

En los parlamentos europeos, los países que mayor rechazo han expresado sobre el acuerdo son Francia y Polonia, las dos potencias agrícolas, y, en menor medida, el gobierno de Italia. Por ejemplo, el parlamento francés ya ha rechazado el acuerdo tal como está y, tras el cierre de las negociaciones, reiteró su posición en contra.

Este último paso es clave, ya que si uno de los parlamentos nacionales o regionales rechaza el acuerdo, genera que caiga en todo el bloque comunitario, algo que no ha pasado hasta el momento.

Los antecedentes del acuerdo entre la UE y el Mercosur

Las negociaciones entre el bloque europeo y el Mercosur comenzaron en el año 2000, pero hasta la fecha no han logrado concretarlo. En 2016, las conversaciones se reactivaron con un impulso renovado, y desde entonces han tenido avances progresivos, aunque nada definitivo. El 28 de junio de 2019, los bloques alcanzaron un acuerdo político, el “Acuerdo de Asociación Estratégica”, que comprendió tres pilares: político, económico-comercial y de cooperación. En 2019 se cerraron las negociaciones por el acuerdo comercial, pero continuaron por el acuerdo político y de cooperación. En ese entonces, el parlamento de Austria votó una declaración en contra del acuerdo comercial propuesto e instó al gobierno de Viena a vetar el tratado.

El protocolo adicional propuesto por la UE

En 2021, el entonces canciller uruguayo Francisco Bustillo señalaba: “Resulta difícil prever la fecha de firma del acuerdo”. “Las negociaciones no han concluido. El 28 de junio de 2019, el Mercosur y la UE culminaron una etapa de las negociaciones, habiéndose alcanzado lo que se denominó un ‘Acuerdo en principio’, denominación que no tiene efectos jurídicos ni comerciales. A la fecha quedan temas comerciales pendientes de acuerdo, además de la revisión legal y formal de los textos y traducción de los mismos”, expresó Bustillo.

Los bloques continuaron las negociaciones referidas a la parte política y de cooperación y, en marzo de 2023, la UE envió un documento adicional al acuerdo firmado en 2019, que introdujo normas ambientales aprobadas desde 2019 en la UE, por ejemplo, los lineamientos del reglamento de deforestación de la UE (que comenzará a aplicarse a fines de 2024), que establece que no se podrá importar productos (ganado, aceite de palma, caucho, café, soja, cacao, carne y madera) que hubieran provocado deforestación.

Este adicional generó el rechazo de países como Brasil, el más afectado por la deforestación, que se opuso al documento. El presidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva —al frente de la presidencia protémpore del Mercosur en 2023— llegó a decir que el acuerdo era “inaceptable”, ya que “los socios estratégicos no negocian basados en la desconfianza y la amenaza de sanciones”.

Pero también la concreción del acuerdo enfrenta, hasta hoy, tensiones desde Europa, donde sectores agrícolas de países como Francia, Polonia y los Países Bajos exigen que las exportaciones del Mercosur cumplan con los mismos estándares y requisitos a los que están sujetos los productores locales. Pese al deseo de Lula de culminar su presidencia protémpore en diciembre pasado con la firma del acuerdo, el hito no llegó, aunque no se dejó de avanzar. En diciembre de 2023, Lula reconocía que “el texto que tenemos ahora es más equilibrado que el firmado por los anteriores gobiernos”, aunque “aún es insuficiente”, y reafirmó que en el acuerdo alcanzado en 2019 “nos trataban -al bloque sudamericano- como seres inferiores, países colonizados, con una gran falta de respeto”.

La declaración de la cumbre de diciembre de 2023 expresaba que “las negociaciones continúan con la ambición de concluir el proceso y alcanzar un acuerdo que sea mutuamente beneficioso para ambas regiones y que responda a las demandas y aspiraciones de sus respectivas sociedades”.