El jueves el Sindicato Único de Trabajadoras y Trabajadores del INAU e Inisa (Suinau) expresó, por medio de un comunicado, su visión respecto de la situación que estaban viviendo los centros de protección de 24 horas, luego de dos incendios en los hogares Magnolia y Creciendo Juntas, que sucedieron esta semana. Para el sindicato, lo ocurrido “no fue una novedad”, ya que existe una “situación de crisis en los Servicios de Protección Integral de 24 horas”, que se “da en forma bastante generalizada”.

El primer incendio tuvo lugar durante la tarde del martes en el centro Magnolia y, según indicó el sindicato, fue “intencional”. El fuego se inició en colchones, particularmente en la habitación donde sale la electricidad para toda la casa. A pesar del tenso momento, las adolescentes que allí residen y el personal no resultaron heridos. En la noche del miércoles sucedió un evento de similares características en el centro Creciendo Juntas.

En diálogo con la diaria, José López, presidente del Suinau, señaló que las situaciones de violencia en Magnolia se vienen arrastrando desde “hace mucho tiempo”, dado que, entre otras cosas, el hogar tiene “un padrón de 160 adolescentes”. La superpoblación, según el representante de los trabajadores, lleva a que no se les pueda dar a las adolescentes el “seguimiento que se debería darles”. López agregó que, además de la falta de personal, hay sobre el sistema “una presión muy importante del Poder Judicial”, con “una demanda que viene en ascenso”.

Con respecto a Creciendo Juntas, según repasó el sindicato en el comunicado, el pasado viernes se había desarrollado una reunión con la Dirección de 24 horas y con el Área de Adolescencia como consecuencia de hechos de violencia en el mencionado centro. Luego, el lunes, se constató que un trabajador del centro fue agredido y, el martes, algunas adolescentes “agredieron al equipo de trabajo y dañaron mobiliario”.

En el incendio se rociaron los colchones con alcohol para luego quemarlos dentro de dos dormitorios, “donde otras adolescentes dormían”, y se apagaron los detectores de humo. Como consecuencia de lo sucedido, hay dos trabajadoras de ese centro que “fueron atendidas y están certificadas, ya que inhalaron gran cantidad de humo cuando intentaron extinguir el fuego”, detalló el sindicato.

López indicó que “no han tenido respuesta” por parte del INAU para “intentar buscar una solución a los problemas de consumo y a los trastornos de salud mental” en los centros. “No hubo movimientos de traslados para que se pudiera descomprimir esa situación”, agregó el referente sindical.

¿Qué pasa ahora con los centros?

El vicepresidente del INAU, Aldo Velázquez, indicó a la diaria que se “están evaluando los daños y viendo cómo se van a recuperar” ambos centros. El jerarca comentó que inicialmente se había evaluado la posibilidad de que Magnolia se pudiera poner operativo a la brevedad, pero luego se declinó esa opción, ya que “no va a ser esa la solución”.

Por el contrario, Velázquez agregó que las adolescentes de este centro ya están “mudadas a otra casa”, que recientemente “se había terminado de arreglar”, y que antes del incendio ya se había previsto que fuera el alojamiento de las que estaban en Magnolia. Dado que no se esperaba que se tuviera que hacer la mudanza de forma tan repentina, todavía “hay que acondicionar algunas cosas”, vinculadas a cuestiones de “seguridad”, sostuvo el jerarca.

En el caso de Creciendo Juntas, por el momento las adolescentes “se distribuyeron entre distintos hogares”, mientras se busca una solución definitiva. Entre las posibilidades, se están considerando otras casas que están bajo el control del INAU, y la decisión seguramente se tomará en estas horas o a más tardar el lunes, dijo Velázquez. “No tenemos hoy por hoy una casa que esté en buenas condiciones, y tampoco la solución está en distribuirlas en distintos hogares, porque están todos con la capacidad a full”, concluyó el jerarca.

Sobre este caso, López agregó que luego de que las adolescentes responsables fueran conducidas ante Fiscalía, el fiscal decidió dejarlas en libertad y, por lo tanto, volvieron a ser atendidas por el INAU y no por el Inisa, como se pretendía. “Es una bomba de tiempo; eso que hicieron ahí lo pueden llegar a hacer en otro lugar”, planteó el sindicalista. “Así como está [la situación] es muy difícil trabajar”, manifestó.

El problema estructural de los servicios 24 horas

López remarcó que se viene denunciando un problema de gestión desde “hace mucho tiempo” y que esto “ha sido parte” del conflicto que el sindicato tiene desde el gobierno anterior. Entre las cuestiones que se ponen sobre la mesa están la falta de personal, la situación de los edificios -que, a su entender, tiene condiciones “muy precarias”- y la sobrepoblación en algunos centros, entre otros factores. “Todos estos elementos hacen que haya una profunda crisis del sistema 24 horas”, afirmó el sindicalista.

Consultado por el trabajo de la actual administración, mencionó que no se puede decir que “no haya ingresado personal”, ya que hay la “misma cantidad de funcionarios que cuando asumió”, en 2020. Sin embargo, López identifica que el problema está en que “cada vez la demanda es más grande y no hay una política de desarrollo de gestión humana”.

“Permanentemente hay una fuga de funcionarios. Cuando ingresan funcionarios a la atención directa, como se precisan también en otras áreas, se dan traslados, y seguimos como en una calesita que nunca para de rodar y estamos siempre en el mismo lugar”, explicó el sindicalista.

Por su parte, el vicepresidente del INAU reconoció que a veces se tienen “problemas de gestión interna” vinculados a “dónde se distribuye el personal”. Además, subrayó que la administración en este momento tiene “margen para ingresar más personal”, aunque no en números muy abultados. En ese sentido, admitió que esos procesos han estado “bastante demorados”, dadas “algunas diferencias” en el directorio.

Velázquez contó que a principios de 2023 presentó al directorio “una planificación de concursos para todo el INAU, lo que aparte solucionaba las encargaturas, que en el INAU son designadas en forma directa, y no logré aprobar ese plan”. “Se han hecho muy pocos concursos y en esos planes los concursos externos no se han largado”, indicó.

El jerarca reconoció que la incorporación de personal “no es el fin del problema”, sino que “hay muchos temas”, como “el modelo de atención” o “hasta dónde pueden llegar los funcionarios”, que también deben ser tratados.

Medidas tomadas por el sindicato

Luego de los recientes incidentes, desde Suinau se le solicitó una reunión al directorio del INAU. López comentó que por el momento no hay una fecha, pero que hubo “conversaciones con el presidente y el vicepresidente” del INAU.

El sindicalista recordó que hay alrededor de 15 hogares de tiempo completo y especializados que están con medidas concretas de cupo, esto quiere decir que no se permite “ingresar a más niños y adolescentes que los que realmente pueden sostener esos servicios”.

“No lo hemos instaurado en otros centros por alguna debilidad organizativa que tenemos y que a veces los propios trabajadores no están muy de acuerdo con esa medida, porque entienden que puede vulnerar derechos de los propios niños y adolescentes”, sostuvo López.

Por último, el representante de Suinau apuntó a que se ha denunciado la situación a legisladores del oficialismo y de la oposición, para que “no solamente estén enterados”, sino que intenten buscar “alguna solución”, dado que las medidas que se pueden tomar desde el sindicato “siempre tienen que ser sin dejar de atender a los niños, niñas y adolescentes”.

Las potestades de los trabajadores

López señaló que en el caso de algunos centros se dan “permanentes salidas no autorizadas”, producto de que “el Código de la Niñez y la Adolescencia establece que no hay manera de retener a un adolescente por la fuerza y, si se quiere ir, hay que tratar de persuadir para que no se vaya, pero no se puede hacer otra cosa”.

“Hay un doble sentido porque, si se toma alguna medida de contención, se inician investigaciones administrativas y se separan a los funcionarios de la función hasta que se procese esa investigación; pero, por otro lado, si no se toman esas medidas de contención, los chiquilines salen en horas de la madrugada y, si pasa algo en la calle, es responsabilidad del funcionario que está en el turno”, señaló López.

“Mi posición es que tendríamos que respaldar mucho más a los funcionarios, obviamente dentro de los límites, pero no me parece, por ejemplo, que tengamos que sumariar a un funcionario porque haya cerrado la puerta de salida con llave para tratar, en un momento, de contener una situación y que no se vaya un adolescente”, apuntó, por su parte, el vicepresidente Velázquez.