En los primeros días de setiembre comenzó la demolición del edificio ubicado en la esquina de San José y Florida, en pleno Centro de Montevideo. Abandonado desde hace 40 años, su estado actual distaba del resto del barrio, donde se erigen edificaciones emblemáticas como el Teatro Solís, la Torre Ejecutiva o la sede del Banco de Desarrollo de América Latina, de más reciente construcción.
El edificio, abandonado hace décadas y a medio finalizar, había sido ocupado varias veces, tapiado a medias, y se había convertido en centro de actividades delictivas, según denunciaron los vecinos.
Según informó la Intendencia de Montevideo (IM), el inmueble 5.871 fue expropiado “con destino a la renovación urbana” y se otorgó, en noviembre de 2023”, a la cooperativa Covienescena, integrante de la Federación de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (Fucvam).
En diálogo con la diaria, el director de Tierras y Hábitat de la IM, Sebastián Moreno, dijo que antes de entregar un terreno a una cooperativa hay un arduo proceso para que esa tierra pase a ser parte de la comuna. Mensualmente se genera una mesa de trabajo –más conocida como Fondo Rotativo Solidario (Foroso)– entre la IM y las cuatro federaciones de cooperativas de viviendas (Fucvam, el Federación del Plan de Viviendas Sindical, Federación de Cooperativas de Viviendas de Propietarios –Covipro– y Federación Cooperativas de Vivienda –Fecovi–), donde se busca negociar las tierras que la IM tiene a disposición, lo que se denomina “plan de tierras”. Estas son distribuidas de forma ordenada en los distintos territorios a las partes beneficiadas mediante una lista de espera. Hasta la fecha se han repartido 57 terrenos entre diferentes cooperativas, 50 de ellos en áreas centrales.
Moreno explicó que para este caso en particular, después de sanear la importante deuda que tenía el predio, este va a ser entregado a Fucvam y, a su vez, mientras se inicia el proceso de préstamo para construir, la federación hará lo propio con la Covienescena. En estos momentos la demolición aún sigue en curso, el edificio está en medio de otras dos estructuras similares y en un lugar céntrico, por lo que el trabajo se está haciendo de a poco. Moreno cree que, como ya se realizó el trabajo más grueso, el derribo definitivo podría terminarse en un par de semanas y luego sólo se necesitarían unos 15 días más para excavar internamente en el predio.
Sobre el destino de las personas que estaban ocupando el esqueleto del edificio, Moreno aclaró que no fue necesario un desalojo porque hace tiempo que habían abandonado el lugar y se encontraba vacío. Las últimas familias que habitaron el inmueble fueron realojadas por la propia IM.