Este lunes el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visitó Israel primero y Egipto después para supervisar las negociaciones en torno al acuerdo de paz entre Israel y la organización yihadista Hamas. En ese marco, Trump estuvo junto a las familias de los rehenes israelíes liberados y visitó el Parlamento, en Jerusalén, donde dio un discurso de más de 60 minutos, en el que anunció el fin del conflicto y el comienzo de “una era dorada” para la región.
Durante la oratoria, dos miembros de la Knesset fueron expulsados por portar una pancarta en la que se leía la frase “reconozcan a Palestina”. Se trata de Ofer Cassif y Ayman Odeh, ambos integrantes de la coalición Jadash, que nuclea a agrupaciones de izquierda y al Partido Comunista Israelí.
“Una paz verdaderamente justa que salve a ambos pueblos en esta tierra de agonía sólo se puede materializar con el fin completo de la ocupación y el reconocimiento universal del Estado Palestino”, consignó Cassif en su cuenta de X pocos minutos después del hecho. “Me expulsaron por plantear la exigencia más simple y en la que toda la comunidad internacional está de acuerdo. Aquí hay dos pueblos y ninguno se irá a ninguna parte”, publicó Odeh en la misma red social.
Este martes, entrevistado por la diaria Radio, Cassif dijo que el acto en Jerusalén representó una “repugnante muestra de culto a la personalidad, adulación y megalomanía de dos dictadores asesinos: Trump y Netanyahu”, y opinó que este último es “un criminal de guerra” porque “tiene la culpa no sólo por los miles de palestinos muertos en Gaza, sino también por soldados y rehenes israelíes sacrificados por intereses políticos”. “Casi vomité. Era demasiado asco”, manifestó.
El parlamentario comunista reconstruyó la expulsión y afirmó que “solamente ondearon pancartas pidiendo el reconocimiento de Palestina”, sin “gritar ni molestar”, pero “para el imperialista Trump la violencia es siempre efectiva y parte de su política”, tanto en otros países como en el suyo, dijo en alusión al accionar de los soldados de la Guardia Nacional estadounidense que se desplegaron en Los Ángeles.
Sobre el trato que normalmente reciben él y sus correligionarios políticos en la Knesset, confirmó que “siempre fueron una minoría crónica” y, si bien en los territorios ocupados por Israel se vive “una dictadura militar desde hace casi 60 años”, dentro del país existían “normas culturales dentro y fuera del Parlamento” que se respetaron en general durante los sucesivas administraciones. Sin embargo, “bajo este gobierno se rompió todo: ya no hay normas, sino solamente violencia, y gana el que tiene más fuerza”, advirtió. En su visión, ese es el motivo por el que Trump y Netanyahu pueden trabajar juntos: “Tienen las mismas ideas respecto de que las leyes no son importantes, y no tienen respeto por nada, solamente por ellos mismos”, aseveró.
“Dentro de Israel hay un régimen fascista” con “violencia en las calles que ejercen milicias y la Policía contra las familias de los rehenes”, comentó. “Lo que pasó ayer no sorprende, sino que es parte de la misma norma que domina a la sociedad israelí actual y creo que solamente comenzó. El futuro es más peligroso, y tengo miedo de que sea más violento”, alertó.
El plan de Donald Trump
El plan de paz que elaboró Trump para Gaza tiene 20 puntos, tres fases e incluye aspectos relativos a la gobernanza y a la reconstrucción del enclave, el desarme de Hamas y la liberación de prisioneros y rehenes, entre otros. Se firmó este lunes en Egipto en una cumbre que lo ratificó frente a una veintena de líderes mundiales.
Al respecto, el legislador dijo que “no hay paz” porque “hay un pueblo que está ocupado y un Estado ocupador”. Cuestionó el plan norteamericano y dijo que “los palestinos hasta ayer no fueron parte del diálogo” y tampoco pudieron formar parte de los debates en el ámbito de la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York, “porque Trump revocó las visas, incluso la de Abu Mazen”, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). “¿Qué paz podemos tener sin diálogo?”, cuestionó.
“El único camino para tener paz es la justicia, y no hay justicia con ocupación, apartheid, genocidio y sin liberación. Queremos paz y por eso necesitamos tener un pueblo palestino libre en su Estado junto a Israel”, expresó. Agregó que si el plan del republicano no contiene esos elementos, “no es un plan de paz, es una propuesta para continuar con la ocupación por otros medios”.
En este sentido, el anteúltimo punto del documento establece textualmente que “mientras avance la reconstrucción y la ANP cumpla su programa de reformas, podrían crearse las condiciones para la autodeterminación y un futuro Estado palestino”. No obstante, Cassif cuestionó quién va a ser el encargado de “decir que ya se cumplieron” esas condiciones y reiteró que es necesario concretar “un diálogo desde dos partes iguales que son vecinos, hermanos y amigos”, bajo una conferencia internacional y no a través de Estados Unidos.
“La autodeterminación no es un regalo, es un derecho. El pueblo palestino tiene el derecho a tener su Estado y es la única solución, no hay otra”, afirmó.