Recientemente se reactivó el debate para gravar al 1% más rico de Uruguay y este lunes el PIT-CNT presentará en el Paraninfo de la Universidad de la República (Udelar) la propuesta para la “creación de una sobretasa al Impuesto al Patrimonio de las Personas Físicas (IPPF)”. También este lunes, la diaria Radio recibió a Sergio Sommaruga, dirigente de la central sindical, quien identificó que se trata de “un mojón en un proceso donde se conjuga la indignación moral por la situación de exclusión social y todo lo que eso conlleva en la población más vulnerable (...) con la esperanza y la expectativa, un elemento simbólico fundamental”, así como representa “una revitalización de la discusión en términos de cuáles son los medios técnicos y concretos para hacer esos procesos de cambio”.

El documento presenta “una propuesta integral que tiene fundamentos conceptuales, diseño tributario y un marco de valoraciones normativas acerca de la posibilidad de transformarlo en una acción concreta, redistributiva, cobrando un 1% a los sectores que más concentran riqueza en Uruguay”. A su vez, luego de su presentación, “se abre una nueva etapa” vinculada al debate con las instituciones y organizaciones sociales, así como “una etapa de debate pedagógico, popular y social con nuestro propio pueblo a través de un proceso que se va a desarrollar durante todo el año que viene de asambleas ciudadanas y barriales por todo el país”.

El documento prevé crear una “figura impositiva acoplada al actual IPPF, denominada ‘sobretasa del IPPF’” y que lo recaudado vaya a un fondo “con características definidas por el Consejo Nacional de Políticas Sociales en consulta con el Consejo Nacional Consultivo Honorario de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia”. Según explicó Sommaruga, “hay una enorme desconfianza de la ciudadanía con respecto a qué va a pasar con la recaudación de impuestos y qué va a pasar con esta plata”, algo que también ocurre “en general” y representa “un déficit en la construcción democrática”.

Valoró que muchas veces “el sistema político está discutiendo la pirotecnia”, que “siempre es atractiva y seduce”, pero “no deja de ser efímero y un efecto visual”. “Para que la propuesta sea creíble tenemos que generar un compromiso potente de que la plata va para dónde tiene que ir y para eso hay que generar herramientas específicas”, acotó. Así, respecto a la manera tradicional de administrar impuestos, opinó que “sería un cercenamiento de esa discrecionalidad” para “garantizar que los fondos vayan exclusivamente para un plan integral de erradicación de la pobreza en infancias y adolescencias”.

Por otro lado, como segunda precisión, aclaró que “no es un dispositivo cerrado” y “el diseño, la configuración y el armado de ese dispositivo institucional para garantizar a la ciudadanía que la plata que se recaude va a ir exclusivamente para el fin mencionado, lo va a hacer el sistema político”. “Sería muy importante que haya una jefatura política bien clara y una responsabilidad individual; (..) Podría ser cualquier persona, pero creo que tiene que haber alguien que dé la cara”, definió. También “estaría muy bueno” que, “así como existe un comisionado para las cárceles, exista uno para controlar a dónde van estos fondos, cómo se ejecutan y su eficiencia”, agregó.

“Tenemos que dar los dos procesos en simultáneo: el fáctico de generar acumulación para erradicar la pobreza en las infancias y las adolescencias; y disputar la pérdida de credibilidad. Cuando se pierde, lo que gana es el pensamiento oscuro, el autoritarismo, los alardes mesiánicos de las extremas derechas”, condensó. Dijo que lo ve “en la región” y detecta en “sociedades que están en una situación de exclusión, de pobreza y optan -como túnel de salida- por la extrema derecha”. “¿Eso qué es? Una pérdida de credibilidad y expectativa”, definió.

El documento también establece un mínimo no imponible que sería de un millón de dólares. Sommaruga dijo que “hay un consenso a nivel internacional de que es la frontera en términos de acumulación que te hace ser rico”, pero precisó que las personas que tengan menos de esa cifra “están eximidos y siguen pagando lo que pagan hasta ahora”. “En la propuesta que se va a dar a conocer hoy hacemos un menú de opciones con distintas franjas de aporte progresivo que va de 0,5% hasta un 1,5% en función del acumulado que haya luego del mínimo no imponible”, adelantó.

Una segunda etapa es avanzar “en una revisión integral del sistema tributario actual, que dote de una mayor capacidad redistributiva”. Para Sommaruga, es “un camino complejo el que tiene que recorrer Uruguay para ir hacia la justicia social” y señaló que, en ese tránsito, un componente es “la modernización del esquema tributario uruguayo”. Detectó un problema “de equidad vertical” ya que “los que más tienen son los que menos pagan, y los que menos tienen son los que más pagan fundamentalmente a partir del IVA”: “Los más pobres consumen todo lo que ingresan y pagan un impuesto por eso; mientras los más ricos consumen una ínfima parte de lo que les ingresa y terminan colaborando muy poco respecto a sus posibilidades”, explicó.

“Esta propuesta, que para nosotros es potente (...), no es suficiente para resolver los problemas que tiene el Uruguay”. En sus palabras, “en los países que tienen más desarrollo en términos de generar condiciones de bienestar, el aporte de la ciudadanía al bien común para el financiamiento de las políticas públicas está en torno al 40%; es necesario dar un debate ideológico de que los impuestos no son mala palabra”, acotó.

“Los que más tienen, tienen que pagar más porque la sociedad se nos desintegra”, evaluó, al tiempo que detectó que los sectores más pudientes se están “aislando” en “barrios privados, autos de élite, instituciones de educación y de salud de élite” como respuesta, en “una especie de jaula de oro en donde los sectores más ricos se encierran para vivir en una atmósfera de privilegios al margen de lo que le está pasando al resto de la sociedad”.

Precisiones respecto a la propuesta

Sommaruga consignó que “no es un nuevo impuesto, sino la modificación de uno existente que tiene 50 años” y su origen estuvo vinculado al Partido Nacional (PN): “Yo no parto de la base de que necesariamente el PN se tenga que oponer; hay que interpelar al PN y sus votantes que no quieren pobreza infantil tienen que interpelar a su partido y dirigentes”, acotó sobre las filas blancas. Por otro lado, precisó que “no hay aumento de la presión tributaria” porque “el 99% de las personas en Uruguay no va a pagar el impuesto”, cifra que asciende al 100% entre “personas que viven de ingreso fijo”: “Esta sobretasa la paga exclusivamente un sector que es el más rico y concentra la misma cantidad de ingresos mensuales que el 50% más pobre”, identificó.

Además, dijo que “no castiga a la actividad productiva” porque “la sobretasa se aplica al patrimonio de la persona física y el patrimonio relacionado a la actividad productiva queda eximido de pago”. “Es más, hay estudios que indican que un gravamen de este tipo estimula la inversión. Si vos tenés un millón, dos millones o diez millones de dólares en el banco, sabés que vas a tener que pagar por eso pero si lo invertís en actividad productiva no; por lo que tenés un aliciente para invertir en producción”, mencionó al respecto.

Sommaruga dijo que “hace 30 años que Uruguay no puede romper el techo de cristal de tener el doble de pobreza infantil que de pobreza adulta”. En base a lo anterior, problematizó si revertir la situación “no es un problema estratégico” y señaló que “lo que hemos hecho durante estos 30 años funcionó mal”. En su visión, “la pobreza infantil condiciona el ejercicio de derechos y las trayectorias educativas”: “Uno puede sacar la conclusión fascista de que los pobres son bobos y no pueden aprender; o la decisión interpelante de que estamos condenando, producto de decisiones políticas, económicas y sociales, a las familias en situación de mayor pobreza y exclusión social a repetir ese ciclo”, aseveró.

“Cuando me dicen ‘no podemos hacer estas cosas porque los inversores se van’, la pregunta es quién manda. ¿Manda la gente, con su conciencia y su voto soberano, o un puñado de ultra ricos que cada vez son más dueños de todo?”, dijo en línea con lo anterior y cuestionó que “cuando le pedís a los más ricos que aporten un 1% parece que el país se cae” y señaló que “cada vez que ponés en discusión los privilegios, no se puede”.