El Ministerio de Relaciones Exteriores informó que Uruguay fue aceptado por Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Reino Unido y Vietnam como nuevo miembro del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP).
Las 12 economías que integran el tratado representan alrededor del 15% del producto interno bruto (PIB) mundial –15,4 billones de dólares– y una población de más de 595 millones de personas. Según la cancillería, en 2023 el bloque concentraba el 15% del comercio global.
En materia de exportaciones, entre 2022 y 2024 el CPTPP representó el 9% del total de las exportaciones de mercancías de Uruguay, equivalente a 1.100 millones de dólares.
Uruguay presentó formalmente su solicitud de ingreso al Acuerdo Transpacífico en 2022, por intermedio del entonces canciller Francisco Bustillo.
Este viernes, en una conferencia de prensa, el canciller Mario Lubetkin y la vicecanciller Valeria Csukasi ampliaron el anuncio. “Ahora estamos en múltiples negociaciones y con perfil muy bajo en todas ellas, porque siempre pensamos que si no, no se resuelven ni se concretan”, comentó. Agregó que, aceptada la adhesión, Uruguay se dispone a una nueva instancia de negociaciones en las que tendrá que “afinar mucho el lápiz pensando muy bien para que todos los sectores que estén interesados en esto se vean beneficiados”. “Hemos abierto supercarreteras, ahora tenemos que recorrer con todos”, ilustró el canciller.
Sobre el Mercosur, señaló que hay “dos escenarios”: por un lado, dijo que “nunca fue planteado este futuro acuerdo entre Argentina y Estados Unidos”, aunque “no damos ningún tipo de opinión”; por otro, “tenemos también la situación de nuestros amigos brasileños”, que en el “debate arancelario con Estados Unidos inician una fase de negociaciones que por suerte se está encaminando”.
“Por lo tanto, yo creo que no nos equivocamos cuando la presidencia argentina empezó a utilizar la palabra ‘modernización’ del Mercosur. [...] Este Mercosur construido hace tantos años, válido para aquel momento, poco tiene que ver con este mundo”, acotó a lo anterior. Aseguró que “no estamos haciendo movimientos en función de que en el anterior período se hizo A o B”, sino que se hacen “porque el mundo ha cambiado” y “tenemos que tener capacidad de responder de frente a la nueva realidad”, sobre lo que “hay muchos signos de pregunta”.
“Nadie del Mercosur está planteando ni irse ni bombardearlo. Estamos viendo cómo lo reproyectamos hacia adelante a partir de un mundo que cambió sustancialmente y en el que todos nos estamos moviendo –porque todos nos estamos moviendo– en función de la preservación de nuestros propios intereses y del crecimiento de nuestros países”, sostuvo.
Por otro lado, Csukasi –quien hizo cinco viajes a países asiáticos en el marco de la gestión– dijo que, en “silencio” y “muy discretamente”, la “serie de gestiones” involucró “25 encuentros virtuales, pero sobre todo presenciales, con las autoridades y los equipos negociadores de todos los países del CPTPP”. Esta “primera ronda a nivel técnico” fue precedida por una “etapa política de encuentros cara a cara con ministros y ministras de Comercio”, que insumió unas 500 horas de vuelo, señaló.
“Un par de países [...] tenían serias dudas respecto del ingreso de Uruguay al CPTPP por motivos bien diferentes, algunos incluso les diría que nos sorprendieron”, acotó. Los reparos –vinculados con “el potencial exportador grande de Uruguay” y “la competencia”– se sanearon en una reunión en Singapur, donde Uruguay se unió a otro grupo de 15 países en el marco del Future Trade and Investment Partnership.
Así, Uruguay pasó a integrar “un grupo de cuatro países que básicamente, si bien no tenían objeciones aparentes, tampoco lograban generar consenso absoluto para su ingreso”, hasta que finalmente fue aceptado “porque no hubo objeciones de ningún país para su ingreso y los otros tres quedaron en una lista de espera para el año próximo”.
A partir de ahora, explicó Csukasi, el país pasará a integrar “un grupo de trabajo en el que se van a ir delineando las características del ingreso”, que configura “una etapa muy intensa” en la que “vamos a seguir manteniendo el contacto con el sector privado, con el sector trabajador y con la academia”. Explicó que se mantendrán discusiones capítulo a capítulo, vinculadas a “bienes, servicios, propiedad intelectual, facilitación del comercio y varios otros temas”, para “explicarle a Uruguay cómo tendría que sumarse” y que, si tiene “diferencias”, pueda plantearlas.
“Es un proceso diferente: esto no es una negociación de cero para ser parte de un acuerdo de libre comercio, sino que es un proceso para adherir a uno que ya está en vigor desde hace mucho tiempo y que tiene mucho andado”, indicó, y agregó que esto acerca a Uruguay a un “club muy particular de países, que son los que hoy están teniendo los mayores debates sobre hacia dónde va el futuro del libre comercio en el mundo”.
Sobre la política de Estado como “diferencial”, la vicecanciller afirmó que “Uruguay es reconocido internacionalmente como un país serio, que mantiene 40 años de democracia ininterrumpida, es respetuoso de su institucionalidad y donde las reglas no cambian gobierno a gobierno”, por lo que, “cuando hablamos de inserción económica y comercial, hay una política de Estado” y “los objetivos son compartidos entre gobierno y oposición”.
Australia preside actualmente el CPTPP y, de los 12 países miembros, Uruguay “sólo tiene acuerdos comerciales con cuatro: México, Chile, Perú y Singapur, por el reciente acuerdo Mercosur-Singapur”. Esto significa que esto “abre ocho nuevos mercados”, además de oportunidades de “servicios, inversión y modernización del comercio”, entre otros.
La incorporación, según la vicecanciller, “nos empieza a acercar a algo que el sector productivo reclama desde hace mucho tiempo: igualdad de condiciones con competidores directos”. “Pasamos a tener condiciones iguales de acceso en mercados en donde nuestra competencia hoy nos estaba ganando por no pagar aranceles”, señaló.
Este viernes se recibe la nota oficial de Australia, en la que se informa que se aceptó el pedido de adhesión y, respecto de otras acciones, “no estamos imaginando que pueda pasar más de un mes o mes y medio para ya empezar los trabajos”, dijo la vicecanciller.