El lunes cerró el primer período ordinario del primer año de la 50ª Legislatura, marcado, entre otras cosas, por la falta de mayoría parlamentaria del oficialismo en la Cámara de Diputados –y el rol de Cabildo Abierto (CA) para lograr sortearla–; el papel de la Coalición Republicana (CR) como oposición; la discusión en torno a la última Rendición de Cuentas de la administración de Luis Lacalle Pou y el proyecto de ley de presupuesto; la aprobación de algunas iniciativas de peso, como la reforma de la Caja de Jubilaciones y Pensiones de Profesionales Universitarios (CJPPU); la primera ley de eutanasia de América Latina; y las cinco interpelaciones impulsadas por la oposición.
La presidenta de la Asamblea General y vicepresidenta, Carolina Cosse, valoró en rueda de prensa que en el Parlamento “se trabajó muy bien”, con “mucha seriedad” en las diferentes comisiones, “sin dogmatismos, con amplitud y con apego a los principios”. Consideró “un gran logro” para el oficialismo la aprobación del presupuesto y apostó a que el próximo año se pueda “seguir profundizando en líneas que tienen que ver con cuestiones que le importan a la gente”.
En la misma línea, este martes el presidente del Frente Amplio (FA), Fernando Pereira, tras reunirse con la bancada de senadores, destacó que el oficialismo consiguió construir mayorías para aprobar un presupuesto basado en “los conceptos de la izquierda”, como “[hacer] crecer la cantidad de ingresos para poder distribuir, es decir, no ajustar sobre la gente, sobre los trabajadores, sobre los cuentapropistas, sobre las empresas, sino ajustar sobre los sectores más poderosos de la sociedad”.
Desde la CR, el senador colorado Robert Silva reconoció que la aprobación del mensaje presupuestal fue un “logro indiscutible del gobierno”: “Yo creo que es un éxito del gobierno y de los legisladores del gobierno en particular”, afirmó, en diálogo con la diaria.
La senadora del Partido Nacional, Graciela Bianchi, en tanto, consideró que, si bien el FA no tiene mayoría en Diputados, puede conseguirla, algo que hubiera sido más difícil en la Cámara de Senadores. “En el Senado hay una cosa que la gente pierde de vista que es que están los cabezas de lista; entonces, con los cabezas de lista es que siempre se construyeron acuerdos”, dijo a la diaria, y acotó que “ni Identidad Soberana [IS] ni Cabildo Abierto para nosotros [la CR] son a tener en cuenta, porque a veces no sabes cómo van a reaccionar, porque no tienen una línea de continuidad coherente”.
Bianchi consideró que, entre IS y CA –los dos partidos por fuera de la coalición que pueden darle al oficialismo los votos que le faltan en Diputados–, el segundo “ha sido más coherente”. No obstante, remarcó que “es una situación rara, de incertidumbre, porque no sabemos al momento cómo van a reaccionar esos cuatro [legisladores]”.
660 proyectos de ley presentados y 38 leyes
El monitor del Programa de Estudios Parlamentarios de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República contabilizó, hasta el 30 de noviembre –previo a la sanción definitiva del presupuesto–, 660 proyectos presentados en 2025, de los cuales 38 se convirtieron en ley. Hubo 277 iniciativas desarchivadas de legislaturas anteriores y 292 nuevos proyectos.
La iniciativa de los proyectos correspondió al Poder Legislativo en un 72% y al Poder Ejecutivo en un 28%. Dentro del Parlamento, la iniciativa se distribuyó de la siguiente manera: el Partido Nacional concentró el 37,8%; el Frente Amplio, el 19,7%; el Partido Colorado, el 27,1%; Cabildo Abierto, el 3,2%; varios partidos, incluido el FA, el 3,6%; y varios partidos de la oposición el 5,7%; y otros, el 1,5%.
El número de leyes aprobadas fue similar al del primer año de la 48ª Legislatura (35), pero menor que en la legislatura pasada, cuando se sancionaron 59. No obstante, la politóloga Camila Zeballos, integrante del Programa, consideró que, tomando en cuenta la restricción parlamentaria de la falta de dos diputados para el FA, “uno podía llegar a pensar que la productividad iba a ser mucho más baja de lo que termina siendo”. A su vez, el “delay legislativo, es decir, los días para aprobar una ley (91), fue “bastante similar” al de otros años.
Por otro lado, sólo el 13,5% de los proyectos sancionados fue de “alta importancia política” y el 18,9% de “mediana importancia”, mientras que el resto correspondió a iniciativas administrativas (18,9%), tratados internacionales (21,6%), autorizaciones a las Fuerzas Armadas (16,2%), pensiones graciables (8,1%) y desgloses presupuestales (2,7%). Las leyes que el monitor consideró de alta importancia fueron: la referida a la situación de la mutualista Casmu, el salvataje a la CJPPU, la Rendición de Cuentas, las medidas para las zonas fronterizas y la eutanasia –la posterior aprobación del presupuesto podría considerarse también–.
“Amateurismo”, falta de liderazgo y “un gobierno en disputa”
La senadora nacionalista calificó el año legislativo como “raro”. Sostuvo que empezó “muy tranquilo, sin grandes estridencias” y apuntó que, a diferencia de otros inicios de legislatura, cuando “había muchos proyectos de ley que reflejaban las iniciativas del gobierno”, este año “estuvimos trabajando con proyectos de ley que se desarchivaron del período anterior”.
Bianchi consideró que algunas contradicciones a la interna de la bancada del FA –como entre el Poder Ejecutivo y los parlamentarios oficialistas– también “le dieron ese carácter raro al año”, en el sentido de que “es como impredecible lo que vaya a suceder”. Reconoció que se trabajó “bien” en comisiones con el oficialismo sobre algunos proyectos.
Tanto Silva como Bianchi mencionaron situaciones por las cuales, según entienden, “hay un gobierno en disputa permanentemente”. Entre ellas, ambos se refirieron al tratamiento de la venia de Carolina Ache como embajadora en Portugal, que despertó reparos también en la interna del FA, por ejemplo, desde el Partido Socialista. “Es un gobierno en disputa, que obviamente es entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo o en el propio ámbito legislativo, lo cual también queda muchas veces en evidencia”, señaló Silva.
Para Bianchi, episodios como el de Ache denotan “el amateurismo y la improvisación”, lo cual, según la senadora, “es consecuencia de que no hay líderes” en el oficialismo. Al mismo tiempo, consideró que “hay un desbalance” con la bancada del oficialismo, porque “vienen verticalazos de algún lado, que pueden ser desde la chacra [en alusión a la exvicepresidenta Lucía Topolansky], desde Presidencia, pero no específicamente el presidente, y eso se nota”.
Con respecto a las diferencias internas dentro de los partidos de la coalición –y entre ellos–, Silva reconoció que “es cierto, pero hay una gran diferencia: nosotros no somos gobierno; nuestras internas afectarán las iniciativas legislativas que tendrán mayor o menor apoyo, pero no afectan decisiones de gobierno como sí tiene el FA”. No obstante, consideró que la coordinación de la coalición –como la de su partido– “puede y debe rendir más”.
Bianchi señaló que el ejemplo de coordinación “tiene que ser el proyecto de ley de la Caja de Profesionales, que se trabajó dentro de cada partido con los diputados y la coalición, y la coalición en su conjunto con el Poder Ejecutivo”. “Esa va a ser la única manera en que se va a poder trabajar con seriedad”, afirmó.
Para Zeballos, particularmente el presupuesto demostró “que los partidos de la oposición son muchos y necesitan coordinarse para tener una actividad legislativa productiva si quieren tener un protagonismo”.
La negociación desde Presidencia
La politóloga analizó que, luego de la aprobación de las leyes vinculadas al Casmu y a la CJPPU, “quedó en evidencia la necesidad de una negociación mucho más alta entre las bancadas del FA y los demás partidos, sobre todo en la Cámara de Representantes”. Por ello, en instancias posteriores, como la Rendición de Cuentas y el presupuesto, “la negociación pasa a estar ya más en el [Poder] Ejecutivo”, principalmente en torno a la figura del secretario de Presidencia, Alejandro Sánchez, apuntó.
En cuanto a la dificultad en las negociaciones, Zeballos señaló que, principalmente, responde a la “restricción suprema”, que es la falta de los dos diputados, por lo que “la negociación tiene que trascender la negociación interna del Parlamento y deben salir a buscar apoyos parlamentarios por fuera”. Subrayó que, si bien los diputados de CA fueron la llave para destrabar algunas negociaciones, para aprobar el presupuesto el oficialismo “contó con mucho apoyo” de otras bancadas y generaron “movimientos a la interna de los partidos de la oposición, porque hay fracciones que votaron y hay otras que no”.
Asimismo, consideró que la restricción en la cámara baja, sumada a la restricción macroeconómica, incidió en que la iniciativa del Ejecutivo no haya sido mayor. “En términos de política pública, de variaciones de política pública, mi intuición es que van a venir en cada una de las Rendiciones de Cuenta, porque ahora lo que hace este presupuesto es abrir un poco la cancha para algunas áreas prioritarias que tenía este gobierno”, afirmó.
Para Silva, se podría “haber aprovechado más y mejor el tiempo si hubiésemos tenido más iniciativas parlamentarias que nos llegaran [desde el Ejecutivo]”. “El Poder Ejecutivo debió mandar más iniciativas parlamentarias; todos quedamos supeditados un poco al proyecto de presupuesto, que cuando llegó quedamos con sabor a poco porque realmente el proyecto de presupuesto no tiene la magnitud y la cantidad de disposiciones que uno hubiese esperado”, dijo el senador colorado, para quien, “el año que viene tenemos que atender y tratar más cosas que impacten más directamente en la vida de la gente”.
“Año de satisfacción” para el oficialismo
A mediados de agosto, el FA definió 15 proyectos de ley que buscaría aprobar en, al menos, una de las cámaras antes de fin de año. Dos de ellos recibieron sanción definitiva (eutanasia y el ingreso a las intendencias por concurso o sorteo), cuatro recibieron media sanción, siete están a estudio de sus respectivas comisiones y dos no han sido enviados por el Poder Ejecutivo (la creación de la Universidad de la Educación y la descentralización del Instituto Nacional de Rehabilitación).
El diputado frenteamplista Mariano Tucci remarcó el “talante negociador y dialoguista” de su fuerza política al conseguir sortear la falta de mayorías. “Ha sido un año de satisfacción en ese sentido, además de haber podido sostener a todos y cada uno de los ministros y ministras que han comparecido en régimen de interpelaciones, que han sido varias”, apuntó.
El diputado consideró que, “más allá de los debates ásperos y de los intercambios –muchas veces respetuosos, sí, pero subidos de tono–”, los partidos políticos “han entendido, de alguna manera, que la gente espera mucho más de nosotros”. En ese sentido, reconoció el “esfuerzo que se ha hecho por la gran mayoría de los parlamentarios en la votación del presupuesto”, y apuntó que, en 2026, estará sobre la mesa la primera Rendición de Cuentas, lo que “va a requerir apoyaturas relevantes, de mayorías que el Frente Amplio no tiene y que va nuevamente a tener que construir; eso es un desafío”.
“Hay una serie de desafíos que va a atravesar la política con mayúsculas, que dependen notoriamente del gobierno nacional, pero también del concurso y la participación de las oposiciones, que son diversas y que ha quedado demostrado así en los principales proyectos que se han debatido, sobre todo en Diputados”, expresó.
“Este es un gobierno que se ha remangado y que se ha dedicado a trabajar mucho y hablar poco”, dijo Tucci, consultado sobre el cuestionamiento de un gobierno “sin estridencias”. “Es un gobierno que da resultados, que se ven de manera cotidiana”, remarcó y destacó el nivel de avance sobre los 63 compromisos asumidos en el inicio del gobierno.