Este sábado, en Treinta y Tres, con la presencia del expresidente Luis Lacalle Pou y varios dirigentes blancos, se reunió la juventud del Partido Nacional (PN) para presentar el documento que elaboraron en base a una gira que realizaron por los 19 departamentos del país, bautizada “Lo que nos une”.
En las conclusiones del documento, al que accedió la diaria, se consigna que el objetivo de la gira fue “escuchar de verdad a la juventud nacionalista, reconstruir vínculos con el territorio, evaluar con honestidad el proceso electoral reciente y volver a poner al PN en el lugar donde históricamente se hace fuerte: junto a la gente”.
En el informe se señala que, a partir de lo expresado por cientos de jóvenes en todo el país, “con testimonios directos, autocríticas sinceras, propuestas constructivas y un compromiso real”, surgieron “conclusiones claras que merecen quedar asentadas como hoja de ruta para el futuro”. Consignan que en los 19 departamentos se repitieron ideas como “falta presencia entre elección y elección, nos vemos solos en algunos momentos” y “la gente nos ve sólo cuando hay campaña”. En ese sentido, “en todos los casos la conclusión fue la misma: cuando el partido se aleja de lo social, pierde conexión con la realidad”.
“La juventud espera que la estructura partidaria vuelva a estar presente, que colabore, articule, acompañe, gestione contactos y facilite soluciones concretas. No siempre es posible resolver cada situación, pero siempre es posible enlazar, acercar caminos y abrir oportunidades. Esa expectativa no surge de un reclamo aislado, sino de lo que se repitió en cada departamento durante la gira: la necesidad de una presencia sostenida, de una estructura que no aparezca sólo en campaña, de una conducción que escuche y que esté disponible para acompañar procesos sociales, educativos, culturales, deportivos y comunitarios”, se señala en el documento.
Además, se indica que en cada departamento los jóvenes reclamaron una formación política “que sea clara, accesible, útil, moderna y vinculada a los desafíos contemporáneos: comunicación digital, participación social, políticas públicas básicas, liderazgo, territorio, inclusión, innovación y trabajo comunitario”. “No piden discursos largos; piden herramientas concretas para militar mejor, entender mejor y aportar más”, se agrega.
Por lo tanto, en el documento se sostiene que la conclusión de la gira “es simple; la identidad entusiasma cuando se explica bien, cuando no se vuelve museo ni bandera vacía, sino cuando se transforma en una guía para actuar en el presente”. “En todos los departamentos quedó claro que la juventud no quiere teoría vacía ni reuniones interminables, sino herramientas concretas para poder militar mejor y asumir responsabilidades reales. No discursos, herramientas”, insisten. Por eso, “piden espacios para aprender comunicación política, oratoria, redes sociales, liderazgo, trabajo territorial, historia del partido, organización comunitaria, políticas públicas básicas, negociación y participación institucional”.
Sin conexión
En el documento se señala que otro punto que surgió “con fuerza” en los 19 departamentos “fue la desconexión entre la comunicación del partido y la realidad juvenil del territorio”, ya que “las redes del partido no dialogan con las juventudes locales, los mensajes no están adaptados al territorio, la estética no conecta y los contenidos no reflejan el trabajo real de la militancia”.
“A esto se suma una percepción repetida: se habla mucho de arriba hacia abajo y poco desde abajo hacia arriba, lo que genera distancia y pérdida de sentido para quienes trabajan todos los días en los barrios, los clubes, las organizaciones y las localidades del interior”, se agrega. Frente a esa realidad, los jóvenes piden “una comunicación más humana, más territorial, más real, con presencia constante en redes y con referentes jóvenes que comuniquen desde su propia experiencia”.
“No se trata de cambiar colores o eslóganes, sino de mostrar el trabajo que efectivamente se hace, contar historias locales y devolverles protagonismo a quienes sostienen la militancia en cada departamento. Al igual que toda la vida, sabemos que la política se comunica desde el territorio, no desde un escritorio”, sostienen.
Entonces, la juventud blanca propone “soluciones concretas”, como “mesas departamentales activas, participación joven real en decisiones locales, equipos territoriales estables, referentes por localidad, proyectos comunitarios permanentes y actividades regionales que permitan unir esfuerzos en lugar de dispersarlos”. “No se trata de inventar estructuras nuevas, sino de revitalizar las que ya existen y darles un funcionamiento continuo. La gira dejó claro que hay voluntad para hacerlo, pero falta decisión política. La reorganización del PN será más sólida si la juventud es protagonista del proceso”, se subraya.
Por último, en el documento se señala que la gira confirmó que es necesario volver a las raíces del PN “para proyectar un modelo de país bien blanco, capaz de desafiar el statu quo, de cuestionar el centralismo y de encarar reformas profundas que Uruguay necesita hace décadas”. “Nuestro partido nació enfrentando el unitarismo, y esa discusión sigue siendo el eje de buena parte de los problemas del país”, finaliza el informe.