El candidato de Cabildo Abierto (CA) a la Intendencia de Montevideo (IM), el coronel retirado Roque García, es un “paracaidista certificado”, y no porque se haya trasladado recientemente desde Ginebra (Suiza) hasta la capital uruguaya para participar en las elecciones departamentales, sino porque, efectivamente, es un “maestro de salto” y “experto en operaciones especiales” que fue parte del Batallón de Infantería Paracaidista N° 14, según consta en su propia presentación, disponible en el portal Recuperar Montevideo.

En ese lugar, el senador y líder de CA, Guido Manini Ríos, fue su capitán. Durante su carrera militar, García, que utilizará el lema común de la Coalición Republicana junto con el nacionalista Martín Lema y la colorada Virginia Cáceres, participó en misiones de paz en Camboya, Haití, Costa de Marfil y la República Democrática del Congo. No obstante, pese a su vínculo con el excomandante en jefe del Ejército, García nunca integró una lista de CA.

En una reciente entrevista con Desayunos informales, García, de 59 años y padre de ocho hijos, contó que se mudó a Suiza porque su pareja aceptó un empleo en el Comité Internacional de la Cruz Roja. “Yo estoy en Ginebra porque apoyo a mi señora [...] Si yo pudiera viviría en Uruguay, pero el amor es así”, expresó.

Las propuestas para Montevideo

El programa departamental de CA tendrá como nombre “Plan Montevideo 2040”. En un borrador del documento al que tuvo acceso la diaria, se hace un diagnóstico de Montevideo (“una ciudad que enamora sutil pero inexorablemente”) y se enumeran varias propuestas sobre la base de cinco ejes: limpieza e higiene; movilidad urbana; descentralización; cultura y comunidad, y gestión eficiente.

Algunos de los planteos son enunciados con un alto grado de especificidad. En el capítulo de limpieza e higiene, entre otras cosas, se plantea restringir la venta de aerosoles a menores de 18 años, “exigiendo cédula de identidad para su compra por parte de mayores de edad”, para “abordar el problema del tagging o grafitis ilegales”.

Pero hay propuestas de mayor magnitud, como por ejemplo, incorporar oficiales de las Fuerzas Armadas en comisión durante un período de dos años en la IM, lo cual supondría “múltiples ventajas para ambas partes”, dado que mientras los oficiales pueden “desarrollar habilidades de liderazgo, administración y gestión en un entorno civil”, la comuna capitalina puede “acceder a profesionales altamente capacitados y disciplinados, sin costo alguno durante el período de comisión”.

Este planteo no incluye sólo a integrantes de las Fuerzas Armadas, sino también a funcionarios policiales u otros especialistas que tengan un vínculo laboral con el Estado. La aplicación de la medida se coordinaría con la Oficina Nacional del Servicio Civil, “así como con las autoridades del Ministerio del Interior y del Ministerio de Defensa, según las necesidades permanentes o eventuales que se deban resolver”, se señala el documento. Se apunta —además— que antes la IM ya recurrió a las Fuerzas Armadas “para resolver problemas sanitarios relacionados con la recolección de residuos”.

Se trata, en definitiva, de “una oportunidad única para equilibrar la cultura organizacional” de la comuna capitalina, que en la actualidad “se encuentra fuertemente influenciada por el sindicato de Adeom”. Se sostiene que “la combinación de experiencia militar y civil puede ser una herramienta poderosa para transformar la cultura de gestión pública en Montevideo”.

Para el Concurso de Carnaval, la propuesta es implementar “un código de conducta” que regule los contenidos de los espectáculos, los cuales, si bien tienen una “gran importancia cultural y económica”, se han convertido en “una plataforma de burla y división, donde la mayoría ataca a minorías”.

A modo de complemento se propone la creación de una “comisión evaluadora” que analizaría eventuales violaciones al código de conducta y garantizaría que “el Carnaval se mantenga dentro de un marco de respeto y diversidad, asegurando que los contenidos se enfoquen en un humor que incluya y no divida”.

Otro planteo es pasar de 31 a 100 ediles en la Junta Departamental de Montevideo y —en simultáneo— eliminar la mayoría automática que le corresponde al partido político del intendente en el legislativo departamental. El objetivo de esto es construir “una gestión más democrática y representativa”, conforme a “los principios más puros del artiguismo y del batllismo”.

También se propone que la IM calcule las multas de tránsito en función de los ingresos de cada persona, de modo de asegurar que “tanto los ciudadanos de menores recursos como los de mayores ingresos sientan el mismo peso al enfrentar las consecuencias de sus acciones”. Esto evitaría que las multas sean “injustas” para las personas con menos recursos o “insignificantes” para quienes tienen mayores ingresos.

En diálogo con la diaria, García definió su propuesta para el departamento como “netamente artiguista”, es decir, que “no es de derecha ni de izquierda”. “Es un programa que intenta quitarles el poder a las elites y dárselo a la gente”, manifestó.

La postura sobre el pasado reciente

Al margen de su postulación a la IM, García tiene un costado de influencer. Su canal en Youtube se llama La soberanía agredida y se autodefine como un espacio de análisis de “historia reciente, soberanía y actualidad nacional”. En uno de los vídeos, García habla desde La Paloma, donde en 2023 hubo una campaña de recolección de firmas “para quitarle el nombre a la base capitán de corbeta Ernesto Motto porque aducen que era un asesino y que integraba el llamado Escuadrón de la Muerte”. Según García, “no existió un Escuadrón de la Muerte” en Uruguay. “El único testimonio que existe es el que le arrancan a Nelson Bardesio en cautiverio, secuestrado por los terroristas durante 60 días; se lo dictan y se lo obligan a firmar, [pero] cuando le dan la libertad, Nelson Bardesio se desdice de todos sus dichos frente al Parlamento nacional y obviamente ante la Justicia”, expresó.