Bajo la consigna “Primero el pueblo”, este jueves el PIT-CNT conmemora un nuevo Día Internacional de las y los Trabajadores con un acto en avenida del Libertador y Valparaíso desde las 10.00, que contará con las oratorias de tres dirigentes: Sergio Sommaruga, integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT; Lorena Luján, representante de los trabajadores en el Banco de Previsión Social, y Enrique Méndez, de la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea.

El acto comenzó a las 10.30 con el espectáculo artístico del músico Andrés Stagnaro y continuará con los discursos de los referentes sindicales, que estarán abocados a la pobreza, en particular la infantil, los salarios sumergidos, la desigualdad, los empleos de calidad, la reducción de la jornada laboral y la reforma de la seguridad social.

La Asociación de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos está presente en el acto. Hacia las 11.15, recorrieron el centro de la avenida del Libertador sosteniendo imágenes de los desaparecidos durante la última dictadura militar, envueltos por un sostenido aplauso de los presentes.

El presidente Yamandú Orsi y la vicepresidenta Carolina Cosse, así como el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Juan Castillo, y el secretario de Presidencia, Alejandro Sánchez, también se hicieron presentes. Además, asistieron el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Rodrigo Arim, el ministro de Economía, Gabriel Oddone, el presidente del Frente Amplio (FA), Fernando Pereira, la ministra de Vivienda, Tamara Paseyro, el ministro de Ambiente, Edgardo Ortuño, la ministra de Industria, Fernanda Cardona, el ministro del Interior, Carlos Negro y la candidata a la Intendencia de Montevideo por el FA, Verónica Piñeiro.

Entre los integrantes de la oposición que participan en el acto, están el excandidato a la presidencia por el Partido Nacional Álvaro Delgado, los diputados blancos Pedro Jisdonian y Pablo Abdala y la diputada del Partido Colorado María Eugenia Roselló.

Lorena Luján: “No fueron los mejores cinco años de nuestra vida”

Sobre las 11.30 comenzaron las oratorias del acto; la primera estuvo a cargo de Lorena Luján, de la Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE) e integrante del Equipo de Representación de los trabajadores en la región este del país. La dirigente comenzó recordando que se cumplen 40 años de la restitución democrática y de la “resistencia que fue autodefensa”. Luego planteó que este Día Internacional de los Trabajadores es “particular porque se acaba de instalar un nuevo gobierno, con todo lo que implica”.

“En este marco ineludible de la absoluta independencia de clase que debemos reafirmar en el comienzo de gobierno de diferentes características al que fue, es necesario hacer mención a lo que nos dejó el gobierno de Luis Lacalle Pou y todos sus socios, donde se procesó un ajuste brutal contra el pueblo, que se intentó disimular por los efectos de una pandemia que claramente impactó en la sociedad, pero que al término de la misma y comienzo de la recuperación económica nunca se acopló a la recuperación de los salarios de los trabajadores y trabajadoras, al crecimiento de la economía que vivía nuestro país. Tuvieron que pasar cinco años para que el poder adquisitivo de los salarios se nivelara en términos promediales a lo que teníamos los trabajadores en el año 2020. Claramente, no fueron los mejores cinco años de nuestra vida”, manifestó.

Luján manifestó la necesidad de un financiamiento de la ley de violencia basada en género y la creación de juzgados especiales en género y aseguró que “el diálogo social es una herramienta fundamental para lograrlo”. Asimismo, consideró fundamental para los trabajadores “avanzar en la ampliación de licencias especiales para cuidados” para promover “el cambio cultural hacia una corresponsabilidad de los cuidados”. “Es totalmente inadmisible que haya casi siete mil personas que en este momento están esperando que el Estado les asigne un asistente personal”, aseveró y agregó que se debe discutir el trabajo no remunerado ejercido por las mujeres: “Sin nosotras cuidando y sosteniendo nuestra familia nada va a ser posible”.

La dirigente expresó solidaridad “con todos los que en estos últimos tiempos están en conflicto o han perdido su fuente laboral”, y mencionó especialmente a los trabajadores de la industria láctea, cárnica y metalúrgica.

Sergio Sommaruga: “Vamos a hacer el congreso más grande de la historia del PIT-CNT”

El segundo en tomar la palabra fue Sommaruga, que inició su intervención dedicando el acto a las familias trabajadoras que se quedaron sin fuente laboral, en los últimos meses del año pasado y en los primeros meses de este año. “Cualquier trabajador sabe que estar sin laburo es un enorme desasosiego, porque las cuentas no paran de llegar”, manifestó el dirigente y expresó la “más profunda solidaridad de clase” del movimiento sindical con esos trabajadores. “Les decimos: ‘No están solos’. Acá hay un movimiento sindical que podrá perder batallas, y algunas las podrá ganar, pero hay una que jamás vamos a resignar que es la de nuestra solidaridad de clase”, aseveró Sommaruga.

El dirigente enumeró tres componentes claves del contexto de este 1° de mayo. En primer lugar, mencionó la proximidad con el XV Congreso del PIT-CNT, que se celebrará los días 21, 22 y 23 y en el que 1.173 congresistas pertenecientes a 67 filiales debatirán y aprobarán un documento de balance, definirán nuevas líneas de acción y designarán una nueva dirección política a cargo de su ejecución. Sommaruga valoró que es “el organismo más democrático”, en el que los trabajadores pueden definir sus “objetivos para esta etapa” y su plan de acción ante las principales situaciones del mundo, entre ellas la guerra comercial, revolución tecnológica y el cambio climático. “Vamos a discutir de todo eso y lo vamos a hacer en el congreso más grande de la historia del PIT-CNT”, destacó el dirigente y agregó sobre este último punto: “Lo quiero rescatar porque no es sorpresa para nadie que el movimiento sindical es objeto de campañas de odio, de estigmatización, de tergiversación”.

Como segundo hecho contextualizador del acto, Sommaruga dio cuenta del nuevo gobierno nacional, que asumió hace 60 días y, por lo tanto, “no le podemos pedir milagros, pero es claro que, si hubo un cambio de gobierno, es porque hubo un cambio de sensibilidad política con respecto a los problemas profundos de nuestro pueblo”, consideró.

“Es clave que este gobierno empiece a impulsar de forma clara y contundente, una agenda de transformaciones de corto plazo, y otras que van a tener que ser necesariamente de mediano y largo plazo porque el conjunto acumulado de déficit de derechos postergados de nuestro pueblo no se pueden resolver de un día para el otro”, aseveró el dirigente. En ese sentido, mencionó el déficit habitacional, la situación de trabajadores que “están en el desempleo, en la informalidad y en el subempleo”, los veinticinco mil pesistas, y los niños y niñas “de la periferia que concurren a su centros educativos con problemas de alimentación”.

En tercer lugar, recordó el 40° aniversario del regreso de la democracia al país y a los mujeres y hombres del movimiento sindical, de todos los partidos políticos, créditos religiosos, de la ciudad, el campo, la academia, el arte, que lucharon por “la recuperación de las libertades públicas y de la democracia”. Remarcó que el movimiento sindical, “sin ser más que nadie, pero tampoco menos que ninguno”, tiene orgullo porque cuando “se dio el golpe de Estado y algunos se apuraban para alistarse, algunos sacaban editoriales apologéticas al golpe de Estado, los trabajadores y trabajadoras fueron a sus fábricas y a lugares de trabajo para ocupar las fábricas y decirle a la dictadura: ‘¡No pasarán!’”.

“Verdad y justicia y ni olvido ni perdón. Y al gobierno nacional le decimos: ni un paso atrás hasta que aparezcan todos nuestros compañeros y compañeras. Ni un paso atrás en la lucha contra la impunidad”, aseveró el dirigente y expresó el respaldo a la Fiscalía Especializada en Derechos Humanos, al Grupo de Investigación en Antropología Forense “y a todas las organizaciones de derechos humanos que un día sí y otro también se enfrentan a críticas infundadas”.

Sommaruga también destacó que el acto de la central es internacionalista porque ven “a los pueblos del mundo y a las clases trabajadoras del mundo como nuestros hermanos y hermanas”. “Reivindicamos a los cuatro vientos que haya paz, pan, trabajo y dignidad para todos los trabajadores del mundo”, manifestó. En ese sentido, condenó el “genocidio del gobierno de la extrema derecha de Israel contra el pueblo palestino” y preguntó: “¿En nombre de qué?” las muertes de niños, hombres y mujeres, y hospitales y escuelas destruidas. Asimismo, reclamó por “la inmediata liberación de los ciudadanos israelíes bajo cautiverio del grupo criminal y teocrático de Hamás”.

“Le pedimos, con el respeto que corresponde pero con nuestra independencia de clase, al gobierno nacional que haga suyas los pronunciamiento de la Corte internacional de Justicia y los varios pronunciamientos que ha tenido la ONU respecto a la barbarie del genocidio cotra el pueblo palestino. Para nosotros, es una cuestión de dignidad nacional”, dijo.

Por otro lado, se solidarizó con “el derecho a la autodeterminación y a la descolonización del pueblo de Haití, y el derecho del pueblo haitiano a ser resarcido económicamente por la comunidad internacional”. Así como con el pueblo argentino, “que viene sufriendo, no solo la aplicación de un programa económico excluyente y concentrador, sino una violencia autoritaria que limita la protesta pacífica”.

Rechazó que “nos enfrentemos a restricciones presupuestales para mejorar el financiamiento de políticas públicas que desarrollen empleo de calidad” y afirmó que es el momento de declarar la “emergencia nacional de la situación de la pobreza de la infancia y la adolescencia”. “El 1% más rico del Uruguay concentra la misma cantidad de ingresos que el 50% más pobre. Ese mismo 1% concentra el 80% de los recursos financieros depositados en los bancos. Entonces, ¿Uruguay puede o no puede erradicar la pobreza en las infancias y la adolescencia?”, aseveró.

También se refirió al proyecto Neptuno, que busca construir una planta potabilizadora de agua en Arazatí, San José. “Un proyecto que está bajo revisión jurídica porque colide con el artículo 47 de la Constitución, que está fuertemente cuestionado desde el punto de vista ambiental y desde el punto de vista técnico. Y un proyecto que le va a salir a los pobres de este país 800 millones de dólares”, aseveró Sommaruga. “Tenemos que decirlo claramente: ‘No estamos de acuerdo con el proyecto Neptuno’”, concluyó.

Enrique Méndez: “Esperamos el mayor intercambio nacional para construir la seguridad social que necesitamos”

Finalmente, el último orador fue Méndez, de la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea. Al inicio de su intervención, el dirigente lácteo expresó: “Es una jornada para recordar a quienes dejaron su vida por conquistar derechos, que hoy seguimos defendiendo, y para abrazarnos a un compromiso colectivo con un futuro digno para todas y todos los trabajadores del Uruguay y del mundo. Somos los trabajadores, son las trabajadoras y los trabajadores quienes crean la verdadera riqueza de nuestro país”.

Al igual que sus antecesores en el acto, Méndez expresó su solidaridad con aquellos trabajadores “que se encuentran llevando adelante una situación de lucha en defensa de sus puestos de trabajo, contra la desindustrialización nacional y los cierres irresponsables que muchos sectores empresariales han definido”. Méndez se refirió a los trabajadores lácteos afectados en Colonia, Cerro Largo, Soriano; así como a los “dos mil trabajadores que se encuentran con incertidumbre en la industria frigorífica a lo largo y ancho de los diferentes departamentos de nuestro país”. En ese sentido, remarcó la importancia de atender las necesidades del interior del país.

“Hay que tener responsabilidad, no se puede definir un desarrollo de inversión, no se puede tomar una decisión de esas características donde tan solo se apriete cerquita de la zona metropolitana las definiciones empresariales de inversión”, aseveró y acotó que “el desarrollo productivo tiene que ser integral para todas y para todos”.

Méndez también recordó a la administración anterior y apuntó: “Cerramos un quinquenio con más pobreza, más deuda, con más déficit. A esto es a lo que nosotros nos referimos cuando hablamos del modelo de la desigualdad que fue instalado”. En esa línea, el dirigente consideró que “la principal forma de impulsar el crecimiento económico del país es con más y mejor inversión, a nivel estatal, a nivel privado, pero en particular con más y mejor inversión en nuestras empresas públicas, con inversión productiva para impulsar nuestra economía hacia un nuevo salto cualitativo”.

Recordó las iniciativas del movimiento sindical durante los últimos cinco años y valoró sus resultados. Destacó: “Nos enfrentamos a una reforma de la seguridad social que consideramos profundamente regresiva. Impulsamos movilizaciones, paros generales y una campaña para someter a plebiscito una propuesta de reforma que sí colocara en el centro a las trabajadoras, a los trabajadores, a los jubilados y a los pensionistas”.

Al respecto del diálogo social, reconoció la instalación del diálogo por parte del actual gobierno, “en cumplimiento de un compromiso asumido previamente”, y aseguró que, desde el movimiento sindical, “esperamos el mayor intercambio nacional para construir la seguridad social que necesitamos”. Anunció que los “planteos en el marco de ese diálogo tienen como base el respaldo popular expresado” y, tomando como punto de partida ese apoyo, la central aspira a “construir consensos amplios y mayorías sólidas que permitan, por la vía que se considere más adecuada y técnicamente pertinente, hacer realidad estas demandas”.

A su vez, expresó que la negociación colectiva tanto del sector público como en el sector privado “resulta fundamental”, ya que es “sumamente necesario recuperar y expandir el salario real, en particular aquellos salarios más sumergidos”, así como “mejorar la participación de la masa salarial en el producto bruto interno de nuestro país para que crezca el consumo interno, la producción nacional, el comercio de los barrios, los servicios”.

“Bregamos por un presupuesto nacional que ponga en el centro a las trabajadoras, a los trabajadores y al pueblo”. Méndez consideró que no hay “desarrollo posible” si no se invierte “lo suficiente en educación y en salud”, se generan soluciones para acceder a una vivienda digna y a alquileres acordes a los salarios y se prioriza la pobreza infantil, “una de las más grandes emergencias nacionales que nos interpelan a todas y todos”.

Apuntó a la necesidad de una “reforma tributaria de segunda generación que grave a los sectores más privilegiados de la sociedad, a la acumulación de la riqueza y que impulse formas de fiscalidad adecuadas a los nuevos tiempos”.

Hacia el final de su discurso reclamó por la reducción de la jornada laboral, la cual consideró “una herramienta concreta para redistribuir el tiempo, para generar más empleo, para mejorar la salud mental y física e incluso para fomentar el propio mercado interno”. “Creemos que esta medida es posible, necesaria y debe ser implementada a través de una ley que actúe como paraguas, votada en el Parlamento Nacional y con la negociación colectiva como herramienta fundamental para su implementación concreta como cable a tierra”, afirmó.