El ministro de Relaciones Exteriores, Mario Lubetkin, hace una evaluación positiva de estos primeros tres meses al frente de la cancillería. En entrevista con la diaria, asegura que el acuerdo entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur está en la etapa “finalísima” y que espera que el bloque cierre, además de ese, otros dos acuerdos hacia final de este año, lo que implicará abrir mercados con 32 países. En cambio, es menos optimista respecto de la negociación para ingresar al Acuerdo Transpacífico, porque “algunos países no quieren que nosotros entremos”, aunque aseguró que Uruguay no baja “una coma del esfuerzo por este y otros acuerdos”.
Sobre el reciente ataque a una misión diplomática en Cisjordania por parte de Israel, dice que la embajadora israelí dio su “versión” y que Uruguay pidió las “garantías” para que se pueda llevar adelante el trabajo diplomático en la zona, y, más en general, sobre lo que sucede en Gaza, señala que el gobierno “no quiere nunca más” los secuestros perpetrados por Hamas, pero que también busca que “termine esta situación de masacre” en esa zona. “No aceptamos la cantidad de muertos”, afirma, y responde a quienes cuestionan la postura del gobierno ante el avance de la ofensiva israelí: “Miren nuestras actitudes en estos meses, que no pasan solamente por una declaración, y después saquen las conclusiones”.
¿Qué evaluación hacés de estos casi 100 días de trabajo en el ministerio?
La teoría de los 100 días a mí nunca me gustó. Creo que tenemos una serie de desafíos a lo largo de 2025 que hay que ir colocando para que vayan germinando en los períodos posteriores. Así es la política internacional. Hago un balance positivo, no porque haga autopublicidad, sino porque ¿cómo medís los balances? Qué querías y qué lograste. Y nosotros nos habíamos planteado que teníamos que hacer que el Mercosur tuviera un escenario de serenidad. Si era por los medios de comunicación, iba a ser algo horrible. Teníamos que generar comodidad dentro y que sirviera en una proyección de Uruguay, que el Mercosur nos permitiera abrir mercados. El segundo gran objetivo era ayudar a la integración de América Latina en el Caribe. El tercer gran objetivo era buscar una forma de idear una integración diferente con los países del Sur global emergente, o sea, los grandes jugadores. Y el cuarto, jugar al multilateralismo de una forma seria. En el marco de América Latina y el Caribe, la única instancia en serio, concreta, es la Celac [Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe], con toda la fragilidad que tiene. Pero no hay otra cosa, no hay otro mecanismo de diálogo entre América Latina y el Caribe, de los 33 países. Hemos participado en dos reuniones de la Celac en pocos días. Además, el hecho va hacia una dirección más amplia, que es la expectativa que hay sobre nosotros, incluso en el Mercosur.
¿Sobre Uruguay particularmente?
Sobre Uruguay particularmente. Sobre el presidente [Yamandú] Orsi. La cantidad de invitaciones que le están llegando al presidente Orsi para viajar por aquí, por allá. Yo veo el trato que me tienen con relación a América Latina y el Caribe... Yo no bajaría la dimensión que significa que, a mes y medio de que asumimos, por consenso se aprueba la presidencia de Uruguay a la Celac. Por lo tanto, hay una expectativa y hay una responsabilidad nuestra bien importante.
¿Qué horizonte le ves al acuerdo del Mercosur con la UE?
La fase actual era de ajuste a los aspectos jurídicos y la traducción en 27 idiomas. Aparentemente, el ajuste jurídico ya fue hecho y ahora se está en la fase de traducción, lo que determinaría que después de agosto, si los cronogramas de ellos van en los tiempos correctos, en setiembre, octubre y noviembre, ahí entran las votaciones a los dos niveles. Estamos en la fase finalísima. Pero, además, en el funeral del papa, dentro de los cruces que tuve, me junté con [Ursula] von der Leyen [presidenta de la Comisión Europa], me junté con el presidente [Antonio] Costa [del Consejo de Europa]. Me junté con una figura muy interesante, que es el comisario de Comercio, que es eslovaco, que es el único que estuvo en los tres últimos períodos como comisario. En la charla con ellos aparecía claramente que hay países que tenían determinada posición que la han modificado, fruto de que el único posible acuerdo en grupo de trascendencia que tiene la Unión Europea es el del Mercosur. Y no es un tema menor, tiene que ver con el horizonte de ellos. Nosotros no estamos pidiéndole nada a nadie. Estamos tratando de establecer un acuerdo que para nosotros estaba claro, pero para ellos estaba un poquito menos.
¿Han conversado con Estados Unidos después del anuncio del aumento de los aranceles? Había algunas dudas sobre cómo podría impactar en algunos productos uruguayos.
Las dudas todavía siguen. Fue el ministro de Economía quien se reunió con autoridades de la Secretaría de Comercio hace un mes, un mes y medio. Y seguimos analizando, seguimos monitoreando si estamos afectados, en qué partes, en qué no, qué oportunidades tenemos. Estamos tratando de usar nuestros instrumentos frente a un mundo que está cambiando con una velocidad absolutamente extraordinaria.
¿Hay oportunidades?
Yo creo que sí, que para nosotros se presentan buenas oportunidades. Tendremos que saber manejarlo muy bien. El presidente Orsi eso lo tiene muy claro. También es un trabajo público-privado de nuevo tipo. Simplemente la sensación que tengo es que va a ir todo rápido. Y hacer las transiciones rápidas no es sencillo. No es que podamos reflexionar para que en 2027 o en 2028 lleguemos a la conclusión. La conclusión la tenemos que tener a partir de enero de 2026. Y ahí tenemos que jugar nuestro esfuerzo interior, digamos.
¿Cómo está la relación con Argentina?
Es muy buena. Creo que esta experiencia del Mercosur bajo su presidencia ayudó a esta situación en la que estamos: de búsqueda de los mercados de nuevo tipo, de reacomodar mejor lo que quizá antes estaba planteado con tensiones. Hoy [por el lunes 26] alguien sacó una noticia de que el presidente Orsi y el presidente [Javier] Milei se van a ver el 3 de julio. Obvio que se van a ver porque es la Cumbre del Mercosur. Ahora, si después habrá bilateral o no, lo trabajaremos en su momento, pero el punto es que las relaciones van bien.
¿Que haya o no un encuentro bilateral entre Orsi y Milei no marca la relación?
No, es sólo darle un escalón superior, pero va por buen camino. Realmente va por un buen camino.
Estuviste en China hace unos días, ¿cómo evaluás la visita?
Volví de China con la liberalización de las visas para los uruguayos, para los empresarios, para los turistas. No es un tema menor que un empresario uruguayo decida irse a China a negociar inmediatamente con sus contrapartes sin tener que hacer ningún trámite en la embajada. El establecimiento de nuestras oficinas en Hong Kong, para Hong Kong y Macao... Hong Kong es una de las grandes antenas, es uno de los grandes escenarios financieros. Liberamos el mercado de pollos en Hong Kong. Va a aumentar, sin duda, el número de empresarios chinos que van a venir a Uruguay. Estamos ajustando los detalles de cuándo el presidente Orsi va a viajar. Hemos invitado al presidente chino para que venga a Uruguay. Está dentro de las posibilidades que eso suceda. Vamos con una dinámica importante.
Ministro de Relaciones Exteriores, Mario Lubetkin.
Foto: Alessandro Maradei
¿En qué está el pedido de Uruguay de ingresar al Acuerdo Transpacífico?
No lo bajamos. Desde hace tres meses estamos teniendo entrevistas con algunos de los países de la CPTPP [Acuerdo Integral y Progresista de Asociación Transpacífico] y las informaciones que recibo no son buenas. Hay alguien que nos acusa de que nosotros estamos abandonando, pero nosotros no estamos abandonando nada. Simplemente recibimos informaciones con cierta confidencialidad de que algunos países no quieren que nosotros entremos (y ahí se logra por consenso porque somos competitivos con los mismos productos). Nosotros no bajamos una coma del esfuerzo por este y otros acuerdos, pero no vamos a hacer un desgaste al infinito si el resultado no lo tenemos. Ojalá se dé. Yo empiezo a tener mis dudas, fruto de las señales que estamos recibiendo.
¿Hay países que no están interesados en que Uruguay ingrese?
Basta con que haya un país que no quiera y nosotros no entramos. Nosotros tenemos la señal de que hay por lo menos dos países que no tienen ningún interés en que nosotros entremos.
¿Cuál es la posición de Uruguay sobre los BRICS?
La posición es tener un muy buen diálogo con los BRICS, punto. Nosotros no estamos pidiendo entrar a los BRICS. Hay otro elemento que lo estamos evaluando, que es el hecho de que el anterior gobierno, para nuestra sorpresa, hizo todo el proceso para entrar al banco de los BRICS. No fuimos nosotros, fue el gobierno que terminó el 28 de febrero y que falta solamente que se abra el debate a nivel parlamentario sobre el tema. Eso fue una sorpresa para nosotros. Lo estamos analizando.
Estados Unidos ya no es el eje vertical de ordenamiento del mundo. ¿Cuál es la posición de Uruguay ante el multipolarismo?
Tratar de articular con todos, tener la menor percepción ideológica del desarrollo y del desarrollo comercial de nuestros países, tener un gran pragmatismo y, sobre todo, prepararnos para tener la capacidad no solamente de hablar, sino de hacer. Para eso, obviamente jugamos con los actores tradicionales, jugamos con nuestra América Latina, que, de cualquier manera, no es el mercado fundamental en muchos aspectos. China es nuestra principal contraparte, y desde hace 13 años. Ya no es un tema de un año, es una tendencia consolidada. Pensar que si sólo miramos a China, India e Indonesia, estamos en la mitad de la población mundial, y si pensamos solamente en China, que tiene cerca de 600 millones de personas de clase media, con un crecimiento anual del 1%, que equivale a 20 veces el de Uruguay por año de crecimiento de la clase media... Están claros los esfuerzos que tenemos que hacer, y realmente no serían gigantescos para que este país tenga un crecimiento extraordinario.
Ofensiva en Gaza
La semana pasada se dio el ataque a una delegación de diplomáticos en Cisjordania por parte de Israel, y la cancillería convocó a la embajadora israelí para pedirle explicaciones. ¿Qué les dijo?
Nos dio la versión israelí. Hemos recibido muchas versiones, pero a nosotros lo que nos interesa es tener de primera mano las diferentes opiniones. Tenemos, naturalmente, la versión de nuestro embajador, que por suerte quedó ileso como los demás embajadores. Pero yo creo que la primera lección es que esto no puede pasar nunca más. Que se tienen que acabar todos los acontecimientos desgraciadísimos y que se tienen que dar todas las garantías para que el cuerpo diplomático presente en Palestina pueda realizar su trabajo. Imagínense si se repite un escenario de este tipo.
¿Qué significan esas garantías?
Garantías de que puedan trabajar, que puedan hacer lo que estaban haciendo el otro día, que era observar ciertas zonas por indicación y mandato de los propios países. Nosotros ya sacamos tres declaraciones además de convocar a la embajadora; la posición nuestra es muy clara. No queremos nunca más lo que pasó el 7 de octubre de 2023. Queremos que termine esta situación de masacre en el mundo de Gaza. No aceptamos la cantidad de muertos, de mujeres, de niños [asesinados]. Para una cultura democrática como la nuestra, es inaceptable absolutamente. Pedimos sí, urgente, que efectivamente haya una distribución seria de alimentos, de medicinas, de los bienes de primera necesidad, que se pare esta guerra, que haya una tregua. Es posible entre opuestos llegar al diálogo. Es inconcebible que se haya vuelto para atrás cuando se demostró que en esa realidad se puede. Y, finalmente, si miramos a largo plazo, ratificamos nuestra posición: que sólo la política de dos estados puede generar la seguridad para el futuro de israelíes y palestinos.
¿Son posibles los dos estados en este escenario?
Tiene que ser posible. No hay otra fórmula, tiene que ser posible. Nosotros estamos en ambos y nosotros tenemos embajadores en ambos.
Algunas voces desde el Frente Amplio, incluso también desde algunas organizaciones sociales, como el PIT-CNT, han cuestionado las declaraciones que ha tenido el gobierno uruguayo. Se cuestionan las afirmaciones de Orsi sobre las palabras o el uso del término “guerra” a la hora de hablar de estos temas, y se señala que no se utiliza el término “genocidio”.
¿Realmente es un problema de palabras? Yo creo que no. Yo digo a quienes tienen ese pensamiento, que convenceremos o no, que miren nuestras actitudes en estos meses, que no pasan solamente por una declaración, y después saquen las conclusiones. Que miren nuestro accionar, que tiene múltiples aspectos, y después saquen las conclusiones. No por una palabra sí o una palabra no.
Incluso algunos gobiernos, como Chile o Brasil, han sido más contundentes.
Nosotros llevamos nuestra propia política. Primero nos acusan de que somos “seguidistas” de otros países. Tomamos como en cualquier aspecto nuestra actitud de soberanía, de independencia, y nos plantean esto. En verdad no quiero entrar en esta polémica: lo que digo es que nosotros tenemos nuestra propia política, la estamos desarrollando y no pasa solamente por las declaraciones. Hay aspectos que los estamos llevando en forma reservada, porque así los tenemos que llevar. Digo a quienes son críticos que miren el desarrollo de los acontecimientos y miren nuestra actitud en la multiplicidad, que no pasa solamente por tres declaraciones en menos de tres meses y por el llamado a una clarificación a la embajadora de Israel.