El intendente de Cerro Largo, Christian Morel, denunció la situación financiera que heredó de su antecesor y correligionario del Partido Nacional, José Yurramendi. Según el jefe comunal, la intendencia acumula una deuda de 1.630 millones de pesos, las cuentas con Ancap y las líneas de crédito están cerradas, y existe una “superpoblación de funcionarios”, entre otros gastos de la comuna que sugerirían prácticas de clientelismo.

“Últimamente no se les tenía mucho cariño a los dineros públicos”, afirmó Morel en una entrevista con M24. El intendente explicó que Yurramendi asumió su gestión con una deuda de 600 millones de pesos, la cual aumentó a 1.600 millones, además de estar comprometidos con un subsidio. “Dejó un fideicomiso a pagar en diez años”, señaló Morel, quien aseguró que “nunca antes se había solicitado un fideicomiso que superara los cinco años” en el departamento.

Morel reconoció que los ediles de su sector acompañaron la votación del fideicomiso, al igual que una Rendición de Cuentas de 2023 que daba cuenta de 1.000 millones de pesos de deuda, “convencidos de que iba a ser una herramienta para poder salir adelante”. El intendente afirmó que Yurramendi “le dijo al seno del edilato que en 2024 y parte de 2025 esa deuda iba a cambiar”. Sin embargo, en la rendición correspondiente a 2024, presentada después de las elecciones departamentales de mayo, la deuda fue de 1.300 millones, y “en estos seis últimos meses se generaron 240 millones de déficit”.

Sobre cómo se explica el incremento de la deuda, Morel se refirió a los altos montos de sueldo y compensaciones que se pagaban y al “personal que se tomó en el último año por intermedio de ONG”. Mencionó que detectó una persona que “en agosto de 2024 cobró un sueldo bruto de 227.000 pesos para hacer tareas de comunicación. Llegabas a la intendencia y te encontrabas con que había más o menos 27 personas que componían el staff de comunicación y de protocolo por ONG, por municipal y algunos por boleta que cobraban”.

Consultado sobre si cabe hablar de clientelismo, Morel respondió: “Sinceramente hay cosas que caen por sí solas y yo no las quiero decir para no ser prisionero de mis palabras”. No obstante, acotó que en Cerro Largo “se habla de muchísimas cosas”, que la nueva gestión comenzó a rastrear y verificar. “Hay un montón de cosas que hace que uno se dé cuenta que de repente había que tener un poquito más de responsabilidad por dinero que no es nuestro”, afirmó.

El exalcalde de Río Branco también señaló que existe una “superpoblación de funcionarios”, con alrededor de 500 personas más que las que la intendencia realmente necesita, y a quienes no se les ha “detectado cuál es, dónde y de qué forma cumplen su función”. Además, aseguró que encontraron casos de personas que “viven en Montevideo y que no sabemos qué tareas hacen”, así como funcionarios con más de diez años en la intendencia “que no cumplían una función clara, por ende, no demostraban un trabajo necesario para poder seguir adelante con nuestro gobierno”.

“Dentro de esa realidad fue que estuvimos y que estamos observando los llamados ñoquis”, sostuvo Morel. En estos primeros 15 días de gestión, alrededor de 140 funcionarios dejaron de trabajar en la intendencia, entre renuncias y despidos.

Botana “es cómplice de haber dejado la intendencia tan dañada”

Yurramendi “todo lo que diga hoy por hoy está en tela de juicio y carece de veracidad”, consideró Morel sobre su correligionario, a quien venció en mayo con 45,1% de los votos. El intendente aseguró que su antecesor “miente cuando dice que ya tenemos las cuentas bancarias habilitadas para crédito” y, a partir de ahí, “desacredita todo lo que dice”.

Entrevistado en Radio Sarandí, Yurramendi cuestionó el despido de funcionarios “masivo” y “sin criterio”, que deja a personas “en la calle que no tienen dónde salir a encontrar trabajo porque está difícil la situación”. Aseguró que “no hay funcionarios sin funciones” y “le corresponde a cada administrador corroborar que esto no sucede; cada formulario, cada planilla de jornal la firman los superiores, y si no, no cobran el sueldo de la intendencia”.

“En una administración muy grande uno confía en quienes firman los jornales”, sostuvo Yurramendi, y acotó que, si se detectan funcionarios que cobraban sueldo sin ir a trabajar, “está bien que sean cesados”. Pero “a todos nos pueden jopear, en una organización tan grande como la intendencia, con 15 municipios, con una oficina en Montevideo y con muchas áreas que se pueden jopear”, consideró.

El senador nacionalista y exintendente de Cerro Largo Sergio Botana, afín a Yurramendi, cuestionó en la red social X el despido de una “excelente funcionaria” –como “la mayorìa de los cesados”, según Botana– que se encontraba certificada por una operación cerebral. “La política no puede hacer tanto daño a una madre”, aseveró el senador. Consultado al respecto, Morel respondió que “lo que no puede hacer tanto daño son los políticos a los departamentos”, y aclaró que la funcionaria fue reintegrada al enterarse de su situación de salud.

Consideró que Botana “es cómplice de haber dejado la intendencia tan dañada como la dejó, y después fue cómplice del intendente Yurramendi. Hay que respetar los dineros y hay que respetar a la gente”, afirmó.

Para Morel, “si hay algo que le duele a Sergio Botana, es que yo me haya apartado de las filas de él, por no querer estar más bajo su mando y bajo la pata de él por quererme hacer una mala jugada, dejándome fuera de una lista de la diputación y creyendo que políticamente me enterraba”, apuntó.