Para mostrar que cuando nació Cabildo Abierto (CA), en marzo de 2019, era un partido sin “ninguna experiencia política”, su líder, Guido Manini Ríos, cuenta que de los 11 diputados que fueron electos por ese lema en octubre de aquel año “no conocía a ninguno seis meses antes” y ni siquiera les “había visto la cara”. Pero en estos seis años corrió mucha agua bajo el puente y la magra votación de CA en octubre de 2024 hizo que sólo dos diputados cabildantes hayan retenido su banca –Álvaro Perrone y Silvana Pérez Bonavita–, convirtiéndose en los únicos legisladores de CA, ya que el partido también perdió las tres bancas de la cámara alta –incluida la de Manini Ríos–.
“Y así fue todo: conocimos a la gente ya sobre la marcha y sobre el cumplimiento de sus funciones en un gobierno, y muchas veces nos sentimos decepcionados por la forma en la que actuó uno u otro, pero son cosas que le ocurren a un partido que se creó de esta forma, bastante inusual en la política nacional”, subraya Manini Ríos.
Hace dos meses, CA realizó un congreso especialmente para analizar el devenir electoral del partido. Manini Ríos destaca que se valoró como algo “muy negativo” para su partido “la confrontación interna, ese ambiente de fragmentación” en el que algunos, “por no estar en las decisiones de CA, se dedicaban a criticar todo lo que la conducción disponía, pero no lo hacían en la interna, sino públicamente”. Sostiene que eso “no atrae”, sino que “repele a la gente”. El líder de CA pone como ejemplo de cómo se debe actuar internamente al Frente Amplio (FA), ya que es “muy disciplinado, a pesar de las diferencias que tienen los diferentes partidos” que lo integran. “Dentro se arrancarán los ojos, pero para afuera muestran unidad”, acota.
En la sede de CA, en pleno Centro de Montevideo, frente a una reproducción del omnipresente cuadro de José Gervasio Artigas pintado por Juan Manuel Blanes y con el aire acondicionado funcionando en 29 grados, Manini Ríos conversó con la diaria.
¿Cuáles fueron los errores que cometió CA en el gobierno anterior?
CA estuvo en determinadas áreas de responsabilidad, pero hubo otras en las que no pinchó ni cortó. En el tema de seguridad pública, por ejemplo, no nos dejaron acceder ni al portero del Ministerio del Interior. A pesar de eso, siempre hicimos propuestas constructivas y documentadas, pero fuimos críticos de la conducción en seguridad pública. Incluso, cuando hubo una interpelación al ministro [Luis Alberto] Heber, propusimos que la moción fuera bastante crítica del ministro. Tuvimos protagonismo en Salud y Vivienda, y creo que en las dos hicimos una buena gestión. Más allá de que la gestión de Vivienda se quiso ensuciar y se elevó a la enésima potencia lo que pudo haber sido un error, hasta convertirlo en algo gravísimo, cuando ni siquiera ameritó que nadie –de ningún partido político– hiciera una denuncia. Porque no hubo ningún acto de corrupción, sino un mal uso de una resolución y nada más, y así fue reconocido.
¿No fue un error la conferencia de prensa que dio Irene Moreira en la sede del ministerio luego de que el entonces presidente Luis Lacalle Pou le pidiera la renuncia? Eso a los blancos les cayó bastante mal.
Se la presentó como lo que no fue. La ministra fue cesada, ¿no tenía derecho a defenderse? Porque el tema de fondo es que no la dejaron defenderse, no le dieron la oportunidad de ir a una interpelación. A otros ministros, en casos realmente escandalosos, se les dio la oportunidad: fueron a interpelaciones y fueron apoyados por toda la coalición, porque había que cerrar filas con los ministros, pero a Irene la dejaron sola, la mataron el primer día. ¿Estuvo bien eso? Al irse, ¿ella no tenía derecho a decir que lo que hizo fue en base a esto, esto y esto? Después, lo presentaron como que poco menos se resistió a dejar el ministerio, pero eso es una total falta de verdad.
¿Quién toma las decisiones sobre la posición de CA en el Parlamento en los temas cruciales? ¿Usted, como líder del partido, o los dos diputados?
Hay una suerte de mesa política entre ellos y yo, y nos reunimos seguido, o a veces es por chat o vía telefónica, pero estamos en contacto semanalmente; para los temas importantes conversamos. Hasta ahora, ha habido total coordinación y armonía. Y si en algún momento tenemos diferentes opiniones, nos pondremos de acuerdo.
Los demás partidos de la oposición fueron muy críticos con CA cuando le dio los votos al oficialismo para subir el tope de endeudamiento en la Rendición de Cuentas. Por ejemplo, el diputado colorado Gabriel Gurméndez en su cuenta de X citó un pasaje de la Biblia y comparó a Perrone con Judas Iscariote. ¿Cómo le cayó eso?
No me cae bien que se trate de esa forma a otro partido que vota lo que entiende que es bueno y punto. A mí nunca se me ocurriría ponerme a criticar lo que hace otro partido; que hagan lo que quieran, de acuerdo a su leal saber y entender. CA entendió que tenía que apoyar eso, y hay que respetarlo. Lo del diputado que hizo esa alusión a Perrone fue realmente infeliz, por decirlo de alguna forma. Y pretender acusar a CA de que ha negociado con el FA a cambio de algo es creer que los demás son como uno. Si uno piensa que solamente negociando es que se pudo haber tomado tal o cual actitud, es porque para ellos solamente mediante negociación se actúa así...
¿Qué análisis hace de estos primeros cinco meses del gobierno del presidente Yamandú Orsi?
Todavía no se ven caminos claros a la solución de los grandes problemas de la gente, que sigue angustiada por la inseguridad pública, [por] la droga, que le golpea la puerta permanentemente al hijo adolescente o a algún familiar, y [por] las deudas. Esos temas son centrales, porque a la gente no le cambia la vida si tal jerarca pagó la contribución o no, sino que le arreglen el problema de la deuda, la seguridad o esas leyes que condenan al hombre ante una mera denuncia. Dentro de pocos días va a venir el proyecto de Ley de Presupuesto y ahí le veremos las patas a la sota.
Hace pocos días usted se reunió con Orsi en la Torre Ejecutiva por el presupuesto, entre otros temas, y le planteó el aumento para los sueldos más bajos de las Fuerzas Armadas, algo con lo que CA insistió en todas la rendiciones de cuentas del gobierno pasado.
Sí, se lo dije el otro día al presidente Orsi: vamos a plantear mejoras salariales para el personal militar, que está totalmente sumergido, rezagado por lejos del resto de la administración central. Y vamos a insistir con la solución para los deudores, a ponerle fin a la situación de usura que se vive en Uruguay, y vamos a insistir con ponerle ciertos límites a la forestación en las mejores tierras del país. La ley de presupuesto es una instancia para que esto salga con la rapidez que tiene que salir, porque cada año que pasa el estrago es mayor.
Guido Manini Ríos.
Foto: Rodrigo Viera Amaral
CA puede ser clave para el presupuesto porque con sus dos votos le puede dar la mayoría en la Cámara de Diputados al oficialismo, como pasó con la Rendición de Cuentas. ¿En los planteos que le hizo a Orsi no está implícito que hay una negociación? Es decir, “si me apoyan con esto, votamos el presupuesto”.
No, no está hablado, y nosotros tampoco ponemos de rehén a la gente diciendo “si no me votás esto, no te voto esto”. Si esto otro es bueno para la gente, lo vamos a votar igual, aunque no me voten esto. Ahora, si entendemos que es malo, por más que voten estas cosas que proponemos, no lo vamos a votar y punto. Nosotros vamos a actuar de acuerdo a nuestra convicción, siempre con ánimo constructivo, buscando que sea lo mejor para la gente, que es la que está esperando soluciones. La gente ya está podrida de que estemos todos los días pegándonos por las redes, insultando y ridiculizando. Suben una foto del presidente [Orsi] y lo critican por cómo se viste. Siguen con estas estupideces y la gente no tiene hora en el especialista porque le dan para dentro seis meses, o no hay ambulancias, o no hay esto o lo otro.
¿Cómo es su vínculo con Orsi?
Es deferente. A Orsi lo traté cuando él era intendente de Canelones y yo comandante en jefe [del Ejército]. Recuerdo que cuando se cumplieron 200 años de la Batalla de Paso Cuello [1817] –algo de lo que la inmensa mayoría de los uruguayos no tiene ni idea–, que es un paso sobre el río Santa Lucía, entre Canelones y Florida, se hizo un acto muy importante y tuvimos instancias de conversar. Hubo por lo menos un conocimiento personal, y a partir de entonces siempre tuvimos un trato deferente, pero no íntimo, no es que seamos amigos ni nada por el estilo.
¿Ve alguna diferencia entre Orsi y Lacalle Pou en la receptividad a sus planteos?
Con Lacalle también tenía un trato deferente y conversaba muy seguido. No puedo quejarme del trato ni de escuchar las propuestas. Con el tiempo, veremos si las cosas que uno propone finalmente se cristalizan, porque esto recién empieza. Si es por escuchar, Lacalle también me escuchaba siempre...
¿Qué va a plantear CA en el diálogo por la seguridad que presentó el ministro del Interior, Carlos Negro?.
Así como a los tres ministros [del Interior] de la administración anterior les llevamos un documento con todas nuestras propuestas en distintas áreas, pensamos hacer lo mismo con el actual. Hablamos de un nuevo despliegue policial, donde se potencie a la comisaría de barrio, que ha sido sistemáticamente debilitada y retraída, pero, sobre todo, de cambios sustanciales en el sistema carcelario, para ir a la rehabilitación real de los presos. Entendemos que si no hay rehabilitación de los presos nunca va a haber una solución a la seguridad. Hoy en eso se está fallando, nadie puede decir que se está cumpliendo bien con el artículo 26 de la Constitución, que dispone eso. Entonces, ¿cómo los rehabilitamos? Con trabajo obligatorio para todos los presos, así de fácil. Hay muchísima gente en el espectro político que lo ve con malos ojos, pero es la forma más efectiva, generarle un hábito y una habilidad al preso. Para eso, más que construir nuevas cárceles, hay que construir talleres e infraestructura de trabajo. Habrá que hacer convenios con empresas, darles beneficios si llevan mano de obra reclusa. Y es fundamental la cárcel de alta seguridad, que saque del cajón a las manzanas podridas y las tenga en un sistema mucho más estricto de reclusión. Es fundamental que los pesos pesados del delito no se mezclen con los primarios.
Usted ya ha dicho varias veces que la coalición como oposición no existe. ¿Por qué los demás partidos de la oposición insisten en incluir a CA dentro de ella? Por ejemplo, luego de la votación de la Rendición de Cuentas algunos colorados señalaron que CA estaba “debilitando a la coalición” al votar con el FA y así pierden “credibilidad” para la elección de 2029.
Hay expresiones que no entiendo. Coalición en la oposición no existe. ¿Qué órgano tiene la coalición? ¿Quién es el vocero, el representante? Hay partidos en la oposición. Yo me niego a que a mí me represente otro partido: a CA lo representa CA. Aparte, tenemos visiones diferentes con los distintos partidos, con el FA, los blancos, etcétera, en un montón de temas. Podemos empezar por el tema de las deudas, por ejemplo: todos hicieron causa común con los usureros, o en las políticas de drogas o de seguridad pública. Entonces, si hay diferencias, ¿qué sentido tiene que alguien represente a todos? ¿Podrá haber coalición en el futuro? A nadie escapa que también tenemos coincidencias ideológicas con los partidos que formaron la coalición: en el respeto a la libertad individual, en la valoración de dictaduras en el continente, en el estímulo al esfuerzo personal como forma de salir adelante en la vida, pero también tenemos diferencias. Entonces, hablar de una coalición, donde se desdibuja un partido en aras de algo común que no existe de fondo, no es bueno.
¿Piensa que sería viable que para la elección nacional de 2029 la oposición se presente junta, bajo el lema Coalición Republicana, como algunos plantean?
No lo creo, pero no por CA, sino porque no creo que blancos y colorados acuerden ir en un lema Coalición Republicana. Si se diera, e invitan a CA, lo vamos a decidir en la interna, pero no veo que haya ambiente claro para eso. Hay actores de los dos partidos, blanco y colorado, que están insistiendo con eso, pero también hay varios que no quieren saber de nada. Sería ir a octubre con un único candidato de todos los partidos [de la coalición]. ¿Eso es bueno o malo? No sé, es discutible.
Usted se ha expresado más de una vez en contra del proyecto de eutanasia, que se votará en la Cámara de Diputados el 5 de agosto, con el argumento de que es impulsado por motivos económicos. ¿No hay ninguna redacción del proyecto que CA pueda apoyar?
Se podría mejorar con una suerte de voluntad anticipada, como los donantes, y no esperar al momento de mayor fragilidad de la persona para que decida, porque es susceptible a la presión. Acá hay un gran negocio, hay gente en la medicina que la hace en carretillas, aunque lo nieguen y salgan ofendidos cuando me escuchan. Les sale mucho más barato eutanasiar a una persona mayor que darle los cuidados paliativos y atenderla hasta el último día, como corresponde. ¿Alguien se puso a pensar en la situación de un anciano? Por ejemplo, una familia que capaz que lo tiene en un residencial, juntando entre los hijos para pagarlo, cuando le digan: “Abuelo, ¿por qué no pedís la eutanasia y se termina esto?”. Y el tipo, por amor, porque quiere a la familia, la termina pidiendo. Entonces, ¿qué le estamos haciendo? Al más frágil lo ponemos en esa situación de violencia. ¿Alguien duda de que va a pasar eso?
Con base en la redacción actual del proyecto, a un anciano, simplemente por ser viejo, no le cabría poder hacer uso de la eutanasia.
Pero es un proyecto que se inicia con esto y después empiezan las nuevas causales. En Holanda y en otros países empezó con los casos terminales, y hoy, por una profunda depresión, un adolescente pide la eutanasia y se le dan. Así va a terminar en Uruguay, ¿o qué duda tenemos?
¿Se debe llegar a un acuerdo para designar a un nuevo fiscal de Corte o se puede seguir con Mónica Ferrero en el cargo?
No tengo nada ni a favor ni en contra de Ferrero, pero es un bochorno que el sistema político no se pueda poner de acuerdo en torno a un fiscal que dé garantías para actuar de acuerdo a cómo tiene que actuar la Fiscalía y garantizar justicia en serio. Es un bochorno que no podamos ponernos de acuerdo en eso. Más allá de eso, capaz que Ferrero es una excelente fiscal general, podría ser ratificada, incluso; no sé, pero no opino sobre su idoneidad.