En Chile habían sido días cargados de críticas por parte de la oposición y el mundo empresarial. Por eso, quizás, el presidente Gabriel Boric difundió en su Instagram la carta que firmó en conjunto con los mandatarios de Uruguay, Yamandú Orsi; Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; España, Pedro Sánchez, y Colombia, Gustavo Petro, y que fue publicada en el diario El Mercurio este domingo. “En un mundo cada vez más polarizado, como líderes progresistas tenemos el deber de actuar con convicción y responsabilidad frente a quienes pretenden debilitar la democracia y sus instituciones”, firmaron los gobernantes. Fue el mismo domingo cuando los primeros presidentes aterrizaron en Chile: Lula y Orsi, quienes sostuvieron un encuentro en el Ministerio de Relaciones Exteriores con Boric. El presidente chileno volvió a sus redes sociales para compartir una foto abrazando a Lula: “Bienvenido, compañero. ¡Democracia Siempre!”.

Esa fue la antesala de la cumbre que llevó ese mismo nombre: Democracia Siempre, un encuentro que buscó reunir los liderazgos progresistas en un mismo bloque internacional. La idea no fue de Boric: fueron Lula y Sánchez quienes levantaron la iniciativa “En defensa de la democracia, luchando contra el extremismo” en el contexto del 79° período de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas en 2024. Al mandatario chileno le gustó la idea y, además de sumarse, se hizo el anfitrión de un segundo encuentro, que se realizó este lunes 21 de julio en La Moneda. El impulso no termina ahí: tras el encuentro, los presidentes anunciaron que volverán a reunirse en setiembre, en el marco del 80° período de sesiones de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, y que sumarán nuevos integrantes: México, Honduras, Reino Unido, Canadá, Dinamarca, Sudáfrica y Australia. Más adelante, en 2026, se congregarán en España, informó Sánchez.

Cuestionamientos al encuentro

Las críticas en Chile apuntaban, sobre todo, al carácter “ideológico” de la cita. Así lo expresaron parlamentarios opositores de Chile, Colombia, España y Uruguay en una declaración conjunta en contra de la cumbre, donde señalaron que “la democracia no se reconstruye entre aliados complacientes, sino enfrentando las verdades incómodas y rindiendo cuentas ante la ciudadanía”. De Uruguay, firmaron los diputados blancos Juan Martín Rodríguez y Álvaro Delgado.

Parte de la crítica acusó que la convocatoria agrupó a “líderes que en sus propios países han contribuido a debilitar –y no a fortalecer– los fundamentos esenciales de la vida democrática”. “Es evidente que muchos de los asistentes no buscan construir acuerdos ni soluciones reales a los problemas que enfrentan sus pueblos, sino que buscan blindarse, buscan respaldo internacional frente a sociedades que los interpelan por sus abusos, sus promesas incumplidas y la corrupción que les rodea”. Se dijo, por ejemplo, que Sánchez estaba buscando aliados en Latinoamérica debido a que su gobierno y su partido se han visto afectados por diferentes episodios de corrupción en su país.

Se mencionó, también, el temor de que la cumbre generase represalias contra Chile en sus relaciones diplomáticas, especialmente con Estados Unidos. El domingo, la ministra vocera de Gobierno, Camila Vallejo, había calificado las críticas como “una falta de respeto a la soberanía”. “Me sorprende mucho que se critique un espacio donde lo que se busca es dialogar para fortalecer la democracia (…) con el argumento de que esto puede molestar al mandatario de otro país”, dijo.

Pese a los cuestionamientos, la cita se concretó durante la mañana del lunes, en una ciudad que se sabía anfitriona de un evento de gran magnitud: temprano en la mañana, el tránsito en el centro de Santiago fue alterado, con cierres de calles y funcionamiento parcial de algunas estaciones de metro cercanas a La Moneda.

La llegada de todos los mandatarios al Palacio de Gobierno se dio entre las 9.00 y las 9.30. Primero arribó el dueño de casa, que pasó a saludar a la prensa a las 9.03. Apenas cuatro minutos más tarde hizo su entrada el presidente de Uruguay, que fue seguido por Pedro Sánchez, Lula y Petro. Puntuales y apegados al itinerario del día, los cinco presidentes posaron para una foto oficial a las 9.31, momento en que dio inicio formal a la reunión que los convocó y que se extendió por más de tres horas.

Orsi: “No estamos haciendo todo el esfuerzo posible por evitar el crecimiento de los extremismos”

Eran casi las 13.00 hora local cuando los gobernantes volvieron a aparecer en el Patio de los Cañones, donde los esperaba un podio a cada uno, flanqueado a su vez por sus banderas. “Hay quienes critican este encuentro. No les gusta que nos juntemos”, dijo el presidente Boric directamente en la declaración conjunta. “Yo les digo abiertamente: nunca es un mal momento para fortalecer la democracia y el respeto irrestricto a los derechos humanos, al derecho internacional, a la justicia y a la igualdad. Por eso estamos reunidos acá, porque gobernar exige hacer, exige gestión, pero también pensar a largo plazo, agruparse, entender que cada uno por su cuenta no se va a salvar. Tenemos que actuar unidos. Es este esfuerzo el que hemos decidido emprender juntos. Estamos invitando a más países a sumarse, con la convicción de que los problemas de la democracia los podemos enfrentar y resolver siempre con más democracia”, señaló.

En sus discursos, los gobernantes no sólo no refutaron la acusación de ser un bloque “ideológico”, sino que defendieron la importancia de reunirse como líderes progresistas e incluso sumar a más países.

“Esta instancia es muy clara y surgió a partir de un encuentro en las Naciones Unidas de un par de los que aquí están presentes, Pedro Sánchez y Lula da Silva, que en conversación con otros países decidieron poner en valor el peso, las carencias y las dificultades que tiene nuestra forma de vida democrática, con la convicción de que esta propuesta de Democracia Siempre, con la democracia como centro de la futura discusión, va a atraer a muchos más países que se van a unir”, señaló Orsi cuando hizo uso de la palabra, luego de que abriera los discursos su par colombiano.

Así, Orsi resaltó que “si el objetivo, si la puntería, si la intención es fortalecer esta forma de convivencia que viene de tan lejos y que tantas vidas y tantos sacrificios nos ha costado”, la idea se fortalecerá con el apoyo de nuevos integrantes. Para ello, señaló que es fundamental ponerle “sustancia y elementos concretos” a la propuesta colectiva que se genere, y que esta esté “aterrizada a cuestiones que la gente sienta”. Sugirió, también, que el progresismo debe ser capaz de “hacer la autocrítica de por qué en nuestros pueblos la democracia a veces sufre pérdida de credibilidad” y de ser “conscientes de que no estamos haciendo todo el esfuerzo posible por evitar el crecimiento de los extremismos y la pérdida de confianza”.

“Si nosotros somos capaces de generar una propuesta simple, pero en la que a su vez la población tenga una forma de identificarse y de entender cuáles son los problemas que la democracia sí o sí va a poder resolver, sin duda vamos a tener más adhesión en la propia cumbre de la ONU en setiembre y vamos a tener una prédica, que es la que todos queremos, para que podamos poner en valor la igualdad, la libertad y la democracia como la mejor forma que hemos encontrado como humanidad para convivir. De eso se trata esta reunión y a eso apuntamos a futuro”, cerró.

Los demás mandatarios reforzaron el mensaje de unidad, identificando la amenaza de una “nueva ofensiva antidemocrática”, como señaló Lula. “Este encuentro también fue un momento de reflexión sobre el estado de integración regional y mundial. América Latina y el Caribe son una fuerza positiva en la promoción de la paz, el diálogo y el refuerzo al multilateralismo. Con España y Europa compartimos una larga historia de lazos económicos y sociales. Somos dos regiones importantes en el orden multipolar naciente y enfrentamos desafíos similares frente a la discriminación racial, la xenofobia y el cambio climático. También nos unen la promoción y la protección de los derechos humanos. En este momento en el que el extremismo intenta reeditar prácticas intervencionistas necesitamos actuar juntos”, destacó.

Sánchez, en tanto, hizo un llamado a “dar un paso al frente para defender y profundizar activamente nuestra democracia; de pasar, en definitiva, a la ofensiva”. “Nos enfrentamos a una internacional reaccionaria que actúa coordinadamente y por eso es tan importante actuar desde la coordinación y desde la respuesta conjunta. Nos toca a nosotros, a gobiernos liderados por fuerzas progresistas, encabezar esa respuesta, porque cada vez es más evidente que hay una derecha, una derecha tradicional con la que hasta hace no tanto tiempo compartíamos consensos básicos, que ha desertado de esa labor histórica y que ha sucumbido al discurso y al marco impuesto por la ultraderecha”, dijo.

Petro tampoco ocultó su preocupación frente a “un mundo que se debate, en sus centros de poder, en el irracionalismo que está destruyendo la multilateralidad, es decir, el encuentro de la humanidad para resolver sus problemas fundamentales”. “Es necesario que la humanidad misma responda, comenzando por que sus dirigentes progresistas, hombres y mujeres, nos juntemos”, señaló. “Creemos que una base del progresismo mundial debe juntarse en todo el mundo y que encender la luz es fundamental. Cuando las tinieblas llegan, cuando empiezan a atemorizar el alma, queremos ayudar a encender la luz en un mundo que se llena de oscuridad”, agregó.

Así, Boric aprovechó la instancia para anunciar que al grupo se sumarán nuevos integrantes en setiembre, en la Asamblea General de la ONU: las presidentas de México, Claudia Sheinbaum, y Honduras, Xiomara Castro; los primeros ministros de Reino Unido, Keir Starmer, Canadá, Mark Carney, y Australia, Anthony Albanese, así como el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, y la presidenta de Dinamarca, Mette Frederiksen.

Luego de la reunión, los mandatarios se dirigieron a un almuerzo en el Ministerio de Relaciones Exteriores, donde se les unieron personalidades como la expresidenta Michelle Bachelet y el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz. La cumbre cerró con un encuentro en el Centro Cultural Matucana 100 con organizaciones de la sociedad civil, como una forma de defender, que “no basta con juntarse entre presidentes”, como dijo Boric en su discurso.

Luego del encuentro, que sumará a siete nuevos países en la Asamblea General de la ONU, el bloque se reunirá en 2026. Así lo anunció Sánchez, proponiendo que España sea la anfitriona de una nueva cumbre “en defensa y también en aras de profundizar la democracia”.