“He trabajado en el hospital Al-Shifa de la franja de Gaza y debiera encontrar las palabras para describir la barbarie y la perversidad de la que fui testigo, pero no las encuentro, se me han terminado, ya no sé qué adjetivos usar”. Esas fueron las primeras palabras del doctor Carlos Trotta, de Médicos sin Fronteras, uno de los participantes en el evento sobre la situación en Gaza que tuvo lugar este miércoles de noche en el salón de actos del Palacio Legislativo.

El evento fue organizado por la Coordinación por Palestina Uruguay, bajo el título “Gaza hoy: hambruna y genocidio”. El salón se llenó de asistentes, al punto de que quedó gente afuera. Entre los presentes había varios legisladores del Frente Amplio, como los senadores Óscar Andrade, Gustavo González y Constanza Moreira, y la diputada Ana Olivera. También estuvo presente el exdiputado de Unidad Popular Eduardo Rubio.

Trotta dijo que “nos bombardean con imágenes” y llega un momento en el que “abruman”, y eso conlleva “el peligro de una parálisis”, pero es “un lujo que no nos podemos permitir”. “Gaza nos necesita en este momento, más que nunca. No nos podemos dar el lujo de sentirnos abrumados, paralizados, deprimidos y tristes”, insistió. Agregó que es un tema que “será complejo tal vez para la academia”, pero no lo es para el pueblo: “Estamos en presencia de cosas muy claras, de opresores y de oprimidos, de victimarios y de víctimas, de colonos y colonizados, es así de simple”. “Estamos en presencia de un genocidio perfectamente planificado y diseñado”, subrayó.

El médico contó dos anécdotas de las que fue testigo, que para él fueron “una tremenda enseñanza” y le siguen “dando vueltas”. Dijo que cuando estaba por volver de Gaza, “lleno de indignación y rabia ante tanta injusticia”, pensó que los palestinos le iban a dar “un mensaje de odio”, pero le dijeron: “Mire, doctor, cuando vuelva, dígales que si están buscando a Hitler, acá no está”. Trotta sostuvo que “los palestinos están pagando una factura que tendría que pagar Alemania o los zares de la época rusa, pero no un palestino”.

Por último, el doctor contó que cuando estaba trabajando en un consultorio periférico de Médicos sin Fronteras en la Franja de Gaza, un señor llevó a su hijo adolescente, de entre 12 y 14 años, “con las dos piernas recientemente amputadas”, para que los doctores le cambiaran las gasas. Dijo que le preguntó al muchacho si le podía sacar una foto, “para que se vea parte del desastre que allí estaba pasando”, y el joven contestó que sí. “Para mi sorpresa, el chico, que estaba acostado, se incorporó bruscamente y me hizo así [la v de la victoria con la mano]. Lo que quiero decir es que, más allá del dolor y de la injusticia, hay un pueblo digno que resiste”, finalizó.

“Un sistema de apartheid”

Luis Pedernera, otro integrante del panel, que fue miembro del Comité de Derechos del Niño de Naciones Unidas, dijo que examinaron a Israel en setiembre de 2024, y subrayó que el comité “le ha dicho a Israel que no cumple con el derecho internacional, porque es responsable de la aplicación de la Convención de los Derechos del Niño en los territorios ocupados”, pero ese país “niega esa responsabilidad”. Agregó que viola la convención “bajo un sistema de apartheid”.

“De los 196 países que son parte del tratado, estuve en los exámenes de 120, y no he visto cosa más brutal y atroz que lo que les está ocurriendo a los niños en Gaza, producto del genocidio que está llevando adelante Israel”, aseguró. Agregó que uno de los médicos que trabajaban en Gaza estaba “en tratamiento por estrés postraumático por el ruido de los drones: no sabía cuándo le iba a tocar a él”, y señaló que es un ejemplo “quizás banal” entre “tanta atrocidad”.

Luego dio cifras: dijo que entre 2016 y 2023, “con información verificada de Naciones Unidas”, constataron “28.000 violaciones graves a [la Convención de] los Derechos del Niño, propiciadas por Israel contra niños palestinos”. Entre ellas, “la muerte y la mutilación eran los primeros en el ranking”. “880 ataques a escuelas y hospitales, 16.800 negaciones a acceso humanitario”, consignó. Subrayó que los datos posteriores a octubre de 2023 “dan cuenta de una escala atroz, sangrienta y brutal de lo que están viviendo las niñas y los niños palestinos”.

Dijo que los datos, que son “viejos”, muestran “16.756 niños asesinados, más de 6.100 heridos o mutilados, miles de muertos bajo los escombros, y 21.000 niños desaparecidos en la Franja de Gaza”, así como “un millón de niños desplazados y 20.000 huérfanos”. “No hay parangón de la forma en que se están atacando y violando los Derechos del Niño en la historia reciente”, señaló.

Por último, Pedernera mencionó “el acoso y persecución a la sociedad civil, incluida la israelí que se anima a denunciar estas cosas”. Sostuvo que todas las reuniones que mantuvieron con niños israelíes “fueron realizadas bajo reserva de identidad, por temor a persecución, hostigamiento o calificación de ‘terrorista’”. “Esto lo digo porque en general [Israel] se pone como ejemplo de democracia en esa región, pero la democracia no es sólo votar, sino también cómo se trata a sus ciudadanos”, finalizó.

Elena Zaffaroni, integrante de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, fue la primera del panel que tomó la palabra. Dijo que “estos crímenes también nos agreden, y tenemos que sacudirnos y hacer mucho más”. Luego leyó un texto y subrayó que “el camino al fascismo está lleno de personas que te dicen que estás exagerando”.

“Hoy venimos a exigir coraje, empatía, humanidad y conciencia. Porque hay que enfrentar este inmenso poder para frenar este genocidio y los atropellos que no pararán. Y no alcanza con los tibios discursos y posicionamientos tardíos que tienen los gobiernos. Nuestro gobierno debe unirse al conjunto de países que han tomado decisiones contundentes para parar el genocidio ya”, finalizó Zaffaroni.