El 9 de setiembre, en aguas tunecinas, un dron atacó el barco Alma de la Flotilla Global Sumud, que estaba detenido. La cubierta superior se prendió fuego; sin embargo, los pasajeros y la tripulación no resultaron heridos. “Estos ataques repetidos se dan durante la intensificación de la agresión israelí sobre los palestinos en Gaza, y están orquestados en un intento por distraer y desviar nuestra misión”, indicó un comunicado de la Flotilla Global Sumud.

Esta misión reúne a civiles de diversos países en embarcaciones que parten desde distintos puertos del mar Mediterráneo con el objetivo de generar un corredor humanitario en Gaza y proveer de alimentos, agua y suministros a los ciudadanos en medio de una crisis humanitaria. Sin embargo, no es tan sencillo llegar a la ciudad palestina debido al bloqueo de Israel que existe desde 2009, que generó que ese país intercepte los barcos que llegan y niegue el acceso por mar a la Franja de Gaza. Según reportó Deutsche Welle, desde ese año, ninguna flotilla de ayuda humanitaria llegó a ese territorio.

El medio alemán consignó que en 2010 las fuerzas israelíes detuvieron seis barcos civiles pertenecientes a la Flotilla de la Libertad de Gaza, y los enfrentamientos producidos causaron la muerte de diez activistas y decenas de heridos. En 2015, la Flotilla de la Libertad III fue interceptada a 160 kilómetros de Gaza.

En junio de este año, Israel interceptó y desvió la flotilla humanitaria Madleen con 12 pasajeros a bordo, entre ellos la activista ambiental sueca Greta Thunberg. Si bien el buque estaba en aguas internacionales, fue trasladado al puerto israelí de Ashdod y las autoridades de ese país anunciaron que todas las personas embarcadas serían devueltas a sus países de origen.

Ahora, la Global Sumud Flotilla es calificada como la misión más ambiciosa en el intento de llegar a Gaza, y según indicaron desde la organización, se trata de una coalición de participantes internacionales, que incluye a la Flotilla Maghreb Sumud, la Coalición de la Flotilla de la Libertad, el movimiento Rumbo a Gaza y el Sumud Nusantara. “Cada bote representa a una comunidad y a la negativa de quedarse en silencio frente a un genocidio”, agregaron.

El 31 de agosto partieron docenas de barcos desde España, y el 4 de setiembre salieron otras embarcaciones desde Túnez y otros países. Un comunicado del 4 de agosto, previo a la salida, señaló: “La flotilla no sólo llevará asistencia, sino también doctores, abogados, periodistas, activistas y artistas. Todos navegando para solidarizarse con Gaza y declarar: No estás solo”.

Es “inaceptable e inadmisible” que civiles deban organizarse para abrir un corredor humanitario

“Ana, si hay algo que sabe es navegar, porque hace muchos años que está en el mar, ha sido capitana de muchas embarcaciones. La convocaron y creo que dudó más o menos dos segundos en decir sí y ya partió”, contó a la diaria Mabel García, la madre de Ana Zugarramurdi, una de los tres uruguayos que participa de la misión marítima humanitaria. García explicó que su hija está en el mar hace muchos años y viene de trabajar con organizaciones de rescate de migrantes.

“Cuando empezó a pasar esto, dijo: ‘Bueno, yo me voy para Gaza’, y la llamaron de la flotilla porque necesitan gente que sepa navegar”, señaló.

Según dijo este martes, la embarcación en la que está Zugarramurdi, que la integran seis mujeres en total y es un velero con bandera italiana, partió desde Sicilia y ahora se encuentra en aguas internacionales. La idea es juntarse con las embarcaciones que vienen de Túnez y Grecia, y de ahí partir hacia Gaza, en un viaje que duraría unos ocho días.

Sin embargo, aclara que la duración del viaje depende de varios factores: si Israel los intercepta antes, si les permiten llegar a la costa, las condiciones climáticas, que no haya “dificultades o atentados” como los que han sucedido y “complicado a dos barcos”.

Además de Zugarramurdi, los uruguayos Rodrigo Ciz y Romina Gallini también están embarcados con el objetivo de llegar a Gaza. En el caso de Ciz, García explicó que su hija y él se conocieron en Italia, antes de embarcar. “Es un chico uruguayo que estaba viviendo en Alemania y que fue para Sicilia, y ahí Ana lo conoció, y ellos decidieron, como son los dos uruguayos que están en la flotilla, dar una nota juntos”.

El 10 de setiembre, el medio colaborativo Posta publicó en su cuenta de Instagram audios que les mandaron Zugarramurdi y Ciz. En este material, al que tuvo acceso la diaria, Zugarramurdi expresó: “Mientras la misión avanza, voluntarios civiles somos amenazados de que seremos tratados como terroristas y que terminaremos en cárceles israelíes de máxima seguridad. Sin embargo, la Global Flotilla es una misión humanitaria, pacífica y no violenta que busca llevar ayuda humanitaria a la población de Gaza y terminar con el bloqueo”.

En ese sentido, Ciz consideró que es “inaceptable e inadmisible” que civiles de diversas partes del mundo deban “organizarse, autogestionarse y autofinanciarse” para abrir un corredor humanitario. “Esto es responsabilidad de nuestros gobiernos”, aseveró.

Gallini, por su parte, está afiliada al Sindicato Único Nacional de Trabajadores del Mar (Suntma) y Afines, y en un comunicado emitido por este informaron que “la compañera desempeña sus tareas laborales como cocinera, pero comenzó en la profesión como marinera de cubierta y sus estudios le permitieron dar el paso anhelado a la cocina de los barcos, que es para lo que estudió en UTU”. “Actualmente estaba trabajando en el mar Mediterráneo y así fue como llegó a la flotilla”, agregaron.

Ciz afirmó que “muchos gobiernos todavía no han podido intervenir como se debería”, que es “denunciar el genocidio”. “Si seguimos denunciando lo que pasa y tomando acciones, cada vez van a ser más los gobiernos que se involucren, como lo ha hecho recientemente el gobierno de España, para poner fin a las atrocidades que se están cometiendo frente a los ojos de todo el mundo”, destacó.

A su vez, Zugarramurdi apuntó que Israel “no tiene jurisdicción” en el lugar a donde se dirigen, por lo que “cualquier intercepción por su parte debería ser considerada un secuestro que rompe las leyes internacionales, así como todos los convenios de mar, de los cuales también Uruguay forma parte”.

Tal como fue solicitado este martes por la Coordinación por Palestina, la madre de Zugarramurdi espera que el gobierno garantice la seguridad de los uruguayos, y que pueda decir que lo que sucede en Gaza “es un genocidio” y que “el gobierno apoya a estos uruguayos que están en la flotilla para que puedan llegar a Gaza, y sobre todo, volver sanos y salvos a sus hogares”. “Eso es lo que yo como madre espero de este gobierno”, indicó.