Este lunes el Ministerio del Interior (MI) compareció a la Comisión de Presupuesto integrada con Hacienda de Diputados para defender su plan de presupuesto. Luego de esa instancia, que duró aproximadamente ocho horas, el ministro Carlos Negro definió lo elaborado para la cartera como “un proyecto responsable”. En esa línea, enfatizó que la “situación del país es bastante restrictiva” en materia fiscal, por lo que se debe valorar un “presupuesto de corte técnico” y que es “estricto en lo que respecta al gasto”.

“Entendemos que es el primer paso hacia el Plan Nacional de Seguridad Pública que está instrumentando el Ministerio del Interior”, aseguró Negro. Remarcó que se inicia un rumbo que tiene como principales ejes el control de los homicidios, el control de las armas de fuego, el trabajo en un sistema de justicia criminal y el control de la violencia basada en género.

“Dejamos de lado lo que hemos dado en llamar el pensamiento mágico normativo”, aseguró Negro, que se detuvo en que la iniciativa presentada por el Ejecutivo dejó de lado la inclusión de normativa por fuera de lo estrictamente presupuestario, como es el caso de “incorporar delitos” o proponer “aumentos de pena”.

El diputado nacionalista Pablo Abdala tuvo la voz cantante desde la oposición y señaló en una rueda de prensa que “no conforma” la propuesta presupuestal, dado que no se evidencia un “esfuerzo” por marcar como prioridad “el combate y la prevención del delito”. “Lo vemos muy pobre y muy carente de propuestas”, “es un presupuesto muy anunciado”, opinó el legislador.

Abdala se refirió a que el proyecto de ley de presupuesto “no contiene soluciones o respuestas a los compromisos preelectorales” que se hicieron tanto a la ciudadanía como a los sindicatos policiales. El diputado puso como ejemplo la promesa de incorporación de 2.000 nuevos policías y enfatizó que se han incorporado sólo 1.000 en el sistema penitenciario. También apuntó al incumplimiento en “mejoras prometidas” para las comisarías rurales o en el pasaje de la atención de los privados de libertad del Hospital Policial a los servicios de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE).

Sobre la incorporación de nuevos funcionarios policiales, Negro respondió que se está dando “cumplimiento” a la promesa de campaña porque ya se está incorporando “un importante número”. En concreto, hizo referencia a las “más de 1.000 vacantes que se cubren”, entre funcionarios policiales y funcionarios para el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR).

“Habiendo cumplido ya en este momento con la incorporación de 1.500, estamos en condiciones de asegurar que en el resto del quinquenio vamos a cumplir esa promesa de campaña”, concluyó Negro.

El directorio blanco y el “entredicho” de la comisión

En la mañana, luego de su sesión de directorio, el Partido Nacional (PN) cuestionó el funcionamiento del diálogo interpartidario para la creación del Plan Nacional de Seguridad Pública. A esa hora, en el edificio anexo al Palacio Legislativo, la delegación del MI iniciaba su comparecencia. En el correr de la tarde, esos cuestionamientos que habían salido de la sede partidaria de la calle Juan Carlos Gómez se hicieron presentes en la instancia parlamentaria y dieron lugar a uno de los principales entredichos –o el principal– entre el ministro Negro y la oposición.

Según pudo reconstruir la diaria, el jefe de cartera hizo “alusión” a lo dicho horas antes en el directorio nacionalista y eso suscitó la respuesta de los representantes blancos, más concretamente, la del diputado Abdala. Consultado por la diaria, el legislador reivindicó el reclamo de presencia de “interlocutores válidos” en las instancias convocadas de cara a la construcción del Plan Nacional de Seguridad Pública. “Cuando hay voluntad de dialogar, cuando hay el propósito de llegar a entendimientos, hay que tener empeño”, marcó el diputado. “Espero que los nubarrones se dispersen, porque nosotros apostamos al diálogo”, agregó.

Por su parte, Negro remarcó en una conferencia de prensa que cuando se presentó ante los jerarcas partidarios el formato de diálogo, se acordó que se iba a nombrar “representantes político-técnicos” y no “los presidentes de los partidos, ni el ministro”. “El ministro tiene un sinnúmero de ocupaciones que lo obligan a estar en muchos escenarios a la vez”, recordó.

Puntualizó que el ministerio designó un “delegado” que es “muy calificado”, en referencia al académico Emiliano Rojido. “No entendemos apropiado que ni el ministerio le designe o intervenga en la designación de los delegados de los partidos, ni que sean los partidos los que le digan al ministerio quiénes son sus representantes”, concluyó Negro al respecto.

La descentralización del INR y el Ministerio de Justicia

Abdala reconoció “un refuerzo presupuestal” en lo que respecta al sistema penitenciario. Sin embargo, cuestionó que no se haya aprovechado la instancia presupuestal para consolidar al INR como “servicio descentralizado”. Apuntó que este es un “acuerdo conceptual” que existe entre los partidos políticos, en el entendido de que con esa nueva institucionalidad habrá “una mayor eficiencia” a la hora de la aplicación de los recursos destinados.

El representante blanco comentó que el ministro “insinuó” que este paso hacia la descentralización del INR no se concretó por la falta de consenso a la interna del gobierno sobre “cuál sería el ministerio con el que se vincularía” el nuevo servicio descentralizado. En ese sentido, catalogó esa discusión como “un tema secundario”. “No sé si el gobierno no quiere esperar a encontrar una mejor oportunidad para avanzar con su idea de crear un Ministerio de Justicia y vincularlo con el INR”, cuestionó Abdala al analizar los dichos del jefe de cartera.

Negro, por su parte, reconoció que en el MI se está “elaborando” un proyecto para la descentralización del INR que está “muy avanzado”. Sin embargo, comentó que no se agregó el tema en el proyecto de presupuesto por los plazos de tratamiento que este tiene. Por el contrario, se entiende que la decisión de convertir el instituto en un servicio descentralizado “tiene muchas complejidades” y “hay que ser responsables” a la hora de analizarla.