La niña tiene cuatro años, se encuentra bien, sin elementos de gravedad y está tolerando bien el tratamiento, informó a la diaria Lucía Alonso, directora de la División de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (MSP). Está internada en el hospital Pereira Rossell. Es la primera persona afectada en nuestro país por leishmaniasis, una enfermedad zoonótica causada por protozoarios del género Leishmania, que es transmitida por una especie de mosquita milimétrica llamada flebótomo; la enfermedad afecta a los perros, que son el reservorio, y los flebótomos son quienes las transmiten a los humanos. La enfermedad tiene presencia mundial; en Uruguay en 2010 se identificó el flebótomo en Salto y Artigas (por ahora no se ha extendido a otros departamentos), y en 2015 se dieron los primeros casos de perros infectados. Desde entonces, se ha desarrollado un trabajo interinstitucional en esos departamentos, para vigilar y controlar la expansión de los flebótomos, de los perros infectados (se recomienda la eutanasia) y la transmisión a humanos. Eso último es lo que se detectó el miércoles 5.

La niña vive en Salto, en el barrio Cerro, una de las áreas de ese departamento con alta transmisión de leishmaniasis a perros, y donde se habían hecho eutanasias. La niña tenía los síntomas descriptos para la enfermedad: fiebre prolongada (durante un mes), agrandamiento del hígado y del bazo, anemia, plaquetas y glóbulos bajos. Según Alonso, los síntomas eran sugestivos de una enfermedad neoplásica, por eso se la derivó a la fundación Pérez Scremini; la pediatra que la atendió supo que la niña provenía de una zona de riesgo y tomó muestras que detectaron el parásito.

Equipos de diferentes organismos departamentales y nacionales trabajan estos días en Salto, en el refuerzo de las líneas de acción, y también en la información a la población y a instituciones de salud, para que estén alertas ante posibles casos. Al mismo tiempo, se está haciendo una pesquisa en las manzanas alrededor de la casa de la niña: hasta ayer se habían visitado 302 viviendas de las 311 identificadas; no hallaron ningún caso sospechoso de leishmaniasis visceral en humanos, confirmó Alonso. Dijo que esa es una muy buena noticia y que se esperaba, porque “no es como el dengue en el cual el vector pica y se transmite de forma significativa en una comunidad; la leishmaniasis se comporta casi como un agente oportunista, la enfermedad se manifiesta solamente si hay una condición inmune del huésped, de las personas”, detalló Alonso. Los más sensibles son niños menores de un año, personas con trastorno de su sistema inmune (con VIH, en tratamiento oncológico), ancianos.

El diputado nacionalista Gastón Cossia, veterinario, critica que el gobierno manejó la situación “con mucha impericia y falta de asesoramiento técnico”, según dijo a la diaria, y recordó que de una batería de diez medidas que propuso en 2016, el gobierno sólo tomó una (pedir certificado de libre de leishmaniasis a los perros que ingresan al país). Pide controlar el ingreso y egreso de perros de Salto y Artigas, un sistema de atención pública para animales en esos departamentos, refugios, identificación electrónica de los animales, y eliminar el IVA a collares con piretroides, entre otros. El diputado no es partidario de la eutanasia de perros; entiende que no hay otra opción con los animales con la enfermedad avanzada, pero que si los perros reciben tratamiento, siguen siendo portadores pero no contagian. Alonso discrepa: “La única opción que está validada internacionalmente es la eutanasia. Sabemos que el tratamiento lo único que hace es bajar ligeramente la transmisibilidad, pero no es curativo, por lo tanto ese animal va a seguir transmitiendo. Si hubiese un tratamiento curativo sería ideal”, afirmó.

Cossia criticó que no se le haya sacado sangre a la familia de la niña ni a la población. “No lo hacen porque la mosquita está hace ocho años en Salto, porque los perros están infectados hace tres años y más de la mitad de la población ya ha sido picada por la mosquita, tiene anticuerpos contra leishmaniasis, la enfermedad está instalada en Salto”, concluyó.

Alonso, epidemióloga, sostuvo que “se pesquisa clínicamente” y que desde el punto de vista técnico, “no tiene sentido hacer el estudio al barrido –no está en ninguna recomendación mundial– porque la mayoría de las técnicas que se utilizan son técnicas serológicas, que buscan anticuerpos frente al parásito, y las personas se exponen a este parásito pero no enferman en su enorme mayoría, por lo tanto si yo estudio una población que vive en un lugar donde hay leishmaniasis voy a encontrar mucha gente con serología positiva, pero eso no significa que estén enfermos ni que haya que tratarlos; lo que importa es buscar gente que realmente fue afectada por el parásito, que es una proporción muy muy menor”, que ronda 5% y son los bebés, ancianos e inmunodeprimidos. “Nuestro trabajo ahora es mitigar el impacto de la transmisión del perro al hombre y evitar mortalidad que podemos evitar, porque si diagnosticamos a esas pocas personas que tienen una condición preexistente que favorece que enfermen y los tratamos en forma oportuna, esa gente va a tener un buen pronóstico”, sostuvo.

El martes, en la reunión de bancada, Cossia propondrá la comparecencia de las autoridades del MSP al Parlamento.