La Organización Panamericana de la Salud (OPS) recibió, hasta el 16 de julio, la notificación de 2.472 casos confirmados de sarampión en 11 países de las Américas. Según el informe de situación del 20 de julio de la OPS, había un caso en Antigua y Barbuda, cinco en Argentina, 677 casos en Brasil, 19 en Canadá, 40 en Colombia, 17 en Ecuador, 91 en Estados Unidos, uno en Guatemala, cinco en México, tres en Perú y 1.613 casos en Venezuela. El informe consigna, además, que en la semana epidemiológica 29 (del 16 al 22 de julio) se confirmaron dos nuevos casos de sarampión de menores de cinco y seis meses de edad que residen en la ciudad y en la provincia de Buenos Aires. Esos nuevos casos fueron los que motivaron que el viernes Raquel Rosa, directora general de la Salud del Ministerio de Salud Pública (MSP) diera una conferencia de prensa para reiterar la necesidad de evitar la propagación de esta enfermedad, que se previene mediante la vacunación. Desde 1999 Uruguay no tiene casos autóctonos de esta enfermedad, pero la preocupación es real, porque lo alcanzado puede perderse rápidamente: en 2016 la OPS había certificado la región de las Américas como libre de casos autóctonos; poco después, la realidad cambió.
Tanto el MSP como la OPS relacionan la reaparición de la enfermedad con un descenso en las tasas de inmunización. “La presencia del sarampión comenzó con casos en Europa, después aparecieron casos emergentes en Venezuela y Brasil y, subsidiariamente, desplazamientos que se están viendo en otros lugares”, dijo a la diaria Roberto Salvatella, asesor en Enfermedades Transmisibles de la OPS-OMS en Uruguay. “La no vacunación fue la razón por la cual emergió la enfermedad en Italia y en Francia”, explicó.
Una de las principales recomendaciones de la OPS-OMS para todos los países es mantener coberturas homogéneas de vacunación de 95% con la primera y la segunda dosis de la vacuna triple viral, que protege contra el sarampión, la rubéola y las paperas. En la conferencia del viernes, Rosa insistió en ese aspecto: instó a que cada persona revise su Certificado Esquema de Vacunación para constatar si recibió las dos dosis correspondientes. En esa situación se encuentran quienes nacieron después de 1967 y antes de 1986, puesto que a partir de 1986 comenzaron a darse las dos dosis (al año y a los cinco años) y se considera que quienes nacieron antes de 1967 cuentan con inmunidad por haberse expuesto naturalmente al sarampión, que era extremadamente común en Uruguay, tal como consigna el MSP. Quien no pueda verificar si recibió o no la segunda dosis, debe dársela nuevamente. Puede recibirla gratuitamente en cualquier vacunatorio del país y sin necesidad de presentar orden médica.
El MSP descartó ayer que un niño argentino que había venido a Uruguay de paseo tuviera sarampión; tenía la sintomatología compatible con la descripción del virus (se brotó y tenía fiebre), pero los estudios de laboratorio dieron negativo, confirmó la diaria.
¿Qué es el sarampión?
Es una enfermedad causada por un virus que produce un cuadro potencialmente grave. Los principales síntomas son: fiebre alta y erupción cutánea acompañada por síntomas respiratorios, reseña el MSP. Con frecuencia, se presenta con conjuntivitis (ojos rojos) y rinorrea (congestión nasal). Se transmite muy fácilmente, por gotículas procedentes de la nariz, la boca y la faringe de personas infectadas.
Tal como consigna la OMS, los primeros síntomas (fiebre, rinorrea, conjuntivitis y pequeñas manchas blancas en la cara interna de la mejilla) suelen aparecer entre ocho y 12 días después de tener la infección, y varios días después aparece la erupción en la piel, en las zonas de la cara y el cuello que se extienden luego al resto del cuerpo. La mayoría de las personas que tienen el virus se recuperan dos o tres semanas después, pero puede tener complicaciones graves –ceguera, encefalitis, diarrea intensa, infecciones del oído y neumonía–. Los efectos más graves los sufren los niños más pequeños, personas inmunodeprimidas y adultos mayores.