El premio Héroes de la Salud Pública es otorgado anualmente por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), para reconocer a personas valiosas por sus contribuciones a la salud pública en la región de las Américas. Este año le tocó al presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, por las acciones que impulsó a partir de 2006 para reducir el tabaquismo, en consonancia con las medidas recomendadas por el Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco. Una nota publicada ayer por el sitio de la OPS recuerda que Uruguay fue el primer país de las Américas en prohibir fumar en lugares públicos cerrados y en los lugares de trabajo, y menciona la demanda internacional de la empresa Philip Morris contra el Estado uruguayo por sus disposiciones sobre el empaquetado de tabacos, que terminó ganando Uruguay en 2016.

Al entregarle el reconocimiento, en la sede de la OPS en Washington, la directora de esa institución, Carissa Etienne, expresó: “Es un honor para nosotros conceder esta especial distinción a alguien que, además de su vocación como médico, ha sido un defensor consumado de la salud pública desde su ventajosa posición única dentro del escenario político”.

Vázquez destacó que la actividad científica y el quehacer político son dos formas de “ayudar a que el oficio de vivir sea el mejor oficio del mundo”, algo en lo que se comprometió a seguir trabajando. Comentó que si bien ciencia y política “a primera vista parece una combinación imposible o por lo menos rara y conflictiva”, en su caso, las mismas razones que lo llevaron a la ciencia lo condujeron a la política: la búsqueda del conocimiento y base para mejores condiciones y calidad de vida que da la ciencia, por ejemplo, y el sistema de valores y el procedimiento para el desarrollo de las naciones y el fortalecimiento de la comunidad internacional que representa la política. Agregó que la sociedad se beneficia con “los resultados tangibles de la ‘ciencia con conciencia’”.

Según Vázquez, la posibilidad de alcanzar una vida saludable “no debiera ser un privilegio o una casualidad, es un derecho”, y no es un asunto sólo de médicos, sino “asunto de la sociedad en su conjunto y de la democracia como forma de gobierno”. “Para enfrentar y revertir la creciente morbilidad y mortalidad del cáncer y otras enfermedades no transmisibles, es imprescindible adoptar decisiones políticas e instrumentar estrategias sistémicas para abatir la pobreza, generar inclusión social, promover la educación, impulsar hábitos de vida saludables, fortalecer sistemas de salud integrados que incluyan programas nacionales para la prevención primaria, detección temprana, diagnóstico también a tiempo, tratamiento, rehabilitación y seguimiento a largo plazo de estas enfermedades”, expresó.

Este jueves Vázquez presentará en la Tercera Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas sobre la Prevención y el Control de Enfermedades No Transmisibles, en Nueva York, el informe de la Comisión Independiente de Alto Nivel sobre Enfermedades No Transmisibles, formada en octubre de 2017 para recomendar acciones a los gobiernos con el objetivo de reducir en una tercera parte la mortalidad por estas enfermedades (tal como lo establecen los Objetivos de Desarrollo Sostenible). “Tal vez parezca un objetivo demasiado ambicioso, pero si somos capaces de renunciar a otras ambiciones que tanto nos empobrecen y tanto daño nos hacen, seguramente lo alcanzaremos”, concluyó.