Un joven que viajaba en moto perseguido por la Policía chocó el lunes de tarde; ingresó politraumatizado grave a la emergencia del hospital Pasteur, y murió poco después en el CTI, tras infructíferos intentos de reanimación. Cuando el personal de salud les comunicó la noticia a los dos acompañantes del hombre, ingresaron a la emergencia entre 20 y 30 personas que aguardaban afuera, generaron corridas y un grupo de ellos ingresó al CTI. Allí rompieron dos vidrios que separaban los boxes donde se había intentado reanimar al paciente –algunos vidrios cayeron sobre la cama de otro paciente pero no alcanzaron a afectarlo–, volcaron un carro de reanimación y un cardiodesfibrilador cayó al piso, según relató en diálogo con la diaria Alarico Rodríguez, gerente general de ASSE. La violencia del hecho recordó la vulnerabilidad de trabajadores y usuarios ante este tipo de episodios, y obligó a revisar los procedimientos que podrían evitar estas situaciones.
Para eso, las autoridades de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) concurrirán hoy a las 14.00 al Ministerio del Interior (MI), junto con delegados de la Federación de Funcionarios de Salud Pública (FFSP) y del Sindicato Médico del Uruguay (SMU), “para tratar sobre la seguridad de los servicios de salud, tanto en el área hospitalaria como en el área domiciliar, donde tenemos problemas cada vez más frecuentes, y sobre los protocolos para personas privadas de libertad, que si bien no aplican para esta situación es algo que tenemos que seguir profundizando y mejorando”, explicó Rodríguez. No aplican en esta situación porque, pese a que el hombre estaba involucrado en un hecho delictivo, se trataba de un siniestro de tránsito, así como tampoco hubiera incidido en nada tener un hospital penitenciario. Martín Pereira, presidente de la FFSP, explicó a la diaria que esta es una “promesa del gobierno” que no se ha cumplido, y en la reunión de hoy presionarán para tener una respuesta.
Acciones
Referentes de ASSE, del SMU y de la FFSP fueron el lunes de noche al hospital Pasteur para conversar con los trabajadores y evaluar las medidas de seguridad. El área de CTI no tenía limitaciones al ingreso. Rodríguez dijo que de inmediato comenzará a aplicarse una barrera tecnológica de acceso al CTI –se utilizará la huella digital de personas habilitadas– y que se buscará la forma de franquear el acceso remoto a la puerta de emergencia, una medida un tanto más difícil de instrumentar porque no se puede obstaculizar el ingreso de las emergencias.
Rodríguez aclaró que “el fallecimiento de una persona que hasta minutos antes estaba en perfecto estado de salud genera descompensaciones emocionales en familiares y amigos”, pero comentó que “estamos viendo con muchísima preocupación el tema de que se responsabilice al personal de salud: aquellos que están tratando de evitar que esto suceda terminan siendo responsabilizados por el desenlace. Tenemos que buscar la forma de evitar este tipo de invasiones como la que sucedió anoche, y eso no lo evitás con policías en la puerta”, reflexionó. La restricción en el CTI hubiera ayudado.
La violencia en los centros de salud ha sido un tema recurrente en los últimos años. Gustavo Grecco, presidente del SMU, informó a la diaria que en 2018 se multiplicó la cantidad de denuncias de médicos por situaciones de violencia, principalmente a trabajadores de emergencias móviles; aclaró que ese dato surge de denuncias que no son obligatorias, por lo que es un subregistro. Grecco, Pereira y Rodríguez coinciden en señalar que estos hechos son cada vez más frecuentes.
¿Qué solucionaría tener un hospital penitenciario? Pereira sostiene que ayudará a solucionar la estadía de personas privadas de libertad en hospitales generales y a concretar pequeñas cirugías; para los casos de mayor complejidad, seguirá siendo imprescindible recurrir a centros de máximo nivel, como el Maciel, el Pasteur y el Instituto de Traumatología. Sin presupuesto, el proyecto del hospital penitenciario está en suspenso. Por el momento, ASSE ha optado por mejorar la atención de presos en el Saint Bois, en la unidad de Punta de Rieles y en la de la Cárcel Central.