Salvo Punta Espinillo, el tramo este de Punta Yeguas y los dos puntos más al este de Pocitos, todas las playas de Montevideo estaban inhabilitadas para baños ayer de tarde, a causa de floraciones de cianobacterias, situación que se arrastraba desde el domingo. Ese día, estos microorganismos se detectaron también en varias playas de la Ciudad de la Costa y en la Costa de Oro canaria, y la situación fue variando ayer: Leonardo Herou, director de Ambiente de la Intendencia de Canelones, informó a la diaria que en la mañana no había playas canarias inhabilitadas –con escasas cianobacterias en algún punto de la Ciudad de la Costa– pero que de tarde, con una temperatura de 27 grados, se detectaron colonias en El Pinar, en la zona entre Parque Roosevelt y Lagomar, en San Luis y en Santa Lucía del Este.
En San José no hubo cianobacterias hasta el 15 de este mes, cuando aparecieron en Kiyú y Cufré; y ayer reaparecieron en Cufré, explicó a la diaria uno de los integrantes de la Agrupación de Guardavidas de San José. Colonia parece estar al margen, por el momento: “En todo el verano no tuvimos problemas”, afirmó Sonia Arduin, directora de Higiene de la Intendencia de Colonia, quien dijo que se hacen uno o dos monitoreos semanales.
Riesgo sanitario
Ante la presencia de cianobacterias, los guardavidas colocan la bandera sanitaria (roja con la cruz verde) para indicar que es riesgoso bañarse o hacer actividades en la arena. “La gente se baña igual. Viene a preguntar pero es lo mismo, la respuesta de ellos es ‘siempre hubo y nunca pasó nada’”, comentó el guardavidas de San José. En las playas montevideanas mucha gente también decidió bañarse.
“Estamos minimizando algo que puede generar daño”, dijo a la diaria la presidenta de la Sociedad Uruguaya de Pediatría, Alicia Fernández, e insistió en que si hay cianobacterias la gente no debería ir a la playa. Los menores de cinco años son los más expuestos porque juegan en la arena, sobre la que hay un manto de cianobacterias. Fernández informó que si chicos o grandes tragan agua al bañarse pueden sufrir cuadros de gastroenterocolitis, con diarrea y vómitos. La inhalación de cianobacterias (al respirar partículas diseminadas por las olas, como puede ocurrirles a quienes hacen deportes acuáticos) causa cuadros respiratorios y febriles. El contacto con la piel provoca erupción, ardor y picazón, y si es con los ojos, conjuntivitis. A nivel clínico, Fernández comentó que preocupan en especial los casos de gastroenterocolitis y los cuadros febriles y respiratorios, sobre todo en niños con antecedentes respiratorios, porque en definitiva inhalan sustancias tóxicas, y a eso se suele sumar otra situación de riesgo a la que se exponen muchos niños: el exceso de calor a horas inapropiadas para estar al sol. La pediatra pidió prudencia y recordó que si bien los casos graves son la excepción, existen.
Luis Aubriot, investigador de la Facultad de Ciencias, recordó, en diálogo con la diaria, el caso grave de una niña que en 2015, mientras hubo floraciones algales, estuvo con su familia en varias playas contaminadas, entre ellas Malvín y Carrasco, y que a raíz de la exposición –no se sabe si fue oral o aérea– tuvo una falla hepática total. “Fue atendida acá; los médicos la enviaron a Buenos Aires, indicaron un trasplante con prediagnóstico de posible intoxicación cianobacteriana, y así fue recibida en Argentina”, donde se realizó el trasplante. “Unos colegas argentinos analizaron el hígado”, y el daño en el tejido de ese órgano “tenía todas las características de derrame con altas concentraciones de toxinas en las células hepáticas”, indicó el biólogo. Añadió que “el cuadro era bien claro de una falla masiva. Dado el pequeño peso de la niña, las intoxicaciones pueden ser mayores porque hay menor masa corporal”, apuntó.
¿Qué son las cianobacterias?
“Son crecimientos explosivos (blooms) de organismos del fitoplancton (algas, cianobacterias), derivadas del aumento de la concentración de nutrientes, principalmente nitrógeno y fósforo en cuerpos de agua (proceso de eutrofización). Estos nutrientes pueden provenir de escurrimientos derivados de actividades agrícolas y ganaderas, así como de vertimientos de aguas residuales industriales o domésticas”, resume la web de la Intendencia de Montevideo. Las células son muy pequeñas pero pueden agruparse formando colonias. Cuando la concentración es baja, se las ve de cerca y es algo similar a la yerba mate; cuando es alta, se ve de lejos una mancha verde en el agua.
Luis Aubriot, de Facultad de Ciencias, comentó que es un fenómeno típico del verano, sobre todo si es lluvioso. Dijo que “el lugar de producción de estos microorganismos principalmente es en los embalses del río Negro y del río Uruguay”, y que las altas precipitaciones aumentan sus caudales y hacen que sean transportadas aguas abajo, hasta el Río de la Plata, en donde los vientos del sur, oeste y suroeste las aproximan a las costas de Montevideo y de Canelones. Aclaró que los montevideanos ven este problema en verano, pero que los embalses persisten todo el año. En nuestro país la situación se ha hecho más frecuente desde 1998.