Cristina Canoura se llenó de flores, abrazos y aplausos el jueves, cuando la Academia Nacional de Medicina (ANM) le rindió un homenaje, en reconocimiento “por su trayectoria en el periodismo científico, médico y de la salud”, tal como decía la estatuilla que recibió. Propio de su ánimo de compartir información, ella le entregó a la ANM su memoria periodística: dos biblioratos con las notas que publicó en las páginas de salud, ciencia y ambiente del semanario Búsqueda durante los 17 años que trabajó allí –entre 1992 y 2009–, que podrán consultarse en la biblioteca de la academia.

“A lo largo de muchos años, desde el semanario Búsqueda Cristina Canoura ha sido una fiel intérprete de los temas que preocupan a la población, buscando cuidadosamente conectar a los referentes de la medicina nacional con la elaboración de artículos que llevaban al público una información ajustada y veraz, que ayudaban a la mejor comprensión de los problemas de que tratara”, expresó el académico Antonio Turnes. El médico valoró sus notas “siempre esclarecedoras”, su esfuerzo por “hacer sencillos los asuntos complejos” mediante el uso de un lenguaje accesible, y el acierto por difundir temas de interés para la población. Escribía sobre esos asuntos “con la idea de brindar un servicio público destinado a aumentar el conocimiento” y sin eludir los dilemas, fiel a su “marcado criterio ético”, afirmó Turnes. Agregó que “la vieja escuela” de periodistas consideraba “secundarios” los temas de salud, ciencia y cultura con respecto a los de política y economía, pero Canoura venció ese prejuicio y logró que sus notas se leyeran “con el mismo interés” que temas de política y economía. “Su actitud profesional jerarquizó la tarea de comunicación en salud”, evaluó.

Turnes valoró que Canoura consultara a profesionales destacados, entre ellos muchos miembros de la ANM. “Ha sido una de las personas que más han contribuido a vencer las resistencias que los médicos tenían para comunicar al público los avances científicos y las consideraciones que rodean el progreso de la medicina”, expresó.

"Construí mi propia credibilidad periodística, la única tarjeta de presentación que un periodista puede tener".

Cuando le tocó hablar, y luego de agradecer la distinción, Canoura catalogó a Turnes como su “ábrete Sésamo y caja de Pandora”, dando cuenta de la relación de respeto y contribución entre el periodista (la periodista, en este caso) y su fuente. “Si miro los rostros de la mayoría de ustedes, académicos y académicas, puedo hacer el esfuerzo de recordar a raíz de qué tema los consulté. Fueron mis referentes y mis mejores fuentes de información. Me sentí muy privilegiada de que me dieran su tiempo y esfuerzo para que yo pudiera traducir conceptos para que los pudieran entender lectores comunes y corrientes”, retribuyó Canoura.

Maestra de profesión, Canoura dijo que no tuvo oportunidad de estudiar periodismo porque no existía la carrera de comunicación en Uruguay cuando ella se formó. Sus primeros pasos en el rubro los dio en los Cuadernos del Tercer Mundo y en la Guía del mundo, y dijo que decidió no desaprovechar la oportunidad que le brindó Búsqueda, cuando tenía 46 años. “Siempre me esforcé por honrar con mi trabajo la confianza que depositaron en mí”, manifestó, y recalcó algo fundamental: “Construí mi propia credibilidad periodística, la única tarjeta de presentación que un periodista puede tener. Las veces que me equivoqué, pedí disculpas en la siguiente edición. La que más recuerdo fue cuando confundí virus con bacteria y el doctor Raúl Bustos me lo señaló a través de una discretísima carta”, confesó, entre las risas del público y también de ella. Dio pautas dignas de un decálogo de periodistas: “Aprendí a preguntar y repreguntar, a romper en mí misma el estereotipo del periodista sabelotodo, a declararme ignorante sin pudor”.

"Aprendí a preguntar y repreguntar, a romper en mí misma el estereotipo del periodista sabelotodo, a declararme ignorante sin pudor".

Maestra de periodistas

Cuando ingresó al semanario, sus compañeros eran veinteañeros y egresados de universidades. Eso no fue obstáculo en la relación. Turnes destacó que Canoura significó un apoyo para los periodistas más jóvenes. Fiel a su reflejo, ella dedicó el premio a una de aquellas con quienes compartió la tarea: Daniela Hirschfeld, máster en Periodismo Científico en el Instituto de Tecnología de Massachusetts y con quien, con la experiencia adquirida y el trabajo de equipo, terminaron haciendo las páginas de salud y ciencia de Búsqueda “de taquito”, relató.

Canoura destacó, además, la importancia de foguearse en estos temas que cubrían: transmitió su convicción de que “con la experiencia y capacitación adquirida, cualquiera de las integrantes de la sección salud y ciencia de Búsqueda éramos capaces de cubrir cualquier área periodística a las que se nos designara”.

Después de que dejó de trabajar en el semanario, entre 2010 y 2015 Canoura dictó talleres de salud que organizaba el laboratorio Bayer; aclaró que jamás le censuraron temas ni disertantes y que no tuvo otro vínculo con el laboratorio que el pago de sus honorarios.

"Pienso que la vida sólo merece ser vivida si es para tender puentes y redes entre los que tienen y los que no tienen; entre los que saben y los que precisan saber".

Su generosidad y su compromiso con la verdad no son un esfuerzo para ella, más bien todo lo contrario: “Si mi mérito fue abrir camino a las nuevas generaciones de periodistas en el área de salud y ciencia debo reconocer que esta ha sido mi filosofía y de mis pocas certezas: pienso que la vida sólo merece ser vivida si es para tender puentes y redes entre los que tienen y los que no tienen; entre los que saben y los que precisan saber. Mi agenda telefónica, aunque ahora está un poco desactualizada, sigue a disposición de quien la precise. Aliento a las nuevas generaciones de colegas a que elijan esta área de información. No se van a arrepentir”, aseguró.