Según la Organización Mundial de la Salud, la osteoporosis es una enfermedad sistémica caracterizada por una disminución de la masa ósea y un deterioro de la microarquitectura del tejido óseo, que incrementa la fragilidad del hueso, con el consecuente aumento del riesgo de fractura. La pérdida de la masa ósea ocurre sin que la persona lo perciba, avanza de forma asintomática hasta que tiene una complicación que, en general, es una fractura. la diaria habló con la doctora Beatriz Mendoza, especialista en endocrinología de la Clínica de Endocrinología y Metabolismo del Hospital de Clínicas, sobre esta enfermedad silenciosa.

¿Cómo se define la osteoporosis y cuál es su incidencia en la población?

Es la afección en la que la densidad mineral del hueso está disminuida, y por lo tanto ante un golpe la persona se fractura. Una de cada tres mujeres después de los 50 años tiene riesgo de sufrir fracturas. En varones la incidencia es de uno de cada cinco. En las mujeres es más frecuente por la caída de los estrógenos en la posmenopausia, que disminuye la protección de la masa ósea.

¿Es por eso que la endocrinología es una de las especialidades que tratan la enfermedad?

Mucha gente no sabe que los endocrinólogos tratamos la osteoporosis; en realidad nuestra especialidad es endocrinología y metabolismo. El metabolismo del hueso tiene alteraciones que podemos evaluar y tratar, sobre todo porque podemos hacer sustitución de terapia hormonal en la posmenopausia. El endocrinólogo no es el único especialista que puede tratar la osteoporosis, también están capacitados los reumatólogos, los ginecólogos y los médicos generales capacitados en este tipo de tratamientos.

¿Se hace un tratamiento en conjunto?

Cualquiera de los especialistas lo puede hacer, solo o en conjunto. Si se está estudiando a un paciente con osteoporosis y se le encuentra una alteración en el calcio, por ejemplo, que esté más alto, puede ser que sea por una patología endócrina.

¿Cómo se previene la enfermedad?

La prevención empieza en la infancia, porque nacemos con una densidad mineral en el hueso que se va formando en el crecimiento, y en la pubertad alcanza el pico de masa ósea. Si un adolescente consume cantidades adecuadas de lácteos, se expone al sol y hace ejercicio, preserva la masa ósea. Si los adolescentes, como pasa hoy, sustituyen los lácteos por otras bebidas, el ingreso de calcio va a ser menor, y si no hacen ejercicio tampoco se va a generar ese pico. Por ejemplo, cuando esa adolescente mujer alcance la menopausia va a llegar con un capital de hueso menor.

¿Hay cifras de cuántas personas con osteoporosis hay en Uruguay?

No, no hay datos. Eso muchas veces se mide por la prevalencia de fracturas de cadera; somos de los pocos países de Latinoamérica que no tienen cifras de fracturas de cadera. Muchas veces las fracturas de vértebras no se diagnostican, pero las de cadera sí. Una tendencia mundial es el subdiagnóstico. Por ejemplo, una mujer puede ir caminando por la calle, se tropieza y se fractura el puño; va al médico, le hacen una placa, le colocan el yeso, le hacen un procedimiento quirúrgico, de ser necesario, y se va para su casa, pero no sabe que tiene osteoporosis. El problema es que ni siquiera cuando existe el diagnóstico de fractura se toman las medidas, esto no es sólo en Uruguay.

¿Cómo se identifican las fracturas que tienen que ver con la osteoporosis?

Con el aumento de la edad las personas cuando se caen no tienen el equilibrio para poner las manos, entonces se caen para atrás y se impacta en la cadera. Está determinado científicamente que en el año de la primera fractura aumenta la posibilidad de una segunda. La fractura es el punto final de la osteoporosis; lo que deberíamos tomar son medidas preventivas, y una de ellas es consumir lácteos, que siempre se prefiere que sea a través de la alimentación. Las nutricionistas son las encargadas de indicar los nutrientes adecuados para cada persona, porque tenemos pacientes que son intolerantes a la lactosa; si no existe la posibilidad de tomar las cantidades adecuadas, están los medicamentos. Lo mismo pasa con la vitamina D. También es importante el ejercicio físico, las caminatas que ejerzan fuerza de gravedad al organismo, porque hay unas células que se llaman osteocitos que hacen que se produzca hueso. También hay que tener cuidado con las articulaciones, por eso no se recomienda saltar. Después hay que conocer cuáles son los medicamentos y las enfermedades que pueden hacer que haya disminución del hueso; la prednisona es un medicamento muy usado que produce deterioro de la masa ósea, y otros factores de riesgo son el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.

¿Qué pasa con las personas veganas?

Es un problema.

Además de los lácteos, ¿de dónde se puede obtener calcio?

Del brócoli y las almendras, lo que pasa es que hay que consumir grandes cantidades. Si yo quiero saber la cantidad de calcio que una persona ingiere cuento que dos tazas de leche tienen 400 miligramos, y un yogur 250 miligramos; a eso le tengo que sumar 250 miligramos más, que se supone que vienen de lo demás.

¿Cuáles son los factores de riesgo de la osteoporosis?

Los hábitos de vida y el factor genético. Si en la familia hay alguien con fractura de cadera, es más susceptible a tener osteoporosis. También hay factores ambientales. En el caso de las mujeres, cuando llegan a la menopausia caen los estrógenos que protegen al hueso, y el balance es a favor de la destrucción del hueso y no de la formación; la aparición de la osteoporosis se retrasa en las mujeres a las que se les indica terapia de sustitución hormonal.

¿La fragilidad se da en todos los huesos del cuerpo, o hay zonas más afectadas?

Puede haber más fragilidad en una zona que en otra; puede haber pérdida de masa ósea en la columna y no en la cadera, o al revés. El estudio que se hace para el diagnóstico es la densitometría ósea, y puede ser cuando ocurrió la fractura por fragilidad, que es cuando se hace un mínimo esfuerzo y la fractura sucede. En el estudio la persona se recuesta en una camilla y el aparato pasa por encima y mide la cantidad de hueso que hay en el esqueleto, no es un método invasivo. La densidad se expresa en gramos por centímetros cuadrados. Es posible seguir monitoreando a las personas que tienen osteoporosis con otros estudios; hay que descartar las causas secundarias, porque también hay algunas causas que provocan el aumento del calcio en sangre o la pérdida de calcio por la orina.

¿Quiénes tienen que consultar?

Las personas que tienen madre o padre con la enfermedad, o con fractura de cadera, y todas las personas que tengan enfermedades que tiendan a disminuir la masa ósea, como las enfermedades autoinmunes. Además, la posmenopausia es un momento en el que se evalúa el metabolismo del hueso. Las personas que tienen algunos tipos de cáncer tienen que consultar, porque toman medicación que les puede disminuir la masa ósea. También tienen que consultar las personas que no se puedan exponer al sol por indicación médica.

¿Qué hace el tratamiento?

Prevenir la siguiente fractura. El tratamiento disminuye entre 70% y 80% el riesgo de fractura, según el fármaco que se indique; no llega al 100%, pero el porcentaje es alto. Una cosa importante es que se considera que cuando alguien envejece se va achicando y encorvando; esa no es una condición de la vejez, lo que pasa es que tienen fracturas de vértebras sin diagnosticar. Otro factor de riesgo es la disminución de la altura. Una persona que está tomando medicación puede mejorar la masa ósea, pero lo que nos importa es que no se fracture.

¿Por qué es buena la exposición al sol?

Por la vitamina D. Hay que exponerse al sol en las horas adecuadas, pero no debemos olvidarnos de que nuestro país tiene una elevada incidencia de cáncer de piel. La vitamina D se transforma en la piel; una cosa es tener 30 años y exponerse al sol y otra es ser un adulto mayor de 65 años, en los que los precursores de vitamina D disminuyen, y en muchas personas empieza a aparecer la deficiencia. En la edad de riesgo, por encima de los 50 años, las personas, si es necesario, se deberían medir la vitamina D. En varios trabajos hemos visto que mujeres que se exponen al sol igual tienen deficiencia de esa vitamina; creemos que es una condición de la posmenopausia, y es importante compensar esto con fármacos. Otro problema que tenemos es que no hay alimentos que tengan mucha vitamina D. Hace un tiempo hicimos un trabajo sobre la cantidad que ingería la gente y llegamos a que el promedio era de 100 a 120 unidades por día, y eso es lo que reportan los trabajos internacionales; es muy poco. Lo que necesita una mujer en la posmenopausia es entre 1.000 y 2.000 unidades, pero eso tampoco es una cosa fija, depende de cada organismo

¿Cuándo hay indicación para hacer medición de vitamina D?

En Uruguay hay un aumento de la medición desmedida, que pasa en todas partes del mundo. Se vio que la vitamina D tiene muchos efectos beneficiosos, pero no en todos los casos está comprobado científicamente. ¿Para qué le van a medir la vitamina D a una persona joven sin enfermedades si no se ha demostrado que tenga efectos? No va a tomar la vitamina hasta los 40 o 50 años. La medida de vitamina D no se hace a nivel poblacional, se hace en la población de riesgo. Se le tiene que medir a personas que toman medicación que perjudique al hueso, a las que tuvieron una fractura, o a quien no absorba bien el calcio. Hicimos un trabajo en el Fondo Nacional de Recursos y evaluamos a todos los pacientes con fractura de cadera que tuvieran una prótesis, y descubrimos que no tomaban vitamina D y tampoco se la habían medido; al mismo tiempo, hay una población de gente joven y saludable a la que sí se la miden. Eso es una falencia del sistema. En esto yo establecería pautas para pedir vitamina D, porque no es un examen de valoración general.

¿Por qué le parece que es un estudio tan pedido por los médicos?

Porque está de moda.

No es un estudio barato.

No, en algunos lugares el usuario tiene que pagar un extra, porque no está en el Plan Integral de Atención en Salud.

¿Cómo se recomienda tomar sol para tener buenos índices de vitamina D?

En los brazos y en las piernas, entre 30 y 40 minutos por día, en las horas permitidas y sin protector.