“La Universidad valora altamente el aporte que los médicos cubanos han realizado al Uruguay a lo largo de estos años en el Hospital de Ojos. No sólo permitieron el acceso gratuito a intervenciones para más de 90.000 personas, sino que nos enseñaron una forma de ejercer la medicina que, combinando idoneidad técnica y eficiencia, articula equipos de salud interdisciplinarios con centro en el paciente”, expresa la resolución que aprobó el martes, por unanimidad, el Consejo Directivo Central de la Universidad de la República (CDC-Udelar).

El tema del reconocimiento de los títulos de Oftalmología de extranjeros, y en especial de los cubanos que trabajan en el Hospital de Ojos, fue incluido tras la polémica que generó una nota de El País publicada el 8 de diciembre, en la que se afirmaba que nueve oftalmólogos cubanos habían solicitado la reválida del título para ejercer fuera del Hospital de Ojos y que seis de ellos “dieron esta prueba” y “la perdieron”, y que todavía no había habido una definición de la Cátedra de Oftalmología sobre la solicitud de los otros tres profesionales. En cambio, decía que sí la habían aprobado otros cuatro oftalmólogos extranjeros. Ambas informaciones son erróneas, afirmaron en el CDC el decano de la Facultad de Medicina, Miguel Martínez, el director de la Escuela de Graduados de la facultad, Francisco González, y Martín Sánchez, oftalmólogo e integrante del Consejo de la Facultad de Medicina en representación del orden de egresados.

Al comenzar a hablar del tema, el decano leyó la resolución del Consejo de Medicina del miércoles 11 de diciembre en la que reconoció el rol del Hospital de Ojos dentro del Sistema Nacional Integrado de Salud y el vínculo con la facultad, porque allí concurren estudiantes del posgrado en Oftalmología y de carreras técnicas de Medicina. Luego, detalló la forma en que se revalidan los títulos de especialistas: la “razonable equivalencia” entre los programas de formación. Dermatólogo de profesión, Martínez puso un caso de su conocimiento: “Si viniera el profesor más reputado de Argentina a validar su título de dermatólogo en Uruguay, no podría obtenerlo, porque en Uruguay la dermatología es [una especialidad] médico-quirúrgica, es decir, tiene todo un componente quirúrgico que en el otro país no tiene”, y que por eso es que se acuerda “un plazo de formación al cabo del cual se evalúa si esa persona tiene un nivel equivalente al nivel que se da en Uruguay”.

Sobre los cubanos, explicó: “De seis personas que en su momento manifestaron [el interés de revalidar sus títulos] solamente dos han comenzado a rendir pruebas, y de las pruebas que tenían para rendir salvaron dos [de ellas]; no salvaron otras que las van a dar el mes que viene”. Aclaró que las pruebas “versaron sobre aspectos de la oftalmología que se entendió que no están profundizados suficientemente en el programa que se establece en Cuba”. Agregó que eso “no habla de la formación ni de que sean mejores o peores: hay niveles distintos de formación que hace a las necesidades de salud de una población que no necesariamente son las mismas que tiene otra”.

El director de la Escuela de Graduados explicó que a raíz de la inequivalencia del programa uruguayo con el cubano, se ha recomendado hacer un curso de nivelación de seis meses (la formación de la especialidad es de tres años) y una prueba final. González informó que desde 2011 a la fecha, la Escuela de Graduados recibió 16 demandas de reválida en oftalmología: diez cubanos, cuatro venezolanos, una colombiana y un argentino, y ninguna se otorgó aún: seis están en trámite, cinco están en proceso (los dos cubanos que dieron la prueba y otros tres cubanos que la darán en enero), tres retiraron la documentación y se les rechazó la habilitación al argentino y la colombiana.

En síntesis: en los últimos diez años no hubo ninguna reválida de títulos de oftalmología de extranjeros. Las cuatro reválidas que la nota de El País mencionaba que habían sido aprobadas eran de estudiantes uruguayos, no extranjeros.

Sánchez expresó que el artículo incluyó “muchas barbaridades, mentiras”, y que el Hospital de Ojos “vino a resolver problemas sanitarios en este país; hasta ese momento el Estado estaba en deuda con la salud ocular de los uruguayos”. Dijo que “los resultados están a la vista, con más de 90.000 cirugías”, y que además del rol social, el hospital tiene un papel formativo y académico.

Por su parte, Yamandú Bermúdez, también oftalmólogo, representante de egresados en el Consejo de Medicina y ex director del hospital (2007-2010), detalló el cambio que trajeron los cubanos, que permitió llegar a un promedio de 35 cirugías diarias: “Era un fenómeno muy extraño para nosotros. Debo confesar que en las primeras discusiones eran dos modelos de formas de trabajo totalmente diferentes: el uruguayo y el cubano se tenían que adecuar uno a otro, generaban enfrentamientos, hasta que en un momento se entendió la forma de trabajo”, que dio “muy buenos resultados” y se sigue aplicando.

Contra el corporativismo

El rector de la Udelar, Rodrigo Arim, expresó que se intentó “desacreditar la calidad técnica y profesional de una prestación que están dando no los médicos cubanos, sino el Estado uruguayo”, y reprobó que se utilizó “el proceso de reválida de dos migrantes cubanos como una excusa para invalidar la calidad técnica de una prestación de las características que hemos mencionado”. Además, subrayó que “se señala a la Udelar como el origen de este mecanismo de desacreditación”. En ese sentido, dijo que “surgieron voces preocupadas porque sintieron que efectivamente la Facultad de Medicina estaba desacreditando esta operación en particular”, y que “la no aprobación de estas dos pruebas por dos migrantes cubanos presuponía la apropiación de estos mecanismos por parte de una corporación, en particular –hay que decirlo con claridad– de profesionales de la salud vinculados a oftalmología que estaban estableciendo mecanismos de bloqueo”. “La Udelar tiene que ser muy clara en establecer que no acepta ni la captura por parte de corporaciones profesionales de los mecanismos de evaluación, como puede ser la reválida, ni que sus mecanismos para revalidar los títulos terminen fungiendo como un canal para invalidar una política pública de la característica que tiene el Hospital de Ojos en su diseño actual”, expresó el rector.

En esa misma línea, la resolución del CDC dice que la Udelar “no acepta que las reválidas y reconocimientos se encuentren sujetos a presiones o lineamientos emergentes de corporaciones interesadas en limitar el ejercicio profesional de residentes titulados en el extranjero”, y añadió que la institución “se encuentra comprometida en facilitar y agilitar los procesos de reconocimiento y revalidación de títulos de grado y posgrado”.