Ante la presencia extraordinaria de cianobacterias en las playas del Río de la Plata, de Canelones, y hasta en Maldonado y Rocha, a lo que se sumó esta semana la mortandad de peces en el Cerro de Montevideo –a causa de un cambio de salinidad–, se extendió la duda de qué pasa si se consumen pescados o frutos del mar que puedan haber ingerido cianobacterias. La incertidumbre creció cuando Daniel Sierra, del área de monitoreo de playas de la Intendencia de Montevideo, declaró a Canal 4 que no era recomendable consumir pescados enteros, como majugas, ni mejillones. El diario El País publicó ayer que, según Gustavo Ferreira, representante de la Asociación de Feriantes del Uruguay, la venta de pescados cayó 50%.

En diálogo con la diaria Andrés Domingo, responsable de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (Dinara), afirmó que no hay motivo para alertar a la población: “No tenemos ninguna constatación, porque no la existe a nivel global, de que esto [las cianobacterias] vaya a afectar a los organismos acuáticos, y menos aun a la salud humana, como sí lo tenemos con la marea roja, sobre la que mantenemos un monitoreo semanal desde hace más de 35 años, y cuando tenemos eventos que pueden tener alguna repercusión en la salud humana, hacemos las alertas y determinamos la prohibición de la comercialización”.

Los monitoreos por marea roja no buscan la microcistina, sustancia tóxica que contienen las cianobacterias del complejo Microcystis aeruginosa, que es la que predomina en las floraciones rioplatenses. Hace unos diez días se tomaron muestras de peces y moluscos, que están siendo analizadas por laboratorios de la Facultad de Química de la Universidad de la República para determinar si tienen microcistina, informó Domingo. Detalló que se analizaron dos especies costeras, corvina y lisa –que “en principio podrían llegar a ser representativas”– y que también se está evaluando a los moluscos bivalvos (como los mejillones). Las muestras fueron tomadas del Río de la Plata y áreas oceánicas de Rocha, y de algunas lagunas costeras de ese departamento.

Hasta ahora, la Dinara nunca había buscado microcistinas en peces y frutos del mar. Domingo dijo que hay estudios de otras partes del mundo que han encontrado toxicidad en músculo de peces por cianobacterias, pero aclaró que son pocos estudios y que “están circunscriptos a zonas donde estas concentraciones [de cianobacterias] han sido muy grandes, zonas represadas, cursos de agua dulce muy lentos”, y agregó que esos estudios no han determinado que las concentraciones pudieran “llegar a ser perjudiciales para la salud humana”. Agregó que la distribución de cianobacterias en un área tan amplia como el Río de la Plata no afecta de igual manera a los peces que en un embalse, porque en el río los peces evitan las floraciones, por ser “zonas menos oxigenadas, con menos alimentación”. “Las concentraciones que puedan absorber por filtración de agua no son tantas ni tan permanentes en el tiempo como para generar un efecto en los peces y, por tanto, menos aun en la salud humana”, afirmó, al tiempo que reprobó las declaraciones del funcionario de la IM.