Errar es humano, pero hay algunas áreas en las que equivocarse puede costar una vida, como en la salud. Mejorar la seguridad del paciente es uno de los objetivos que se propuso el Ministerio de Salud Pública (MSP) para este período, y en esa línea se realizó una jornada informativa sobre el tema, ayer, en la sede ministerial. Además de contar con expositores nacionales e internacionales, se presentó el libro Seguridad del paciente en áreas críticas, que reúne investigaciones y avances por parte de especialistas uruguayos en distintas especialidades como la anestesiología, la cirugía y la medicina intensiva.

El ministro de Salud, Jorge Basso, destacó que “los errores en Uruguay son similares a los que pasan en todo el mundo. Se establece que 10% de las personas que en algún momento pasan por un servicio de salud tienen la posibilidad de tener alguna dificultad” debido a equivocaciones.

Marcelo Barbato, coordinador de la Comisión de Seguridad del Paciente del MSP y uno de los autores del libro, comentó que los errores que producen daños durante la asistencia sanitaria dentro de los hospitales se relacionan con el mal uso de medicamentos, con procedimientos invasivos como las cirugías y con desaciertos en el diagnóstico.

Hay algunos errores relacionados con accidentes que son difíciles de evitar, pero muchas de las equivocaciones son prevenibles. De hecho, la Organización Mundial de la Salud promueve retos globales con medidas sencillas, como el lavado de manos para evitar infecciones, o listas de verificación quirúrgica para garantizar un procedimiento seguro. Sin embargo, según detalló Barbato, el lavado de manos “se sigue aplicando en 40% de las oportunidades que se debe hacer; no es que la gente lo ignore, sino que no hemos superado las barreras culturales”.

Solucionar este tipo de errores, sobre todo los que se cometen en el primer nivel de atención, requiere medidas sencillas, que en la mayoría de los casos refieren a la educación del personal de salud. Para Barbato, algunas soluciones no implican grandes inversiones y ahorrarían mucho dinero, porque “estos errores son sumamente costosos; se estima que cerca de 3% del Producto Interno Bruto de un país se puede ir en esos errores en el primer nivel de atención”.

En Uruguay funcionan comisiones de seguridad del paciente en “unos 30 de los 43 prestadores de salud del país”, señaló el coordinador, y agregó que trabajan “con diferente grado de profundidad”, ya que algunas “aplican la mayoría de las recomendaciones, y hay unas cuantas que tienen un funcionamiento bastante menor: se reúnen, hacen algunas actividades, difunden”, pero no trabajan tanto “en las prácticas seguras recomendadas, como la prevención de úlcera por presión o de infección vinculada a catéteres, que son aquellas en que se ha hecho hincapié y que se han medido”.

Para Basso “la condición humana impide” asegurar que no haya equivocaciones, “pero la forma de minimizarlas es capacitando a todo el equipo de salud, logrando que las instituciones formen a sus técnicos y promoviendo el reporte de los errores, porque la única forma de asegurar que no se repitan es identificándolos y trabajando para ver cómo se puede mejorar a futuro”.

Parte de los cursos de capacitación del MSP que llegan a los 70.000 trabajadores de la salud ha introducido este tipo de temas. En línea con Basso, Barbato apuntó: “La difusión y capacitación es importante, que esté en la currícula de todos los que trabajamos en la salud es fundamental; hay recomendaciones en guías para las escuelas médicas y de enfermería que deberíamos ya estar introduciendo en nuestro país”.

Uso de medicamentos

Muchos errores frecuentes se relacionan con la mala administración de medicamentos. Barbato aseguró que se está trabajando para evitar estas equivocaciones, y destacó entre las acciones de prevención que en mayo el MSP comenzará a fiscalizar en los blocks quirúrgicos la correcta rotulación de los fármacos, para evitar confusiones entre aquellos que tienen aspecto o nombre parecidos. Según Barbato, la colaboración de la industria es fundamental, porque hay que cambiar las cajas y también es importante que las instituciones se tomen el trabajo de sobremarcar con colores específicos aquellos medicamentos que pueden generar duda.

Basso recordó que se emitió recientemente una ordenanza que obligó a los laboratorios a etiquetar de forma notoriamente diferente las ampollas que usan los anestesistas en el block quirúrgico. “En algún momento de estrés, con más de 20 o 30 ampollas se podían confundir, porque eran muy similares. Trabajamos en los laboratorios para que se sobreetiqueten, y así diferenciar y evitar el error en la medicación”, explicó el ministro.

Además, el jerarca comentó que “atrás de un error en medicina puede haber un juicio, lo que provoca que muchas veces haya una tendencia a no reportar los errores; eso es un elemento en el que estamos trabajando”. Agregó que en algunos países como Australia, Estados Unidos, Dinamarca, Italia o Nueva Zelanda “se está judicializando el error en medicina para promover la búsqueda de estos aspectos que se pueden evitar”.

Factores que favorecen los errores en urgencias

En el libro Seguridad del paciente en áreas críticas, de Barbato, Raúl Blanco, Mario Godino, Eduardo Olivera y Ana Rodríguez, se señalan algunos factores que llevan al error. En los médicos, destacan la formación heterogénea y la falta de seguimiento del paciente; en enfermería, el alto recambio y problemas motivacionales como el burn out. Hay errores en el diálogo entre profesionales, y en el de estos con los pacientes. También advierten sobre la mala letra en las recetas, las órdenes sólo verbales y los sistemas de contralor insuficientes. Acerca de las condiciones de trabajo, indican entre otros factores la información escasa sobre los pacientes, la presión asistencial y la falta de trabajo en equipo.