El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) extendió, el 9 de abril, el uso de receta profesional obligatoria para la comercialización de cuatro plaguicidas: clotiadinina, imidacloprid y tiametoxan, que son neonicotinoides –familia de insecticidas que afecta el sistema nervioso central y son letales para las abejas– y el clorpirifos, insecticida peligroso para humanos.

Una nota publicada el miércoles por el MGAP consigna que los neonicotinoides han sido catalogados por las agencias de seguridad ambiental de Estados Unidos y de la Unión Europea como “potencialmente riesgosos para la producción apícola”, pero valora “su alta efectividad en el control de plagas”. Federico Montes, director de Servicios Agrícolas, expresó que se busca “el uso correcto, seguro y criterioso” de insecticidas, y que la decisión es fruto del trabajo conjunto con la Comisión de Desarrollo Apícola.

Del clorpirifos, se consideró que el Centro de Información y Asesoramiento Toxicológico había informado su incidencia en intoxicaciones involuntarias e intentos de autoeliminación.