“Reducir a la mitad el número de muertes y lesiones causadas por accidentes de tráfico en el mundo” para 2020, esa es la meta 3.6 de los objetivos de desarrollo sostenible que se propusieron los estados del mundo en 2015. El informe que publicó ayer la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sobre el Estado de Seguridad Vial en la Región de las Américas dejó en claro que no se logrará esa meta. Los últimos datos analizados son de 2016, año en el que murieron en la región 154.997 personas en siniestros de tránsito, lo que significa un leve aumento desde el último informe, de 2013. En los datos presentados por la OPS la tasa de mortalidad por accidentes de tráfico es de 15,6 por 100.000 habitantes, y Uruguay se situaba por debajo, con una tasa de 13,4; según los datos nacionales de 2018 ese valor subió hasta 15,1 muertes por 100.000 habitantes.

Estas muertes están fuertemente asociadas con el nivel de ingresos: las muertes en el tránsito son mayores en los países de ingresos medios que en los países de ingresos altos. Los países con mayor tasa de mortalidad en siniestros de tránsito son Santa Lucía (Caribe), con 35,4, y República Dominicana, con 34,6, mientras que los que tienen una tasa menor son Barbados, con 5,6, y Canadá, con 5,8. A nivel general los datos de OPS muestran que los motociclistas y peatones representan 23% y 22% de las muertes por accidentes de tráfico, respectivamente, mientras que los ciclistas son 3%; la región tuvo un aumento de tres puntos porcentuales en muertes de motociclistas. El informe resalta que los accidentes de tránsito son la segunda causa de muerte entre los jóvenes de entre 15 y 29 años, por lo que enfatizan “la necesidad de priorizar la seguridad vial, especialmente en la agenda de salud de los adolescentes”.

El informe destaca que “la promulgación, implementación y ejecución de legislación sobre los factores de riesgo clave (límites de velocidad, uso de casco de motocicleta, y no usar cinturón de seguridad y sistemas de retención infantil) han demostrado ser eficaces en la reducción de accidentes de tráfico y muertes”. De los 30 países que participaron en el estudio, 21 tienen alguna legislación sobre estos factores claves; sobre esto la OPS subraya: “El número de países que cumplen con las mejores normas de práctica para la legislación de seguridad vial y su aplicación sigue siendo inaceptablemente bajo. Especialmente preocupante es que sólo cinco países cumplan con las mejores prácticas en materia de velocidad y sólo ocho países cumplan aquellas relacionadas a conducir con alcohol en sangre”. Entre estos últimos está Uruguay, donde desde 2016 el valor de la espirometría de los conductores no puede ser superior a 0,0 gramos de alcohol en sangre.