“Hay nuevas formas de prevención que es necesario incorporar y sumar a la estrategia del condón”, explicó el lunes Susana Cabrera, responsable del área de Infecciones de Transmisión Sexual y VIH del Ministerio de Salud Pública (MSP), en el acto por el Día Nacional del VIH-sida. Cabrera, que es infectóloga, resaltó que se recomienda usar preservativo, que protege de cualquier infección, pero acotó que “está estudiado que hay un límite en el uso del condón”.
Los tratamientos antirretrovirales han logrado reducir la carga viral a valores indetectables, y con eso el VIH se transformó en una enfermedad crónica. En personas con VIH que cumplen con un tratamiento correcto y con los controles adecuados que chequeen el nivel de la carga viral, la posibilidad de transmisión sexual del virus se reduce a 4%, detalló Cabrera. Esa es una forma de protección, pero hay otras: la profilaxis posexposición y preexposición (Prep).
Cabrera informó que la profilaxis posexposición sexual está cubierta por el Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) y recordó que no sólo está indicada para situaciones de abuso, sino también en relaciones sexuales consentidas. La medicación (antirretroviarles) debe empezar a tomarse hasta 72 horas después de haber estado expuesto a la situación de riesgo. Cabrera aclaró que este recurso es “para situaciones excepcionales” porque le medicación, que debe tomarse durante 28 días, suele ser mal tolerada. Esto está detallado en la guía Recomendaciones de diagnóstico, tratamiento, prevención y vigilancia de las infecciones de transmisión sexual que publicó en 2018 el MSP.
La Prep “es el uso de antirretrovirales en personas VIH negativas para prevenir la adquisición de VIH”, resume la guía, que aclara que “la Organización Mundial de la Salud [OMS] recomienda el uso del Prep en personas en ‘sustancial riesgo’ de adquirir la infección”. En diálogo con la diaria, Cabrera explicó que Inglaterra, Australia y Holanda han implementado este tratamiento como política de salud; en Uruguay, hasta ahora la Prep no está cubierta por el SNIS, pero se está pensando en la planificación de una estrategia al respecto. La idea es crear “un proyecto piloto para generar evidencia y ver cómo luego se puede trasladar como una política nacional”, en acuerdo con la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE).
En 2018 el Servicio de VIH del Centro Hospitalario Pereira Rossell comenzó a atender a mujeres que tienen pareja serodiscordante, es decir, su pareja es positiva y ella negativa. Cabrera informó que con ellas se empezó a hacer Prep durante el embarazo y la lactancia, “porque si la mujer llega a adquirir el VIH en ese período, el riesgo de transmisión al niño es muy alto”. Eso ocurre en los casos en que el hombre no tiene la carga viral indetectable. La medicación (una asociación de los antirretrovirales tenofovir y emtricitabina) puede consumirse durante la lactancia. Las otras formas de acceder a la Prep en Uruguay es en consultas en clínicas privadas, y agregó que alguna otra institución de salud, “por indicación del infectólogo de su institución, ha comenzado a dar el Prep en situaciones que se consideró que lo merecían”.
El proyecto piloto que busca crear el MSP está en el marco de la prevención combinada, dijo Cabrera, que aclaró lo que implica: hacer testeos (VIH, sífilis, gonococo), entregar condones, evaluar si la persona requiere alguna de las vacunas contra infecciones. “Si es una persona que está en una situación de mayor riesgo, de acuerdo a criterios establecidos por la OMS, poder darle el Prep, con un seguimiento, porque la persona tiene que ir cada tres meses a hacerse los exámenes. Dijo que si se toman todas las dosis, la eficacia es mayor a 90%, y que “hay estudios de costo-eficacia que han demostrado que sirve hacerlo”. Acotó que esto “no es para toda la vida, es para un período en que esa persona está viviendo una situación de riesgo”. Son candidatos a evaluación y eventual Prep los varones que tienen sexo con otros varones, las mujeres trans con múltiples parejas sexuales, las personas con parejas serodiscordantes y las personas que requieren reiteradamente profilaxis posexposición. Entre ellos, mencionó, a los adolescentes y jóvenes del estudio de la Facultad de Ciencias Sociales “que viven y ven y sienten la sexualidad de otra manera, que ni siquiera se clasifican como gays, pero sabemos que están más expuestos; es más efectivo y es mucho más barato que tratar una enfermedad”, recalcó.