430.000 niños que concurren a escuelas públicas y privadas de todo el país recibirán un recetario de meriendas saludables y un imán, que tendrá el octógono negro con la leyenda “exceso de” azúcar, grasa, grasas saturadas o sodio. Con esto último, se busca que se familiaricen con la imagen que comenzará a estar en muchos alimentos y bebidas preferidas por chicos y grandes, que pueden resultar ricos al paladar, pero que conviene dosificar más de lo que hoy se hace. A partir de marzo de 2020 los envases de los productos con exceso de esos nutrientes deberán lucir el octógono negro, que no busca prohibir, sino limitar el consumo, explicó ayer el titular del Ministerio de Salud Pública (MSP), Jorge Basso, en el lanzamiento de la segunda etapa de la Campaña de Alimentación Saludable, que se hace junto con el Consejo de Educación Inicial y Primaria de la Administración Nacional de Educación Pública, la Organización Panamericana de la Salud y UNICEF.
En diálogo con la prensa, Basso explicó la dimensión del problema: uno de cada tres niños menores de cuatro años tiene sobrepeso y obesidad, un mal que padece “prácticamente 43% de los niños en edad escolar”. “Estamos muy preocupados por la calidad de la alimentación, hay una abundancia de consumo de golosinas, de bebidas azucaradas, 70% de los adolescentes dos veces por día consumen bebidas azucaradas en lugar de agua”, agregó. La merienda “perfectamente puede ser una fruta y no necesariamente una golosina”, expresó Basso, y señaló el contraste que significa que en un país productor de alimentos, 90% de la población no consuma las cinco porciones diarias de frutas y verduras que recomienda la Organización Mundial de la Salud.
La primera etapa de esta campaña incluyó un kit para que los maestros trabajaran el tema de alimentación saludable. Con estas acciones, el MSP apuesta a educar desde la niñez y llegar con el mensaje a los adultos. La propuesta es parte de la aplicación de la Ley 19.140 de Alimentación saludable en los centros de enseñanza, que busca incorporar hábitos alimenticios saludables; esa norma, aprobada en 2013, propone que la oferta de alimentos y bebidas en las cantinas escolares se adecuen a lo sugerido por el MSP, pero no establece sanciones en caso de incumplimiento. Consultado al respecto, Basso respondió que “uno no puede pensar en un ejército de gente controlando” y que “la clave del cumplimiento está en el compromiso de toda la población”.