“Que no panda el cúnico” es una frase que circula por lo bajo cuando se habla de coronavirus, este brote que surgió en diciembre en la ciudad china de Wuhan y por el que se han infectado cerca de 10.000 personas, 99% en China y el resto en otros 18 países. La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el jueves que este virus constituye una emergencia de salud pública internacional y pidió que los países den una respuesta internacional coordinada para prevenir que se propague.

Respuesta local y coordinada

En conferencia de prensa, el ministro interino de Salud Pública, Jorge Quian, y la directora de Epidemiología, Lucía Alonso, informaron este viernes que las instituciones de salud y la cámara de emergencias móviles están aplicando el protocolo de atención que dispone cómo manejar a una persona que acude con los síntomas del coronavirus –fiebre, tos, dificultad para respirar–, cómo trasladarla y asistirla “durante todo el proceso, desde que se sospecha hasta que se cura”.

Como los síntomas del coronavirus son iguales a los de cualquier gripe, “el nexo epidemiológico es determinante”, dijo Quian. Alonso detalló que si una persona consulta por este cuadro, se evalúa si en los 14 días previos al inicio de síntomas estuvo en una zona afectada o en contacto con un caso de coronavirus. “Va a haber consultas múltiples de personas que fueron a China y a países cercanos a China o estuvieron en contacto con gente enferma y van a temer la posibilidad de esta enfermedad y nosotros evaluaremos caso a caso si corresponde o no que sea estudiada en laboratorio”, afirmó Alonso. Por su parte, Quian agregó: “Hay gente con cuadros respiratorios que piden que se investigue el coronavirus, si no hay nexo epidemiológico no es necesario hacer ese estudio, en Uruguay estamos vírgenes de este coronavirus”.

También puede ocurrir que lleguen de China con un cuadro respiratorio que no sea coronavirus: “en el hemisferio donde está ocurriendo circula influenza en el mismo momento, quiere decir que no es raro que veamos personas que viniendo de Asia tengan un cuadro respiratorio, es más probable que sea influenza u otro virus respiratorio que este virus que aún está circunscripto a un área geográfica determinada, que además está cerrada”, añadió Alonso.

Para mejorar la capacidad de diagnosticar, la próxima semana un integrante del laboratorio del Ministerio de Salud Pública irá a Río de Janeiro para hacer un curso de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sobre este virus. En diálogo con la diaria, Giovanni Escalante, representante de la OPS en Uruguay, dijo que se están fortaleciendo las capacidades inherentes de cada país: “Estamos mirando la cadena de suministros, las capacitaciones que tiene que haber, la actualización de los criterios en laboratorios para la genotipificación de este virus y la actualización de las guías en función de la evidencia”.

Ni tan letal ni inocuo

Alonso sostuvo que hasta ahora la letalidad del coronavirus es de 2%. Las mayores complicaciones se dan en aquellas personas a las que les produce neumonía, que es la inflamación e infección del tejido de los pulmones, aclaró. Dijo que los casos más complejos se dan en quienes tienen enfermedades de base –cardiovasculares o respiratorias–, en personas con edad avanzada y niños pequeños. Este nuevo coronavirus tiene una letalidad menor que el síndrome respiratorio agudo severo que se dio en 2002 y el coronavirus que afectó en Medio Oriente en 2012, y es mucho menos contagioso que el sarampión. Para contextualizar, Alonso señaló que cada año fallecen en nuestro país entre 1.000 y 1.500 personas por neumonía.

La médica explicó que la declaración de emergencia “no es por la gravedad del evento en sí mismo ni porque va a morir más gente, sino por la necesidad de un esfuerzo concertado desde los países para dar respuesta al evento porque de no lograrse esa coordinación, va a continuar su dispersión internacional”, y afirmó que no existe restricción a los viajes ni al comercio internacional con China.

Precauciones

Los dos uruguayos que estaban en Wuhan están ahora en París. Quian afirmó que están sanos y que volverán a Uruguay la semana que viene. Cuando lleguen, estarán en observación, pero no en cuarentena, como puso España a los viajeros que llegan, aunque estén sanos, “a nosotros nos parece que esa no es una conducta adecuada”, deslizó.

Para evitar la propagación, es fundamental cubrirse la boca con un pañuelo o el codo al estornudar o toser, para evitar que las gotas de saliva queden en el aire o en las manos y transmitan el virus de manera directa o indirecta (por eso hay que evitar tocarse la nariz, la boca o los ojos con las manos sucias y lavárselas con frecuencia). El personal de salud debe usar barbijo.

Por ahora no hay medicación para el tratamiento, y el desarrollo de una vacuna requerirá tiempo, dijo Quian.

En cuanto al origen del virus, Alonso dijo a la diaria que hay varias líneas de trabajo en curso, pero que una de las más fuertes dice que en el mercado de frutos del mar –ubicado en Wuhan–, donde se dio el brote, también vendían carne de forma ilegal. “Probablemente el reservorio inicial sea un murciélago”, que fue la forma en que surgieron los otros coronavirus, y que tuvo la capacidad de “saltar la barrera de la especie” y luego “de transmitirse entre personas”, algo que no siempre sucede eso.