Túnicas, gorros, zapatones y casacas: 140 de cada una, dobladas y embolsadas, le entregaron el miércoles autoridades del Sodre al Hospital Maciel. Estas prendas fueron elaboradas por el taller de vestuario y caracterización del Auditorio Nacional del Sodre. “Es el mejor vestuario que hemos hecho”, dijeron los técnicos, según contó Gonzalo Halty, director nacional del auditorio, al entregar los materiales. José Minarrieta, director del hospital, agradeció la solidaridad y dijo que significa “un alivio enorme” porque los equipos de protección personal son claves para evitar contagios de covid-19 en el personal de salud y escasean en todo el mundo. Eso ha elevado, como nunca, su costo: en tapabocas, túnicas impermeables, zapatones y gorros el hospital solía gastar 750.000 pesos por mes, y ahora el costo se disparó a 5.000.000 de pesos. En ese sentido, señaló que las reglas del mercado “quizás hoy en día deberían atemperarse” porque “que un tapaboca suba de 0.6 pesos la unidad a 27 pesos en un mes realmente nos pone en una situación muy compleja”.

Los 140 equipos donados se almacenarán. Por el momento, el Maciel tiene equipos de protección personal pero las autoridades no saben si alcanzarán dentro de dos o tres semanas, y si en ese momento podrán cumplir o no. Minarrieta comentó que para la atención en CTI de un paciente con covid-19 se necesitan 20 equipos de protección personal por día. Según informó Martín Inthamoussú, presidente del SODRE, los trabajadores del taller producirán ahora sobretúnicas impermeables, que pueden lavarse y reutilizarse. La iniciativa fue coordinada con el gremio de los trabajadores; los materiales fueron costeados por el SODRE. Primero se hicieron moldes que tuvieron el aval del hospital; las telas fueron entregadas a quienes confeccionaron las prendas y luego se pasó por sus casas a levantarlas.

Salas covid

La Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) definió dos centros para la atención de personas con covid-19: el Hospital Español y el Instituto Nacional de Traumatología y Ortopedia (INOT). Al margen de esto, el Maciel –así como otros centros de ASSE– se acondicionó para recibir a pacientes sospechosos de tener covid-19. Para eso, se dividió el hospital –con un área exclusiva para el ingreso y la circulación de casos sospechosos de covid-19– y se crearon tres salas de internación. Según describió Minarrieta en una recorrida que hizo la diaria, se destinaron tres salas nuevas –que tienen capacidad para alojar entre uno y tres pacientes, para minimizar el riesgo de contagio de quienes no tienen el virus– y se montaron seis camas de CTI. El plazo que suelen estar los pacientes en las salas covid es de 24 horas, que es el tiempo que demora el resultado del virus, pero Minarrieta aclaró que si el examen da negativo y no se encuentra la causa de la afección respiratoria, se le vuelve a hacer el test a las 72 horas, porque pudo no haber sido detectado en un primer momento. Para evitar contagios dentro de esas salas, se establecieron graduaciones de nivel de sospecha: “si hay un paciente que de repente no tiene un cuadro demasiado sospechoso pero hizo fiebre en un momento y quedó la duda, está en un sector, y el que viene con la sospecha clara, con una placa compatible, con el cuadro febril, va a otro sector”, detalló.

El plan es que si un paciente tiene covid-19 sea derivado al Español o al INOT, pero Minarrieta explicó que si el paciente está en estado crítico, es preferible que no se lo traslade, sino que se lo interne en el CTI del Maciel. Además, comentó que el hospital se preparó también, porque no se sabe cuál será la demanda asistencial en las próximas semanas, ni si darán abasto los centros covid.

“Nosotros estamos preparados para comenzar a recibir pacientes covid positivo en cualquier momento; no sabemos si eso va a suceder o no, pero estamos preparados”, sostuvo Minarrieta.

A tres laboratorios

El 2 de abril, el Laboratorio Central del Hospital Maciel empezó a hacer test de covid-19 por la técnica molecular denominada PCR (reacción en cadena de la polimerasa), producto del intenso trabajo del laboratorio –liderado por Estela Bidegain, de Facultad de Química de la Universidad de la República, Udelar– con el apoyo del Institut Pasteur y la Facultad de Ciencias de la Udelar. En diálogo con la diaria, Bidegain destacó que pudieron empezar a hacer esta técnica “en tiempo récord” de 15 días. Los técnicos del Pasteur todavía están haciendo la “transferencia tecnológica” a los docentes de Facultad de Química, que son quienes tienen a cargo el laboratorio, pero pronto terminarán de ceder la posta. El trabajo interinstitucional se ve también en el equipamiento: la cabina de flujo laminar –donde se extrae el virus vivo y que mediante una corriente de aire evita que el laboratorista se contamine– es de Facultad de Química, mientras que la centrífuga –que prepara las muestras– y la máquina de PCR son del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria.

Este laboratorio puede procesar por el momento hasta 25 muestras covid-19 por día y cuenta con estrictas medidas de seguridad para quienes manipulan las muestras. Además de normas de circulación y de cuidado personal, el laboratorio tiene un autoclave, un aparato en el que van a parar todos los residuos “posiblemente contagiantes”: los esteriliza a una temperatura de 120 grados bajo condiciones de presión que matan el virus; recién ahí se desechan, detalló Minarrieta.

En paralelo, el Laboratorio de Microbiología del Maciel –que hace análisis de varios virus, entre ellos los coronavirus que ya circulan en Uruguay, así como influenzas y adenovirus– empezará a hacer hoy test rápidos, que permiten tener el resultado en 45 minutos. Minarrieta informó que por el momento sólo llegaron 30 test y que no saben si llegarán más, por eso serán muy cautos a la hora de utilizarlos; probablemente su uso sea cuando un paciente sospechoso de covid-19 deba ingresar a block quirúrgico o a CTI, áreas especialmente sensibles. Acelerar los resultados permitirá, también, disminuir los gastos en elementos de protección personal.

El hospital está montando un tercer laboratorio, que se ubicará en el laboratorio de oncología molecular; para eso, cuenta con un equipo de PCR del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria y un aparato llamado Cobas, que había sido adquirido para analizar las mutaciones genéticas de los tumores. Este otro laboratorio permitirá analizar 90 muestras por día.

Minarrieta explicó que por el momento las 25 muestras diarias alcanzan para la demanda del hospital, que comprende a usuarios y a funcionarios ‒81 de ellos que tuvieron contacto con casos positivos de covid-19 se hicieron el test y les dio negativo‒, pero temen que la demanda pueda crecer. Cuando tenga este nuevo sector, el hospital estará en condiciones de ofrecer testeos masivos, en una estrategia que implica salir a buscar a personas asintomáticas en determinados barrios o ciudades, para tener una foto más real de la expansión del virus.

Capacidades y debilidades

Sobre el mediodía, en un sector destinado a la coordinación de los médicos y próximo a las salas covid, cuatro médicas internistas estaban sentadas en torno a una computadora. Veían una teleconferencia dada por integrantes de la Cátedra de Enfermedades Infecciosas de Facultad de Medicina de la Udelar –a través del proyecto ECHO- sobre tratamientos específicos para covid-19. En ese mismo espacio del Maciel trabajan también profesionales en infectología, anestesia, neumología y cuidados paliativos. En una pizarra las internistas ingresan datos de los pacientes, fecha en que se les tomaron las muestras, el cuadro clínico, los datos patronímicos. Para bajar a verlos (están en el piso inferior) se visten con todos los equipos de protección personal; al término de la visita, ingresan nuevos datos a las planillas. Los casos son discutidos diariamente entre todos los profesionales, con un trabajo liderado por las internistas, aclaró Minarrieta.

El hospital todavía tiene por solucionar la entrega de medicamentos. Hace dos semanas implementó la distribución a domicilio, pero sólo alcanza entre 100 y 130 pacientes por día, siendo que entre 600 y 800 personas diariamente retiran medicación de la farmacia. Para el envío a domicilio, el hospital hizo un llamado de precios y se eligió una empresa privada que le cobra 150 pesos a los usuarios por cada envío. la diaria recibió quejas de usuarios molestos con el cobro del envío; Minarrieta respondió que no es la solución que querían, pero que es la única manera que encontró el hospital de hacerlo porque no tiene 19.500 pesos por día para cubrir ese costo. El director alegó que el costo no es tanto más caro que ir en ómnibus y dijo que la farmacia del hospital prepara la medicación de pacientes crónicos por un período de tres a seis meses. Por otra parte, para atenuar las grandes aglutinaciones que se dieron en la farmacia al comienzo de la pandemia, se extendió el horario de atención de la farmacia y se pusieron gasebos en la vereda, pero todavía queda mucho por ajustar y se está lejos de responder a la demanda de manera adecuada.

Durante la recorrida, todo lucía limpio y en orden, con un clima calmo. Minarrieta destacó en qué contexto se dio esta adaptación del hospital. “Todo es posible por todo lo que se hizo en estos años, porque hay un almacén que funciona de verdad, porque hay una farmacia que funciona, porque hay salas de a uno y de a dos que nunca hubo en el hospital ‒se crearon en los últimos dos años‒, porque hay un lavadero totalmente profesional, con grandes máquinas de lavado que lavan toda la ropa del hospital. Hay un servicio de mantenimiento que nos permitió poner extractores en todas las salas, porque si hay alta cantidad de virus tenés que poner extractor, porque si no la persona que entra está sometida a una carga viral muy grande y está demostrado que la carga viral grande se asocia con infecciones más graves para el personal”, detalló el director, con cierto orgullo que no lo comprendía a él solo, sino también a los funcionarios que hacen el día a día de este hospital centenario.