“Problemas críticos de salud. Objetivos sanitarios y comunidad” se tituló un taller virtual que desarrolló el jueves la Red de Municipios y Comunidades Saludables (ver recuadro) en el que participaron más de 80 personas; la actividad se orientó a analizar cómo se determinan y se abordan los principales problemas de salud y cómo incide la participación de la comunidad.

Wilson Benia, médico y representante de la Organización Panamericana de la Salud habló de los Objetivos Sanitarios Nacionales que definió en 2016 el Ministerio de Salud Pública (MSP), que identificó 15 problemas críticos (embarazo no deseado en adolescentes; prematurez y bajo peso al nacer; alteraciones del desarrollo en la primera infancia; morbimortalidad por enfermedades no transmisibles, por cáncer, por VIH, por siniestralidad vial; violencia de género y generaciones; consumo problemático de sustancias; brechas en la calidad de atención sanitaria, entre otros). En torno a cada objetivo, definió metas a cumplir en 2020.

Benia saludó la definición de los objetivos, mencionó la importancia de tener información sistematizada, de priorizar problemas, de trazar rutas de acción y de desarrollar abordajes intersectoriales que superen “la fragmentación de acciones”.

La administración pasada no llegó a presentar el grado de cumplimiento de las metas. Benia comentó que previo a que se decretara la emergencia sanitaria las actuales autoridades del MSP le habían manifestado que tenían interés en definir nuevamente objetivos sanitarios nacionales. Probablemente esa hubiera sido una buena pregunta para el director general de la Salud, Miguel Asqueta, quien era uno de los expositores, pero finalmente anunció que le sería imposible participar.

A raíz de la llegada de la pandemia por covid-19 “se instalan nuevas preguntas que van a exigir una nueva identificación de problemáticas”, dijo Benia, que con preguntas y afirmaciones dio pistas de por dónde van algunos de los temas a atender. “¿Los problemas críticos van a pasar por problemas nutricionales nuevos a partir de inseguridad alimentaria que puede haberse instalado en sectores vulnerables de la población? ¿Ha habido modificaciones en cuanto a la salud mental, niveles de ansiedad, de angustia con presentaciones diferentes en la población? ¿El proceso de desmanicomialización sobre el cual se ha hablado qué relevancia tiene en este nuevo contexto? ¿La morbimortalidad por cáncer está afectada por captación tardía en la medida en que una cantidad de acciones en el sistema de salud se postergaron? El efecto de distanciamiento y confinamiento generó más violencia de género: hay indicios y hay cierta evidencia de que esto es así”, detalló.

Desde el territorio

Varios de los problemas críticos identificados en 2016 habían sido detectados una década atrás por la Organización de Usuarios de Salud del Cerro de Montevideo. María Escudero, integrante de ese colectivo, informó que empezaron a reunirse en 2005 en torno a la Comisión Salud del Centro Comunal Zonal 17 que luego se amplió a otros zonales. Los y las vecinas elaboraron un diagnóstico participativo y el plan “Salud. Derecho de todos”, que se proponen actualizar, y que tuvo el objetivo de contribuir a reducir factores de riesgo y a crear factores protectores. Consideran fundamental la organización de los servicios de salud, pero también la incidencia en el entorno y el estilo de vida, de ahí que la educación para la salud ha sido una de las líneas de acción de este colectivo.

En estos años, la organización acondicionó un espacio de salud en el comunal y consiguió un policlínico móvil, ambos gestionados por la Intendencia de Montevideo, y mensualmente coordinan acciones con ese organismo y con policlínicas de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE). Primera infancia, adicciones y suicidios fueron los principales problemas críticos que identificaron. Para atenderlos crearon una red de primera infancia en el territorio y un “grupo de usuarios sin drogas” que a su vez tienden redes con otras organizaciones. Consideran que “los servicios de salud mental en nuestro territorio son insuficientes”, planteó Escudero, y por eso, para atender el tema de los suicidios, en 2017 convocaron a las autoridades de salud mental del MSP y de ASSE, hicieron mesas de trabajo con trabajadores de la salud, presionaron para que se creara la Línea Vida (0800 0767) de prevención del suicidio y en 2019 desarrollaron talleres con psicólogos del Círculo Católico y de la Médica Uruguaya para trabajar con mujeres en situación de violencia y con estudiantes de la UTU del Cerro. Además, contribuyen con el Colectivo Compaz, que tiene una huerta para inclusión socioproductiva de personas con padecimientos psíquicos y, para desarrollar la línea de acción “Recreación para todos”, cogestionan el Parque Punta Yeguas.

En los últimos meses, este colectivo denunció el cierre de policlínicas y la falta de medicamentos en ASSE y se integró a la red de apoyo a ollas y merenderos del Cerro.

Problemas emergentes y reemergentes

Marcela Cuadrado, presidenta de la Sociedad Uruguaya de Medicina Familiar y Comunitaria, y médica de una policlínica del Santoral de Canelones, reseñó que los problemas de salud están atravesados por los determinantes sociales, dentro de los que explicitó la producción de alimentos, la educación, el ambiente laboral, las condiciones de vivienda y trabajo, el desempleo, el acceso a servicios de salud que los calificó como “preocupantes hoy”.

En cuanto a los problemas, mencionó las infecciones “emergentes y reemergentes”, dentro de las que nombró a la covid-19, pero también enfermedades como la tuberculosis. Se detuvo en las patologías crónicas, como obesidad, hipertensión arterial y diabetes, y detalló que Uruguay está entre los cinco países con mayores problemas de obesidad en América Latina (que alcanza a 23,5% de la población); por eso resaltó la importancia y el beneficio del rotulado frontal de alimentos. Consignó que la población con enfermedades crónicas “no acudió a atenderse ahora con la pandemia porque estaba haciendo cuarentena en su domicilio” y que los equipos de salud territoriales recién ahora están abordando ese problema. También indicó las consecuencias de la pandemia en la salud mental: dijo que los equipos territoriales perciben que “hay dificultades para los seguimientos, diagnósticos y tratamientos” y que vieron “más trastornos por consumo y más violencia de género y generaciones”. Por último, hizo énfasis en la protección del medioambiente, que calificó como una “estrategia esencial de los equipos de salud”; mencionó la importancia de la biodiversidad porque “al disminuir la biodiversidad rápidamente los virus que están en los animales se transmiten a los seres humanos”. En tanto médica en el área rural, señaló que “estamos permanentemente bombardeados por agrotóxicos” y pidió investigar más sobre este tema.

Al igual que Benia, Cuadrado hizo énfasis en la importancia de la participación social para abordar los problemas de salud. Afirmó que “es fundamental poder planificar con la población, hacer un diagnóstico, ver qué problemas y necesidades tiene esa población y trabajar con planes locales de salud para esos problemas”. “No se puede hacer nada sin participación comunitaria, o sea, sí se puede hacer, pero no se llega, no se hace salud”, remarcó la médica.

Comunidades en red

La Red de Municipios y Comunidades se creó durante la pandemia. Integra varios municipios de Montevideo (A, B, C, F y G), organizaciones sociales –entre ellas el Movimiento Nacional de Usuarios, la Organización de Usuarios de Salud del Cerro y la Organización Nacional de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas del Uruguay–, la División Salud y la Secretaría de Personas Mayores de la Intendencia de Montevideo, la Dirección de Salud de la Intendencia de Canelones, la Asociación Uruguaya de Dietistas y Nutricionistas, y un proyecto de la Comisión Sectorial de Investigación Científica de la Universidad de la República que integra a las facultades de Medicina, Ciencias Sociales y Enfermería.