El trabajo de los científicos uruguayos ha sido clave para enfrentar la pandemia de covid-19. Se han destacado por el desarrollo de los kits diagnósticos para identificar, mediante la técnica molecular de PCR, el SARS-Cov-2 por la secuenciación genética del virus, y también por los test serológicos que analizan la generación de anticuerpos, lo que puede mostrar que una persona tuvo covid-19 aunque no haya tenido síntomas. El conocimiento al servicio del país y de la soberanía fue lo que reconocieron el rector de la Universidad de la República (Udelar), Rodrigo Arim, el decano de la Facultad de Medicina, Miguel Martínez, el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, el presidente de la Administración de los Servicios de Salud del Estado, Leonardo Cipriani, y el presidente de la Fundación Manuel Pérez (Facultad de Medicina), Henry Cohen, el miércoles, en el Paraninfo de la Udelar.

Ese día, la Fundación Manuel Pérez premió a los científicos ganadores de dos llamados que hizo una comisión que formó el Consejo Directivo Central de la Udelar para crear un fondo de recursos extrapresupuestales que financiará aportes científicos. La comisión es presidida por Cohen y los fondos son administrados por la Fundación Manuel Pérez. “Logramos reunir 250.000 dólares en una semana”, dijo Cohen, quien agradeció el apoyo de donantes extranjeros y uruguayos. Dos de ellos fueron Laetitia D’Aremberg y Jordi Carrión, director de la empresa Salus, que asistieron al Paraninfo.

La comisión ya financió cuatro proyectos: monitoreo de SARS-Cov-2 en aguas residuales (de Facultad de Ciencias, el Institut Pasteur Montevideo y la sede de Salto de la Udelar); tapabocas no descartables (Facultad de Medicina); compra de dos impresoras 3D para la fabricación de hisopos (Facultad de Química); y propuestas para la producción de respiradores (Facultad de Ingeniería).

Luego hizo un segundo llamado, al que se presentaron 36 proyectos y se seleccionaron siete. la diaria dialogó con cinco investigadores de los siete proyectos. Uno de los otros dos premiados fue “Desarrollo de un dispositivo óptico para el diagnóstico rápido y portable de SARS-CoV-2 con proteínas ingenierizadas”, cuyos responsables son Sergio Pantano (Institut Pasteur) y Leonel Malacrida (Hospital de Clínicas e Institut Pasteur) que, tal como reseñó el Pasteur, “busca crear una proteína diseñada por computadora capaz de reconocer específicamente las partículas virales presentes en la saliva de una persona infectada”, sin tener que usar reactivos químicos.

El otro se titula “Optimización y transferencia de tecnologías de secuenciación masiva para la identificación y caracterización genómica de la comunidad de virus respiratorios humanos durante la pandemia de SARS-Cov-2”, y los responsables son Cristina Mogdasy, Juan Arbiza y Ruben Pérez, de la Facultad de Ciencias.

Generar otro ambiente

Rafael Radi y Matías Machado son los responsables del proyecto “Susceptibilidad estructural al ambiente redox del dominio de unión al receptor (RBD) de la glicoproteína espicular de SARS-CoV-2”, que reúne a investigadores de la Facultad de Medicina y del Institut Pasteur. Machado explicó que el proyecto “consiste en estudiar cuál es el efecto que tiene determinado ambiente celular sobre la estructura ‒la forma‒ de las proteínas del virus que están relacionadas con la entrada a la célula que va a infectar”. Agregó que los investigadores se proponen determinar cómo ciertos componentes “de esa estructura que tienen las proteínas del virus están jugando un rol en la infección viral”. Entender eso permitiría, en otra etapa, modificar la interacción entre las células y las proteínas del virus, para combatirlo.

Matías Machado.

Matías Machado.

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Rastreo genómico

“Vigilancia epidemiológica de la covid-19 en las fronteras uruguayas y análisis de su transmisión local en el interior del país” es el nombre del proyecto liderado por Lucía Spangenberg (Institut Pasteur), Rodney Colina (de la sede regional norte de la Udelar en Salto) y Verónica Noya (Institut Pasteur, Sanatorio Americano y Facultad de Medicina). Busca caracterizar las introducciones de SARS-Cov-2 en Uruguay desde Argentina y Brasil.

Lucia Spangenberg.

Lucia Spangenberg.

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Spangenberg, formada en bioinformática, explicó que mediante herramientas genómicas se puede ver qué variantes entran, predecir si va a haber algún brote, ver cómo controlarlo y determinar con precisión cuándo ingresó la cepa que originó un brote específico, porque “muchas veces el primer paciente que se detecta con síntomas no es el primero que lo trajo”. Con financiamiento del Institut Pasteur y de la regional norte de la Udelar este grupo hizo la secuenciación de los brotes de Rivera y Treinta y Tres. Spangenberg comentó que en ambos casos provenían de Brasil y que “con gran probabilidad” no eran de la misma cepa.

El equipo es multidisciplinario y también integra al Centro Universitario Regional Este (CURE) y al Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable. Hasta ahora tienen tres centros de diagnóstico ‒la regional norte de la Udelar, el CURE y el Sanatorio Americano‒. La secuenciación se ha hecho en el Institut Pasteur, pero el proyecto apunta a descentralizarla, para que se pueda hacer en los centros de diagnóstico de la Udelar en Salto y Rocha.

Eficacia de las vacunas

En el mundo hay varios ensayos clínicos para desarrollar vacunas contra el SARS-Cov-2. El equipo liderado por Alejandro Chabalgoity y Juan Marques (Facultad de Medicina) para el proyecto “Marcadores de protección útiles en estudio de eficacia de vacunas contra covid-19” busca preparar el terreno. “Hay que buscar los correlatos de protección que definen si una persona vacunada está efectivamente protegida”, explicó Chabalgoity. “Vamos a evaluar las respuestas transcripcionales, ver cómo los genes de las personas vacunadas responden rápidamente y eso permite definir, pocos días después de la vacunación, si la persona va a estar protegida”, añadió.

Alejandro Chabalgoity.

Alejandro Chabalgoity.

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Dijo que años atrás habían hecho algo muy similar para la aftosa, una enfermedad viral que ataca a las vacas, “porque se demoraba como 90 días en saber si las vacunas estaban funcionando o no, entonces hicimos un sistema para ver la respuesta génica de los animales enseguida después de la vacunación”. Trabajarán, además, con personas que han tenido la infección para conocer si están protegidas de una reinfección. Con Manuel Baz, médico del Hospital de Clínicas, obtendrán sangre de pacientes infectados, con distinto nivel de gravedad, para “ver cuáles son los marcadores génicos que nos dicen el estado de situación de ese paciente”; también trabajarán con personas no infectadas.

Anticuerpos en personal de salud

“Estudio de la seroprevalencia de anticuerpos contra SARS-Cov-2 en trabajadores de la salud en Montevideo” se llama el proyecto liderado por Manuel Baz (Hospital de Clínicas) y Cecilia Casaravilla (Instituto de Higiene y Facultad de Química). Medirán la cantidad y la calidad de anticuerpos que estén presentes en trabajadores de la salud. Casaravilla explicó que mandarán las muestras a una viróloga uruguaya que trabaja en Canadá, quien analizará “qué tan buenos son funcionalmente los anticuerpos, neutralizando o bloqueando el virus e impidiendo la infección”.

Cecilia Casaravilla.

Cecilia Casaravilla.

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Se centrarán en trabajadores que no hayan tenido el virus “pero que hayan estado en contacto con pacientes u otros trabajadores que hayan estado infectados, de modo de ver la prevalencia en la población asintomática que estuvo expuesta a la enfermedad”. Buscan saber si los asintomáticos tienen “anticuerpos que además de reconocer el virus bloquean la capacidad de infección”.

El plasma como vacuna

“Desarrollo de un método para evaluar la capacidad de los sueros de pacientes covid-19 de inducir citoxicidad celular dependiente de anticuerpos (ADCC) y su aplicación a la vacunación pasiva” se titula el proyecto liderado por Ana Ferreira, investigadora de la Facultad de Ciencias y del Instituto de Higiene.

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Ana María Ferreira. Foto: Ernesto Ryan

“Junto con docentes de Facultad de Química y del Institut Pasteur presentamos un proyecto que está destinado a desarrollar una herramienta metodológica que va a contribuir a caracterizar la capacidad que tienen los anticuerpos de los pacientes para desarrollar mecanismos de muerte de las células infectadas por el virus”, explicó. El proyecto surgió del grupo de investigadores que desarrolló los test serológicos, quienes se cuestionaron las propiedades de los anticuerpos ‒contenidos en el plasma de quienes tuvieron covid-19‒ con la intención de usarlos “como un reactivo biológico que pudiera asistir en la terapia o en una vacunación pasiva”.

“Era muy importante no sólo conocer que los plasmas de los donantes tuvieran anticuerpos, sino también que esos anticuerpos funcionalmente fueran capaces de eliminar tanto a los virus, por su capacidad neutralizante, como las células que ya se infectaron”, dijo. Desarrollarán herramientas metodológicas para medir los anticuerpos y las aplicarán a una seroteca de plasmas para conocer “cuáles serían más adecuados para utilizar como una herramienta que asista a proteger a la población que está en una situación más crítica debido a sus vulnerabilidades, o incluso que se pudieran usar esos plasmas como una vacunación pasiva al personal de salud, que tiene más riesgo de exposición”.