“En Uruguay 54,3% las causas de ceguera son tratables y 28,6% prevenibles con una adecuada atención oftalmológica”, según la Cátedra de Oftalmología de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República. Un documento difundido por la cátedra universitaria informa que las maculopatías relacionadas con la edad -la mácula es la parte central de la retina- “son patologías frecuentes en personas mayores de 60 años” y que generan pérdida de la visión central; “si bien no conducen a la ceguera absoluta, impiden visualizar los detalles con precisión, lo cual repercute directamente en las actividades de la vida diaria de una persona generando incapacidad para la lectura o para ver nítidamente los objetos y los colores”. Estas afecciones se detectan mediante estudios oftalmológicos.

A su vez, la retinopatía diabética y el edema macular diabético son otras de las principales causas de pérdida visual importante en personas diabéticas con más de diez años de evolución de la enfermedad. Esto puede afectar tanto a pacientes más jóvenes como de mayor edad, pero gran parte de estos pacientes se encuentran en edad laboral activa. Si bien las patologías oculares son múltiples, la retinopatía diabética, las cataratas y el glaucoma son las afecciones más frecuentes en Uruguay y, de no ser tratadas a tiempo, pueden generar la pérdida total de la visión.

Las afecciones no son iguales; su principal diferencia radica en que “mientras que la catarata es una enfermedad totalmente reversible con cirugía, la retinopatía y el glaucoma no”, explicó a la diaria Miguel Zylberglajt, médico cirujano oftalmólogo, especialista en cirugía de catarata y cirugía de vítreo-retina, y secretario de la Asociación Uruguaya de Oftalmólogos.

“El glaucoma puede afectar a personas de cualquier edad, aunque por lo general suele presentarse en quienes tienen más de 30 o 40 años”, explicó. “El glaucoma crónico de ángulo abierto es el más frecuente. Como no tiene síntomas, hacer una consulta de control es sumamente importante. Lo que ocurre es un aumento de la presión ocular que va generando un deterioro en el nervio óptico y destruye sus neuronas, causando la pérdida de la visión, pero es notorio recién cuando la enfermedad está en la última etapa, y no es reversible porque las neuronas que se pierden no se recuperan”, detalló.

Por otra parte, explicó que “la retinopatía diabética se produce en la retina a consecuencia del descontrol metabólico que genera la diabetes, alterando las arterias de todo el organismo, principalmente del corazón, los riñones y los ojos”. Para el oftalmólogo, lo primero que debe saber la persona es si es diabética y luego hacerse un control metabólico de la enfermedad. Agregó que “una vez que se diagnostica la retinopatía, hay un montón de tratamientos paliativos”, y que detectarla en su fase inicial permitirá aplicar el tratamiento más adecuado, de modo de “evitar la progresión de la enfermedad”.

Por último, se refirió a la catarata: dijo que “es una afección de mejor pronóstico, ya que el paciente debe tener el acceso a un médico para que pueda ser tratado, porque luego de iniciar el proceso, es totalmente curable”. Detalló que lo que sucede en el ojo es que “un lente llamado cristalino se pone opaco y no permite la llegada de las imágenes a la retina”. El problema se corrige mediante cirugía: “Se remueve el lente y se coloca uno que sea transparente, pero no tenemos que esperar a que la persona esté ciega para comenzar a tratarla, ya que la catarata enseguida da síntomas y no hay por qué operar recién en última instancia”, aclaró.

Más vale prevenir

Para el especialista, los controles a lo largo de toda la vida “y desde el nacimiento” son fundamentales, no sólo para corregir las patologías, también para prevenirlas. Recomienda hacer el primer control durante el primer año de vida del bebé. Entre personas adultas, dijo que si se trata de una persona que de niña pasó por los controles recomendados, está bien si después de los 40 años consulta de forma anual o cada dos años, siempre y cuando no se presenten patologías, aclaró. Dijo que es distinto si ya se sabe que la persona es diabética o presenta alguna otra enfermedad, porque en ese caso el control debería ser obligatorio, “todos los años, sin importar la edad”.

En general, consideró que “lo importante son los diagnósticos y las consultas; por ejemplo, cuando se presenta la dificultad de ver de cerca y se necesitan lentes para leer, no es bueno comprarlos en cualquier lugar y sin recomendación oftalmológica, cada persona necesita que se le realice un diagnóstico de forma personal”, sintetizó.

Día Mundial de la Visión

Se conmemora el segundo jueves de octubre, con el impulso del Organismo Internacional de Prevención de la Ceguera (IAPB, por sus siglas en inglés). Este año, el lema es “Ama tus ojos”. Los objetivos de la IAPB al celebrar este día son: sensibilizar a la opinión pública sobre la magnitud del problema de la ceguera y la discapacidad visual; influir en los gobiernos para que elaboren programas de prevención de la ceguera y educar a la población sobre su prevención.