¿Qué ha ocurrido en los países en donde se ha aplicado la vacuna a un alto porcentaje de su población? ¿Cuánto dura la protección de la inmunización? ¿Implica mayor riesgo de complicaciones vacunarse con Pfizer que con las de Sinovac y AstraZeneca? Estas fueron algunas de las preguntas que formuló el personal de la salud a especialistas en el #DesafíoInfodemia que organizó el Laboratorio de Aceleración del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Comisión de Desarrollo Profesional Continuo del Fondo Nacional de Recursos el miércoles 10, que se transmitió (y puede verse) por el canal de Youtube del PNUD. Las respuestas fueron en tres minutos.
Impacto real
Edgardo Sandoya, cardiólogo y especialista en medicina basada en la evidencia, fue quien respondió qué ha ocurrido en los países que han vacunado a un alto porcentaje de su población. Mencionó que la incidencia de la enfermedad se redujo 92% en la población general en Israel –según un estudio que involucró a 1.200.000 personas mayores de 16 años que recibieron la vacuna de Pfizer– y en 88% en mayores de 80 años en Inglaterra –con base en un estudio de 12.754 casos publicados en un artículo de Public Health England el 22 de febrero–. Las internaciones en Israel se redujeron 87%, y en Escocia, sobre una población de 5.400.000 de mayores de 18 años, las internaciones se redujeron casi 85% con Pfizer/Biontech y 94% con Oxford/AstraZeneca, y 81% entre los mayores de 80 años. “Los pacientes con enfermedad severa bajaron 90% en Israel” y la mortalidad cayó 72% a los siete días de que se administrara la segunda dosis en Israel, y alrededor de 60% en Inglaterra, con una dosis de AstraZeneca.
Características de la protección
Todavía no se sabe cuánto dura la protección de las vacunas contra la covid-19, respondió el infectólogo Henry Albornoz. Dijo que aún no ha transcurrido suficiente tiempo como para saberlo, pero acotó que está planteado que los niveles de anticuerpos contra el virus duren entre seis y nueve meses y que es probable que la respuesta celular –otra forma de protección contra el virus– sea mayor, cercana al año. “Es probable que si la pandemia se mantiene haya que revacunarse” cada año, acotó. En cuanto a si las vacunas desarrolladas protegerán contra las nuevas variantes, dijo que no se tiene certeza, que ya se vio que AstraZeneca no sirvió para combatir la variante sudafricana. Agregó, no obstante, que las plataformas de ARN mensajero desde el punto de vista tecnológico parecen ser más sencillas de adaptar para obtener rápidamente nuevas formulaciones orientadas a combatir nuevas variantes.
¿Cambiarán las medidas de precaución que aplica el personal de salud hasta ahora?, fue otra de las preguntas. La epidemióloga Lucía Alonso respondió que en la primera fase de vacunación “no va a haber modificaciones grandes” porque hay mayores datos de la reducción de la enfermedad sintomática y de casos graves, pero “sabemos bastante menos sobre el impacto en la transmisión” y no hay certezas de que alguien que no esté enfermo no transmita el virus, por lo que deberá continuarse con la protección personal.
Principales dudas
Sobre los efectos adversos de las vacunas, Alonso dijo que “es muy importante que la gente pierda el temor”, aseguró que “no es cierto que va a cambiar el genoma”. Alejandro Chabalgoity, del área de inmunología de la Universidad de la República, dijo que si bien las vacunas de plataformas basadas en ARN mensajero son nuevas, se desarrollan desde hace mucho tiempo y son seguras. Dijo que se inyecta una molécula que “dura muy poco tiempo”, que se “elimina rápidamente” y que permite que “la persona que recibe eso fabrique su propia proteína, su propia vacuna”. Aseguró que “no tiene ninguna capacidad de inserción en nuestro genoma porque el ARN no se puede integrar a nivel genético” y que los cerca de 200 millones de dosis administradas hasta ahora de Pfizer y Moderna reaseguran que no tiene complicaciones en ese sentido.
Sandoya explicó que el efecto adverso más serio de las vacunas ARN son los problemas de alergia severa, que según un estudio de Estados Unidos generaron un caso de anafilaxia cada 100.000 vacunados y según un estudio de dosis aplicadas a 65.000 trabajadores del Hospital General de Massachusetts pueden llegar a ser 25 cada 100.000, pero en ninguno de los dos estudios se produjeron fallecimientos. Ante otra pregunta, Sandoya respondió que el estudio de Israel de la aplicación de Pfizer/Biontech en 1.200.000 personas –entre ellas 50.000 con cardiopatías, 70.000 con diabetes, 100.000 con hipertensión y 60.000 con esas tres condiciones juntas– mostró que tener esas afecciones “no implica mayores riesgos, complicaciones ni problemas asociados” por vacunarse.
Consultado sobre la vacunación de quienes ya tuvieron covid-19, Chabalgoity dijo que “hay una recomendación por un tema de uso eficiente de las vacunas de esperar un tiempo entre la infección y la vacunación”, pero mencionó que “se está investigando la posibilidad de que a la persona que ya tuvo la infección se le administre una única dosis de la vacuna, porque la infección funcionaría como primovacunación”.