La Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) recibió como donación el uso gratuito de la plataforma de telemedicina Doctari, creada por expertos uruguayos de esa empresa, para atender las consultas de salud mental en todo el país por el resto del año. El servicio también estará disponible para psicólogos y psiquiatras independientes de todo el país por el mismo período. Diego Estol, integrante de Doctari, explicó a la diaria que se optó por apoyar el servicio de salud mental por los desafíos que representan las consecuencias que dejará la pandemia.

“Antes de la pandemia el país tenía algunos indicadores en salud mental con luces rojas: tasas de suicidio, depresión, uso de psicofármacos en forma masiva, entre otros”, comentó Estol, y apuntó que estos aspectos se vieron afectados –y en algunos casos aumentados– por la crisis sanitaria por medidas como el distanciamiento social y “situaciones que normalmente no se daban con los niños, la pareja” y en otros escenarios. “Todo esto ha desencadenado un montón de temas psicoemocionales –algunos se atienden y otros no– y en el futuro van a tener repercusiones en la salud mental de la población”, manifestó. Fue así que la organización decidió extender la ayuda que ofrecían a ASSE en salud mental por medio de la línea de apoyo emocional (0800 1920) y ofrecer su plataforma para la atención y el seguimiento de pacientes del área de salud mental.

Estol señaló que en condiciones “normales” esta es una herramienta “muy buena de seguimiento de pacientes posaltas hospitalarias o seguimiento de pacientes crónicos (diabéticos, hipertensos, entre otros)” e implica el desarrollo de un cambio cultural y social en el que la relación empática con el paciente se logre establecer por un medio tecnológico. Durante la pandemia se multiplicó el uso de las herramientas de telemedicina, que ahora utilizan todos los centros de salud públicos y privados.

“La plataforma permite la total confidencialidad en el tráfico de datos y la relación es técnico-paciente. Ni siquiera nosotros tenemos acceso a esa información”, aseguró Estol. Para recrear las condiciones de la consulta presencial con el profesional psicólogo o psiquiatra, Doctari permite el uso de la videoconsulta para ver la expresión del paciente, así como su contexto y otros aspectos importantes, señaló.

Pablo Fielitz, director de Salud Mental y Poblaciones Vulnerables de ASSE, dijo a la diaria que aún no se está utilizando la plataforma Doctari para las consultas de salud mental y que su implementación se tendrá que evaluar con los integrantes del Sistema de Información de ASSE, a los efectos de ver “en qué medida pueda ser útil para nosotros; es probable que sí”. Hasta ahora, para la atención los profesionales están utilizando el sistema operativo de ASSE.

Expandir la asistencia

La herramienta comenzó a gestarse entre fines de 2015 y comienzos de 2016 con la “hipótesis” de expandir la atención médica a zonas distantes a los centros de salud, reseñó Estol. “En aquel momento uno lo veía como algo culturalmente difícil en Uruguay”, dijo, pero acotó que el impulso de estas tecnologías en otros países estimuló al equipo de expertos en tecnología, informática y medicina a cargo de Doctari a seguir con la idea.

En aquel momento, gran parte de los desafíos se referían al cambio cultural que debía comenzar a instalarse en médicos y pacientes acostumbrados a interactuar en un sistema de consultas presenciales y a pasar a uno diferente, mediado por tecnologías. Todo ese proceso se potenció con la llegada de la pandemia de covid-19 y las medidas decretadas. “El cambio cultural se profundizó, pero aún continúa”, sostuvo Estol, y afirmó que cuando termine la pandemia y se vuelva a la “nueva normalidad” estas tecnologías se quedarán en el sistema de salud. Incluso aseguró que en países desarrollados como Estados Unidos e Inglaterra generaron procesos de digitalización del sistema de salud y sólo recurren a las consultas presenciales en los casos necesarios.

Asimismo, Estol sostuvo que hay estudios que indican que las relaciones en la consulta tecnológica “son más empáticas que en la consulta tradicional” porque las personas se concentran en la consulta: “Uno ve directo a los ojos, ve las características del paciente, ve el entorno, todo”. De todas formas, insistió con que hay situaciones en las que la consulta presencial es necesaria.

En general, las devoluciones sobre la herramienta son positivas, dijo Estol. Los profesionales que la han utilizado “se dan cuenta de que es versátil, que sirve, que permite la interacción con los pacientes y que permite ver estudios complementarios”, detalló, pero reiteró que el buen funcionamiento depende de que sea acompañado por un cambio cultural. “Hay mucho paradigma para romper”, agregó.

Confidencialidad de datos

Luis Carrizo, secretario general de la Coordinadora de Psicólogos del Uruguay, explicó a la diaria que no ha utilizado la plataforma. Comentó que desde 2020 la coordinadora estableció la necesidad de “contar con herramientas probadas a nivel tecnológico: en términos de confidencialidad, de uso de datos y de reserva de la información, que no necesariamente son las plataformas usuales de comunicación”.

Según Carrizo, la telemedicina implica la capacitación de los profesionales en habilidades tecnológicas y condiciones éticas del trabajo remoto, que “exige otras consideraciones que no siempre están presentes en la práctica clínica presencial”. “Allí hay una cuestión que tiene que ver con condiciones clínicas, condiciones tecnológicas, condiciones jurídicas y condiciones éticas”, expresó. Consideró que el punto no está en un dispositivo o en otro, sino que lo importante es que “la utilización de plataforma de asistencia psicológica a distancia requiere unos recaudos de los que hay que estar conscientes, y formar a los profesionales en eso”. Allí está la sensibilidad pública, subrayó.

Luis Villalba, presidente de la Sociedad de Psiquiatría del Uruguay (SPU), dijo a la diaria que la sociedad aún no ha recibido la propuesta formal de Doctari y que, por ende, desconoce los detalles de la herramienta; los psiquiatras que integran la SPU aún no han comenzado a utilizarla. No obstante, consideró que una nueva herramienta tecnológica –específicamente diseñada para la atención médica a distancia– es algo “muy importante” y que es bueno que surjan nuevas plataformas.

La atención psiquiátrica durante la pandemia ha sido fundamentalmente a través de consultas telefónicas, dijo Villalba, que indicó que eso “generó y genera” dificultades en la asistencia. “Todo lo que sean medidas tecnológicas como, por ejemplo, pasar de una llamada a teleconferencia, es una mejora sustancial, siempre teniendo en cuenta las limitaciones propias de la telemedicina respecto de la presencial”, manifestó.

Villalba dijo que uno de los aspectos fundamentales que debe tener la herramienta es la preservación de datos del paciente: “La herramienta debe ser lo suficientemente encriptada para que haya confidencialidad absoluta de los datos”, planteó. Comentó que al inicio de la pandemia se llevó a cabo una actividad para abordar la telepsiquiatría, sus desafíos y dificultades. “En Uruguay no había mucha experiencia, fue algo que se impuso por necesidad”, sostuvo, y agregó que la SPU tiene la expectativa de que se vaya generando “cultura en relación con esto y capacitaciones específicas para los profesionales”. La experiencia con la que cuenta la sociedad es la de la línea telefónica de apoyo de ASSE, que ha sido “exitosa”, sostuvo el experto.