Luego de dirigir el Hospital Maciel por siete años y dejar su puesto para ser candidato a la Intendencia de Montevideo (IM) por el Frente Amplio (FA), Álvaro Villar, con 58 años, asumió en febrero como director del Hospital de Clínicas Dr. Manuel Quintela de la Universidad de la República (Udelar). De túnica, sentado en su despacho, habla casi sin pausas. Ocasionalmente mira un pizarrón que está a su derecha, en el que no quedan espacios vacíos. “El funcionario existe para la función y no la función para el funcionario”, se lee escrito en marcador permanente.

En entrevista con la diaria, pone foco en la Rendición de Cuentas y en los 183.963.587 pesos que la Udelar pidió para el Clínicas. Busca impulsar tres proyectos que propone financiar con el Fondo Covid-19 y que apuntan a optimizar el diagnóstico del cáncer de mama, rehabilitar a personas con accidentes cerebrovasculares (ACV) que se generaron en la pandemia, la recuperación poscovid y contribuir a resolver el atraso quirúrgico de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE). Además, sostiene que “mejorar el trato al paciente” y “cuidar” su dignidad es el mayor desafío que tiene el sistema de salud.

¿Qué implica estar al frente de la gestión del Hospital de Clínicas?

Es una gran responsabilidad. El Hospital de Clínicas juega un rol muy importante en el sistema de salud, no solamente por la atención. El Clínicas es un hospital de tercer nivel de complejidad, tiene institutos dentro del hospital y se habla de que en ese caso es un cuarto nivel de complejidad. Aquí hay equipos humanos multidisciplinarios que permiten la resolución de patologías complejas, y hay equipos de diagnósticos y de tratamiento de muy alta complejidad. El hospital tiene un rol fundamental en la formación de los profesionales de la salud que van a ejercer después en todo el país. Es un hospital que tiene 110.000 metros cuadrados, 4.000 funcionarios y unas 300 camas. Después, es fundamental que el Hospital de Clínicas investigue. Cuando uno dice investigar, muchos pensamos en laboratorios o en experimentación, pero investigar, en realidad, significa que todo lo que se haga acá adentro esté registrado, sea revisado, que se utilicen criterios estadísticos para valorar lo que se hace y que aprendamos de los errores y de los aciertos.

¿Qué diferencias existen con el rol que cumplías en el Hospital Maciel? Acá, por ejemplo, está la Comisión Directiva. ¿Cómo es esa relación?

Hay diferencias, pero cada lugar tiene sus complejidades. De alguna manera todos los proyectos y todas las ideas que el equipo del Hospital Maciel pudiera plantear estaban sujetas a la discusión y al debate que se daba dentro de ASSE. El Clínicas tiene sus particularidades, por supuesto, también cada proyecto que plantea llevar adelante el equipo de dirección lo discute con cada uno de los órdenes y lo promueve la Comisión Directiva. Son distintos actores, pero dirigir es trabajar con los que están subordinados a la dirección del hospital y también con todos los que están hacia arriba de la dirección.

¿Qué problemáticas encontraste en el Clínicas que, tal vez, no esperabas?

Uno de los problemas con los que nos encontramos es que es un hospital que está muy fragmentado. Hay equipos de trabajo muy buenos que han obtenido logros muy importantes en estos años. Necesitamos hacer un trabajo muy fuerte para conectar cada uno de estos sectores y trabajar como un solo hospital; hay cosas que ocurren en un sector de las que tal vez otro que está en el mismo piso no se entera. Es una tarea que nos va a llevar unos años. Otro problema que tenemos es la necesidad de tener un territorio de referencia, estamos trabajando con una comisión conjunta de ASSE para definir el área de referencia territorial del Hospital de Clínicas; hay que tener en cuenta que más de 90% de los pacientes que atiende el hospital son usuarios de ASSE. Otra cuestión fundamental es la necesidad de informatizar todo el hospital. Hoy la medicina va por el camino de la informatización, de la telemedicina y de utilizar todos los medios a disposición para lograr una mejor interrelación entre los integrantes de los equipos asistenciales. Pero el desafío más grande es mejorar el trato al paciente y cuidar su dignidad. Ese es un problema de todo el sistema de salud y es el desafío más grande que tenemos para los próximos años. Hay que cambiar el paradigma; los sistemas de salud todavía están muy centrados en el médico, y necesitamos centrarlos en el paciente.

Lo más importante es lograr salas de internación donde haya un baño cada dos camas, mejorar las condiciones de internación.

¿Qué es lo más urgente a resolver?

Lo más importante es lograr salas de internación donde haya un baño cada dos camas, mejorar las condiciones de internación, que haya una mayor hospitalidad, ir hacia la idea de un hospital sin ruido, amable, en el que la gente se sienta realmente protegida.

La Udelar en la Rendición de Cuentas pide más de 180 millones de pesos para el Clínicas. ¿Cuáles son los principales proyectos?

Nosotros presentamos al Parlamento y al gobierno nacional tres proyectos que nos parece que el Clínicas puede y debe encarar este año. Proponemos que el Clínicas tenga un sistema rápido de diagnóstico de cáncer de mama, con una policlínica de fácil acceso, dado que todavía en nuestro país no hemos logrado el diagnóstico y el tratamiento oportuno. La idea es que en el mismo día una mujer que venga con un nódulo sospechoso se pueda hacer una mamografía, se puncione el nódulo y se tenga una anatomía patológica en un plazo de cinco días; que se haga la marcación del tumor con medicina nuclear y se pueda operar entre siete y diez días luego de la consulta. Y que reciba el tratamiento personalizado de quimioterapia, guiado por el estudio genético del tumor que puede hacer el equipo de secuenciación genética del hospital. También estamos acondicionando un hotel que va a permitir que pacientes del interior puedan quedarse, si es necesario, los 15 días que dura la radioterapia. Este proyecto requiere 27.000.000 de pesos de inversión.

¿Y los otros dos proyectos a qué apuntan?

El segundo es la recuperación de los pacientes con fibrosis pulmonar poscovid. Incluye, también, resolver la lista de espera que tiene ASSE hoy de unas 6.000 cirugías en todo el país; nosotros ofrecemos que el Clínicas sea un centro donde se puedan resolver y operar estos pacientes. El tercer proyecto es el de neurorrehabilitación: tenemos pacientes que tuvieron un ACV, y si bien se ha avanzado mucho en el diagnóstico y en el tratamiento, quedan con secuelas importantes. Luego de esta pandemia, al haber tenido que postergar consultas en el hospital, muchos de estos pacientes tuvieron un retraso en la rehabilitación. Por eso, proponemos acondicionar un centro de rehabilitación en el hospital que insumiría 31 millones de pesos. Pensamos que utilizando el Fondo Covid pueden financiarse estos tres proyectos, que van a tener un impacto inmediato.

El hospital hay que compactarlo, hay que concentrar las áreas de internación. Los hospitales modernos en el mundo van hacia hospitales más pequeños, con internaciones más cortas.

En cuanto a la estructura edilicia, ¿piensan hacer una reforma por pisos, por áreas o más a nivel general como la PPP que había planteado el FA?

El hospital hay que compactarlo, hay que concentrar las áreas de internación. Los hospitales modernos en el mundo van hacia hospitales más pequeños, con internaciones más cortas. ¿Por qué? Porque el tiempo de diagnóstico disminuyó muchísimo: antes el paciente tenía que estar hasta tres meses internado para hacerse estudios, mientras que hoy eso se puede resolver estando de alta y los tratamientos requieren menos internación que antes. Por lo tanto, hay que concentrar la internación en cinco pisos con unas 70 camas cada uno, que nos permitan ser más eficientes en el manejo de los recursos humanos. Y que también nos permitan concentrar la parte de diagnóstico y tratamiento, los laboratorios, el centro de imagenología al lado de la emergencia para ser más rápidos. Ese proyecto implica la propuesta de un fideicomiso que permita adelantar los fondos para que en unos cuatro o cinco años el Hospital de Clínicas pueda reconvertirse y dar un mejor servicio a la población.

Es fundamental que el hospital que forma recursos sea competitivo en el mercado laboral. Si bien no todo es cuestión de salario, el salario es importante.

Otro punto se refiere a la mejora en la retención de recursos humanos. ¿Por qué se hace difícil mantener a los funcionarios del hospital?

Tenemos que trabajar mucho con una política selectiva de mejora en los salarios, sobre todo en aquellas áreas en que se requiere mayor antigüedad y una permanencia mayor en el hospital. La calidad de atención del personal va en relación con la permanencia en su puesto; el conocimiento de protocolos y de pautas implica un entrenamiento que lleva años. Tenemos que mejorar las condiciones de trabajo, la seguridad y el salario. Una de las áreas que tienen mayores problemas de cantidad de personal es enfermería; yo te diría que la apuesta más importante que tenemos que hacer es a lograr una profesionalización mayor de los cuidados de enfermería. Tiene que haber una apuesta a la permanencia en el hospital también con el área de la limpieza, porque capacitar a un funcionario que sepa cómo limpiar una sala de internación, un CTI o un block quirúrgico lleva mucho tiempo. Para eso es fundamental que el hospital que forma recursos sea competitivo en el mercado laboral. Si bien no todo es cuestión de salario, el salario es importante. Lo que el hospital está proponiendo es integrarse a toda la red de tratamientos que hacemos a la población en el sector público, integrarse a la red de ASSE. Estamos colaborando con ASSE y con el Ministerio [de Salud Pública]. El hospital inmediatamente que se planteó la vacunación [contra la covid-19] dijo que estaba dispuesto a poner 36 consultorios: superamos los 3.800 vacunados por día; nos eligieron para vacunar a los extranjeros, a los diplomáticos residentes en el país y como uno de los puntos para vacunar a las embarazadas. Cuando ASSE necesitó más camas de CTI trabajamos junto con el presidente [de ASSE, Leonardo] Cipriani, nos pusimos a las órdenes, duplicamos la capacidad del CTI, abrimos ocho camas más. Cuando ASSE necesitó cerrar el INOT [Instituto Nacional de Ortopedia y Traumatología] para convertirlo en un CTI covid, el Hospital de Clínicas absorbió la demanda de traumatología. Vemos al hospital integrado a la red asistencial, como uno más dentro del sector público.

Foto del artículo 'Álvaro Villar: “La medicina real de un país depende del estado de los hospitales públicos”'

Foto: Federico Gutiérrez

¿Cuántos usuarios de ASSE atiende el hospital y cuánto dinero recibe por esa atención?

Inferimos que aproximadamente cubrimos una población de 300.000 habitantes. Esto es una inferencia, porque cualquier paciente de ASSE puede venir a tratarse al Hospital de Clínicas, es muy difícil definir cuántos son. También hay pacientes del sector mutual que eligen el Hospital de Clínicas. La composición presupuestal es muy compleja. La mayoría del presupuesto que recibe el hospital es de la universidad. ASSE nos paga por servicios que le brindamos, eso se fija año a año, depende de cuántos pacientes atendimos en determinadas patologías. Y también recibimos fondos por los institutos de medicina altamente especializada.

¿Pero es suficiente lo que paga ASSE?

Ningún hospital tiene el dinero que necesita. Ni acá ni en ninguna parte del mundo. Lo que uno tiene que saber es que de acuerdo con lo que uno pueda destinar a la salud es lo que uno puede darles a sus pacientes. Consideramos que primero hay que fortalecer algunos sectores donde el Hospital de Clínicas es un centro de referencia. Tenemos, también, una enorme responsabilidad por ser más eficientes en el uso de los recursos. La mejora en la gestión de esos recursos nos ha permitido invertir más en medicamentos o en el arreglo de las salas de internación, pero todavía tenemos mucho por hacer.

¿Qué sucedería si el gobierno no tiene en cuenta la cifra que piden en el presupuesto?

Todo lo que estuvimos hablando depende, por supuesto, de la apuesta presupuestal que se haga. Manteniendo el presupuesto, el hospital va a seguir en los niveles que tiene, pero si queremos hacer posibles los proyectos que planteábamos y mejorar la formación de profesionales de la salud, tiene que haber una apuesta mayor. Es imposible plantearse en cualquier país mejorar la calidad, la excelencia de la medicina, si tiene hospitales públicos débiles. Que yo pague una cuota a una mutualista y tenga un seguro privado y piense que cuando me pase algo me van a llevar al exterior a operarme es un sueño falso. La medicina real de un país depende del estado de los hospitales públicos. Hay decenas de ejemplos que muestran que los sistemas no funcionan si se deja librado a la capacidad que tengan los ciudadanos particulares de contratar seguros y resolver su situación. Invertir en el sector público es algo que nos beneficia a todos los ciudadanos, sin distinción. Uruguay ha demostrado que las inversiones hechas en el sector de la salud nos han permitido que la respuesta que se dio a esta pandemia fuera la adecuada. Los funcionarios que trabajan en nuestros hospitales pudieron responder a esta pandemia porque tenemos centros de salud que se fortalecieron, que se equiparon correctamente. A su vez, nuestros profesionales han tenido la formación adecuada para estar a la altura de lo que exigió la pandemia.

¿Cómo impactó la pandemia?

La pandemia nos obligó a reformular todo el sistema de atención. Hubo que cambiar la circulación dentro del hospital, el manejo del aire, los cuidados de higiene, los procedimientos, los protocolos. Hubo que reformular todo el trabajo de todos los sectores: de enfermería, de limpieza, de la entrega de alimentos. También, del trabajo del laboratorio, que hubo que transformar para que pudiera dar respuesta a la necesidad de hacer los PCR. El laboratorio del hospital jugó un rol muy importante para todo el sistema de salud. Si bien hubo momentos en que tuvimos una carencia de personal importante porque tuvimos en cuarentena a muchas enfermeras y muchos funcionarios, se pudo dar respuesta y no quedó ningún paciente sin atenderse. Lo segundo fue la capacidad que demostraron los profesionales con los que contábamos, que fueron capaces de actuar frente a desafíos nuevos porque este virus implicó todo un encare diferente. Lo otro es que se demostró la importancia de tener una relación mucho mayor con los equipos de ciencia que tiene Uruguay, que permite responder mejor no solamente a una enfermedad viral sino a cualquier enfermedad.

Hoy sos el director del Hospital de Clínicas. ¿En tu actividad política estás en un impasse?

Yo considero que desde el Hospital de Clínicas puedo pelear por las mismas cosas que he peleado durante toda mi vida. Es un lugar en el que se puede demostrar la importancia de la salud pública, de que existan hospitales públicos fuertes y una universidad que dé respuestas a la población y que sea accesible a todos. Esos son valores por los que uno tiene que luchar toda la vida. En la campaña electoral en la que participé hace poco dije, y lo sigo diciendo, que uno no puede estar en un lugar pensando que puede resolver los problemas seriamente y crear equipos humanos en menos de cinco años. Uno tiene que proponerse en lo posible estar ocho, diez años en un lugar para realmente transformarlo. Espero que la vida me permita estar los años suficientes en el hospital para lograr todo un proyecto que hemos ido construyendo juntos con este equipo en estos meses. Así que mi prioridad ahora, por unos cuantos años, es el Hospital de Clínicas.

¿La experiencia como candidato a la IM cambió tu mirada sobre la salud?

Totalmente. No quiere decir que yo haya cambiado lo que pensaba. Aprendí muchísimo sobre las condiciones en las que vive una gran parte de la población de Montevideo, que están en situaciones realmente muy delicadas, con condiciones de salubridad y de vivienda que son malas. Eso a uno lo ayuda a entender mucho más los problemas. Pero no es sólo ver lo malo. Me llamó la atención el rol de las mujeres a nivel barrial para la resolución de los problemas, encontré que las comunidades se organizaban más en torno a las mujeres que a los hombres para resolver problemas colectivos y que la resolución de los problemas de salud en su estructura tiene que tener en cuenta eso. Creo que tenemos que buscar una estrategia para que cuando el paciente se va de alta del hospital tenga un mayor seguimiento de los equipos de salud en los barrios. Todavía hay mucha desconexión entre los hospitales y las policlínicas barriales, hay mucho para hacer en eso.